Análisis de Blasphemous II - La penitencia más satisfactoria

El desarrollo de videojuegos en España no para de dar pasos adelante, algo que es una excelente noticia para todos aquellos que disfrutamos del producto nacional en el sector del ocio interactivo. Durante los últimos años hemos recibido grandes obras nacidas en nuestro territorio, como GRIS, Temtem o algunos que se han codeado con las más altas esferas como Metroid Dread. Sin embargo, uno de ellos ha resonado con fuerza, como el repicar de una campana que avisa de que llegan cosas importantes, y ese no es otro que Blasphemous.

Su primera entrega sorprendió a propios y extraños con una propuesta cargada de originalidad, basada en la Semana Santa con ciertos tintes de humor. Ahora llega la secuela, de la cual ya pudimos ofrecerte nuestras primeras impresiones hace un tiempo. No obstante, ha llegado el momento de la verdad para definir cuál ha sido el resultado del trabajo de The Game Kitchen con Blasphemous II en su análisis más completo. ¿Estamos ante la fórmula más refinada del metroidvania? ¿Consigue superar a su antecesor una vez que ya ha pasado el impacto de su ambientación? Pues todo esto y mucho más te lo resolvemos a continuación.

• Blasphemous II: precio, fecha de lanzamiento, plataformas y dónde comprar
• La Semana Santa regresa como nunca antes la habías vivido
  • Una jugabilidad familiar elevada al cubo
  • Un diseño de niveles formidable... que flaquea en la recta final
  • Tareas secundarias muy completas, aunque se echa en falta algo de backtracking
  • Soberbio a nivel gráfico, con estampas que parecen sacadas de un cuadro
• Valoración final de Blasphemous II

Blasphemous II: precio, fecha de lanzamiento, plataformas y dónde comprar

Blasphemous II es la secuela del juego que lleva el mismo nombre, desarrollado por The Game Kitchen, el estudio español. Con su lanzamiento el 24 de agosto de 2023 en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch y PC se trata de una propuesta del género metroidvania que hace una sátira de la Semana Santa española. Además, cuenta con un excelente doblaje al español.

La Semana Santa regresa como nunca antes la habías vivido

Si por algo sorprendió el primer Blasphemous fue por su impactante ambientación. Colocar a un penitente con una espada como protagonistas era una apuesta arriesgada, algo que se acentuaba a medida que se avanzaba por la propuesta, comprobando que se trataba de una sátira muy acertada sobre las costumbres de la Semana Santa española, aportando personajes y jefes memorables y unas localizaciones que te dejaban con la boca abierta. No obstante, el gran miedo con esta secuela era que no fuera capaz de generar ese mismo impacto, ya que la temática debía ser la misma, algo que sucede desde el primer momento, aunque no tiene por qué ser una mala noticia necesariamente.

Blasphemous II no sorprende tanto, eso es cierto: ya estás familiarizado con la fórmula, con el entorno, con la ambientación y con los extraños jefes y personajes que te vas a encontrar por el camino. No obstante, no deja de ser Blasphemous y siempre consigue aportarte ese tinte de interés que te ayudará a continuar a través de su adictiva fórmula. La historia es lo de menos, de hecho, casi que pierde todo el interés entre diálogos crípticos, profundos y que dejan mucho a la interpretación en la mayoría de situaciones, pero todo lo demás es lo que realmente importa, porque a nivel de jugabilidad el equipo de The Game Kitchen ha sido capaz de aprender de los errores y los pequeños detalles que quedaban por pulir en la primera entrega, añadiendo otros elementos que le sienta de lujo a su fórmula particular.

Una jugabilidad familiar elevada al cubo

La jugabilidad de Blasphemous II es muy similar a la del primer juego, con la introducción de tres armas.

Blasphemous ya era muy bueno por todo lo que hacía a nivel jugable, por lo que mejorar lo presente se antojaba como una impronta complicada. No obstante, el equipo de The Game Kitchen ha sido tocar esa tecla para que todo se sintiera familiar y, al mismo tiempo, con un aspecto renovado. Algo que han conseguido mediante la inclusión de tres armas totalmente diferentes entre sí que hacen que la jugabilidad sea totalmente adaptable a las necesidades del jugador y que, en ocasiones, le puedan hacer variar su estrategia en puntos muy concretos de la aventura.

Las tres armas en cuestión son el espadón, las espadas dobles y la maza, cada una con su propio nombre adaptado a la temática del juego, por supuesto, pero así nos entenderemos mejor. Cada una de ellas tiene sus propias particularidades, habilidades y poderes secretos, por lo que portar una u otra puede ser una experiencia muy diferente. La maza, por ejemplo, aporta mucha seguridad al tener un rango de golpeo bastante amplio, algo es algo más lenta y pesada, como es lógico. Las espadas dobles son todo lo contrario: ligeras, rápidas y muy efectivas, aunque la cantidad de daño que realizan es menor, obviamente. El espadón, por su parte, es el más equilibrado, estando a medio caballo entre las características de las otras dos. Sin embargo, es en sus poderes especiales donde adquieren un nivel superior.

Aunque elegirás una arma al inicio, podrás desbloquear las otras dos después.

Comencemos con las espadas dobles que, de hecho, fueron con las que empecé la aventura. Una vez realizas el suficiente daño con ellas, se puede activar un poder de rayo permanente mientras no sufras daño, con el que restarás mucha más salud a los enemigos y, además, lo harás con el efecto alterado. La maza, por el contrario, puede imbuirse en fuego durante el período en el que se cosume tu barra de ímpetu, con lo que también realiza un daño mayor y con el estado alterado del fuego. El espadón. por su parte, consigue activar un pacto de sangre, a través del cual renunciarás a una pequeña porción de tu salud para realizar el doble de daño. Este tipo de habilidades pueden ser esenciales en los combates más exigentes contra jefes, por lo que es un claro avance a nivel jubable.

Además, cada una de estar armas se pueden ir mejorando con las marcas de martirio, siempre y cuando hayas desbloqueado el siguiente nivel de las mismas, los cuales podrás encontrar por todo el mapa. Con ello, el sistema de progresión se centra principalmente en las tres armas, en lugar de hacerlo en el penitente, al que también se le puede aumentar la barra de salud, de ímpetu y demás aspectos con objetos que se van encontrando por el camino. Es un sistema muy interesante, aunque tampoco revoluciona la fórmula en exceso. Para completar estos elementos jugables, también existe la posibilidad de equiparle con rezos y plegarias, poderes especiales y mágicos que son el complemento perfecto para las armas cuerpo a cuerpo.

Puedes mejorar la salud del penitente, así como los "viales" de sanación junto a esta curiosa dama.

No obstante, en esto sí que se puede extraer una parte negativa. Y es que la enorme variedad de opciones que se incluyen en combate hacen que el juego se convierta en algo realmente sencillo y que solo parece explotar su dificultad en los compases finales. La mala noticia a este respecto es que en ese momento el jugador ya ha sido capaz de explorar y mejorar lo suficiente para que sus capacidades se hayan visto potenciadas hasta el punto de que ni siquiera los jefes finales resulten un reto en sí. Hay habilidades que, mezcladas de buen modo, consiguen romper el juego y generar una cantidad de daño brutal, por lo que incluso puedes saltarte algunas fases de estos jefes que, dicho sea, son espectaculares tanto en diseño como en planteamiento. Cada batalla es única y muy espectacular, aunque se echa en falta algo más de esa dificultad que se espera en un metroidvania.

Un diseño de niveles formidable... que flaquea en la recta final

Hay escenarios muy originales en Blasphemous II, mientras que otros son algo más flojos.

Aunque se nota que The Game Kitchen ha puesto mucho esfuerzo en hacer que las batallas contra jefes sean absolutamente memorables, tampoco han dejado de lado todo el sistema del mapeado en torno al que se construye el juego. Blasphemous II no es un título enorme, pero sabe muy bien lo que hace con el entorno en el que se desarrolla. De este modo, el diseño de niveles es sensacional en la gran mayoría de zonas, con puzles elaborados que consiguen sacar el máximo partido a las habilidades que se van adquiriendo poco a poco, como el doble salto o el dash, entre otros. Lo cierto es que me he divertido mucho explorando su mundo en la mayoría de vertientes y entornos, por lo que hay un buen trabajo detrás en este sentido.

Sin embargo, es cierto que esa sensación de novedad, de entornos muy elaborados y originales se va perdiendo con el paso de las horas. La segunda mitad del juego es algo más lineal, ya que el juego está construido de un modo en el que no puedes perderte, con marcadores de las misiones principales señaladas constantemente en el mapa. De este modo, hay momentos en los que te enfrentas a un jefazo y, casi sin darte un respiro, 10 minutos después estás teniendo que aprenderte el patrón de movimiento de otro. Parece como que se agotaron las ideas para la generación de niveles en este punto y se quiso fabricar un sistema más directo en el que ir a piñón a por los últimos jefes. En mi opinión, rompe el ritmo de la primera mitad, que resulta formidable y al final se convierte en algo mecánico.

La ambientación es uno de los puntos fuertes de Blasphemous II, sin lugar a dudas.

Si bien es verdad que hay entornos muy bellos y en los que profundizaré después, hay algunas pantallas en las que ni siquiera aparece un enemigo, por lo que se sienten algo desaprovechadas en un mapa que, ya digo, no es tan inmenso como hemos podido ver en otros tantos metroidvania que llegan al mercado, ya que el género es uno de los más comunes en la actualidad. Aquí tal vez se ven algunas costuras en el desarrollo o incluso faltas de ideas porque, si bien es cierto que el bestiario es bastante interesante, hay muchas ocasiones en las que se repite el mismo modelo pero como un pequeño patrón diferente, por lo que llega un momento en el que incluso el camino de un jefe a otro y los posibles obstáculos que pueda generar se convierten en algo repetitivo y tedioso. Aun así, la fórmula jugable es muy adictiva y, como tampoco se extiende en demasía en duración, resulta muy satisfactoria.

Tareas secundarias muy completas, aunque se echa en falta algo de backtracking

Hay lugares secretos que aportan recompensas, aunque no son especialmente numerosos.

Como todo metroidvania, Blasphemous II también incluye diferentes tareas secundarias ocultas en su mundo. En este sentido, hay varios personajes repartidos por el mapa, aunque esencialmente se encuentran en la ciudad del Santo Nombre. Por ejemplo, el escultor recibirá algunas herramientas que tienen utilidad para ciertas misiones, al tiempo que también te permite equipar algunas estatuas para servir de complemento a las habilidades, potenciarlas, reducir daños y un largo etcétera. En la misma ciudad también hay otros personajes la mar de interesantes que tienen funciones concretas, las cuales no revelaré para no estropear la sorpresa.

No obstante, sí que es cierto que he echado en falta más contenido de este tipo, ya que lo secundario se limita en muchas ocasiones a buscar los ángeles repartidos por el mapa y encontrarte con ciertos personajes inquietantes que requieren de un objeto concreto para activar su misión. Pero Blasphemous II no es un juego que exprima el backtracking para que el jugador recorra sus pasadizos constantemente, buscando nuevas opciones, pasillos ocultos y otro tipo de elementos que enriquezcan más la propuesta. Aquí es donde probablemente falla de manera estrepitosa frente a otros grandes juegos del género como Hollow Knight, ya que ese enriquecimiento de su mundo es lo que provoca que te adentres más en él y quieras descubrir todo lo que esconde.

Hay batallas contra jefes tremendamente espectaculares y originales en Blasphemous II.

En este sentido, aunque las tareas secundarias que se incluyen en Blasphemous II cuentan con el interés necesario, su corto recorrido en cuanto a cantidad hace desear algo más que no termina llegando, por lo que es un título que se puede completar en un máximo de 18-20 horas con todos los coleccionables y las historias secundarias. De este modo, aunque The Game Kitchen ha conseguido mejorar la fórmula de la primera entrega, sigue estando lejos de alcanzar la excelencia, algo para lo que tendremos que esperar a una posible tercera entrega o, quien sabe, si algo completamente nuevo de la mano del estudio español.

Soberbio a nivel gráfico, con estampas que parecen sacadas de un cuadro

Hay entornos de Blasphemous II que son una auténtica maravilla para la vista.

Termino el análisis como suele ser habitual, con el desempeño gráfico y técnico de Blasphemous II. Aquí sí hay que reconocer que el equipo de diseño artístico del juego ha conseguido extraer todo el potencial posible de su ambientación para realizar auténticas locuras en los entornos. He de admitir que no soy un fiel seguidor del estilo pixel art, tal vez porque se ha convertido en una tónica habitual en los últimos años para lo juegos independientes o tal vez porque la tecnología ha avanzado tanto que ya se siente algo añejo. Sin embargo, con el trabajo de The Game Kitchen he quedado absolutamente fascinado, ya que regala estampas maravillosas y que te dejan con la boca abierta.

Hay entornos espectaculares, pero no se limita únicamente a esto, ya que el diseño de los enemigos y, especialmente de los jefes, es de lo más original que he visto en mucho tiempo. Desde luego, es difícil convertir una festividad como la Semana Santa en algo totalmente reconocible en un videojuego mediante sus entornos, enemigos y demás aspectos, pero lo han vuelto a hacer con un acierto colosal. En cuanto al rendimiento del título, poco que decir, ya que en PS5 se ha mantenido estable en todo momento y apenas he encontrado ningún bug en las 16 horas de partida. Eso sí, ha habido algún que otro crasheo, pero parece que con la última actualización que ha recibido el título previa a su lanzamiento se han solucionado este y otros aspectos que mejoran la experiencia.

Los pequeños detalles de cada uno de los escenarios respiran esa esencia religiosa tan característica de la saga.

Para finalizar, hay que hacer una mención aparte al doblaje al español: sublime. Cada uno de los personajes tiene una personalidad muy marcada y la elección de las voces es fantástica. Por su parte, la banda sonora cuenta con temas muy reconocibles y que se adaptan a la perfección a ese aroma entre lo religioso y lo flamenco tan típico de la Semana Santa. Una maravilla en todo los sentidos en cuanto al aspecto sonoro.

Valoración final de Blasphemous II

Las cinemáticas de Blasphemous II cuentan con una calidad magnífica.

En definitiva, Blasphemous II es un gran juego que sigue demostrando que el desarrollo español está en constante evolución, regalando juegos capaces de codearse con las más altas esferas. Puede que haya aspectos que mejorar para que la fórmula sea todo lo refinada que se espera en un metroidvania, pero consigue dejar mejores sensaciones que su antecesor, alzándose como un juego más completo, que sabe reinventarse y buscar nuevas técnicas para sorprender al jugador. No cabe duda de que estamos ante uno de los equipos de desarrollo con más talento de nuestro país y solo puedo esperar impaciente para saber qué será lo próximo con lo que nos sorprendan porque, si siguen esta línea ascendente, nos queda diversión para largo, aunque no sea mediante una penitencia.

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