Análisis de Death Stranding 2: On the Beach - Un candidato a GOTY con la firma indiscutible de Kojima

No cabe duda de que Hideo Kojima es una de esas mentes privilegiadas del sector del videojuego. Su trabajo en Death Stranding fue colosal, ofreciedno una propuesta que no se había visto hasta entonces en la industria del ocio interactivo. La novedad, un argumento a la altura y la calidad audiovisual fueron algunas de sus grandes virtudes, pero también dejaba ver ciertas carencias a nivel de jugabilidad que no lo convertían en un juego para todos los públicos, a pesar de sus grandes reclamos con rostros como el de Norman Reedus o Guillermo del Toro. Sin embargo, Kojima tenía un plan bastante claro.

En este sentido, Death Stranding 2: On the Beach se presenta como un juego más maduro, más completo y que intenta ofrecer mayores facilidades a los jugadores para alcanzar la fórmula del éxito y llegar hasta un público más casual. Tras tres semanas inmerso en el universo del título de Kojima Productions y alrededor de 50 horas de juego, con el análisis completo de Death Stranding 2: On the Beach, puedes descubrir si se trata de un juego preparado para triunfar y completar todo aquello que pudiera ahuyentar a un público poco paciente. A modo de aperitivo, te puedo asegurar que se trata de uno de los firmes candidatos a GOTY 2025 a menos que el calendario dicte lo contrario, aunque la fórmula sigue respirando DS por los cuatro costados, por lo que hay que disfrutarlo con calma y al ritmo de cada uno para no caer en saturaciones y poder vivir la nueva aventura de Sam del modo adecuado.

91Sobre 100

• Death Stranding 2: On the Beach: precio, plataformas y dónde comprar
• Conectando el mañana desde México a Australia
  • Viajar a pie, una dinámica cada vez menos constante en Death Stranding
  • Más directo, más vibrante y con más tiros
  • Un mundo muy completo al que le tiemblan los cimientos
  • Multitud de contenido secundario con historias que completan el argumento
  • De lo más impresionante que se puede jugar en PS5
• Valoración final de Death Stranding 2: On the Beach

Death Stranding 2: On the Beach: precio, plataformas y dónde comprar

Death Stranding 2: On the Beach es la secuela de la obra desarrollada por el equipo de Kojima Productions para continuar las aventuras de Sam Bridges en el universo de Death Stranding, esta vez para conectar México y Australia. Con su lanzamiento el 26 de junio de 2025, se trata de un título exclusivo en PS5, ofreciendo una propuesta de aventura y acción para todos los jugadores de la consola de actual generación de Sony. En cuanto a sus idiomas, Death Stranding 2: On the Beach cuenta con voces y textos en castellano, disponiendo de uno de los doblajes más impresionantes del sector del videojuego.

Conectando el mañana desde México a Australia

Es fácil definir a Death Stranding 2: On the Beach como más y mejor, pero con ciertos matices. La secuela del título de Hideo Kojima es más completa, madura, sabe hacia dónde se dirige y ofrece una cantidad de contenido superior a la de su antecesor, por lo que es fácil superar las 50 horas para alcanzar los títulos de crédito, todo ello sin centrarse en exceso en las misiones principales. No obstante, eso no quiere decir que se trata de un juego perfecto, pues la fórmula sigue dejando algunas aristas que se necesitarían pulir en una tercera entrega y la sensación de que se pretende abarcar demasiado, algo que puede terminar saturando al jugador ante tantas novedades constantes y maneras de superar sus retos. Pero eso es algo en lo que podremos profundizar más adelante.

El argumento en esta ocasión lleva a Sam a volver a colaborar con Fragile en su impronta de seguir conectando todo el mundo, tal y como se hiciera en la primera entrega con los Estados Unidos. En esta ocasión, su periplo les lleva a México y Australia en un entramado que se va enredando cada vez más hasta llegar a una conclusión vibrante que no para, con unas 10 últimas horas de juego colosales, de lo mejor que se puede jugar en estos momentos en el mercado de las consolas, aunque, como es lógico, por motivos de embargo no se pueden ofrecer detalles sobre ello. Lo importante en este sentido es que en lo personal, es una de las experiencias que más he disfrutado en los últimos años y eso es tremendamente positivo. Pero también es cierto que hay que llegar hasta ese punto, por lo que muchos jugadores podrían abandonar por el camino, un mal endémico que ya sufría el primer título.

Por otro lado, Death Stranding 2: On the Beach introduce nuevos personajes que aportan sobremanera a la línea argumental. Probablemente es uno de los grandes esfuerzos a destacar en esta segunda entrega, ya que personajes como Rainy o Tomorrow resultan esenciales para entender el argumento de la propuesta y su conexión con el mundo de Death Stranding, por lo que son adiciones de lo más interesantes, con actuaciones memorables que dejan escenas que nada tienen que envidiar a ningún otro producto audiovisual, aunque también está la contraparte a todo esto, traducida en el papel de Dollman, insufrible en la gran mayoría de sus intervenciones sin que apenas aporte nada. El argumento es la base central de Death Stranding 2: On the Beach, aunque si jugaste a la primera entrega, ya sabes a lo que te enfrentas. Paciencia y calma, no hay otra manera de jugarlo sin caer en la desesperación por el ritmo que ofrecen sus misiones.

Viajar a pie, una dinámica cada vez menos constante en Death Stranding

Las largas caminatas son fácilmente evitables en Death Stranding 2.

Uno de los grandes problemas que se achacaba al primer Death Stranding era su dinámica principal en términos de jugabilidad. Las largas caminatas ahuyentaban a muchos jugadores, que tal vez no se sentían atraídos por la propuesta de viajar de un punto a otro del mapa portando una carga a pie. Death Stranding 2: On the Beach va eliminando cada vez más este tipo de viajes, ofreciendo opciones de manera constante a los usuarios para alcanzar el objetivo de decenas de maneras diferentes. Desde bien temprano se ofrecen la moto y el camión para este tipo de desplazamientos, vehículos que, por cierto, mejoran notablemente a los que se pudieron ver en su antecesor, tanto en manejo como en construcción. Además, Death Stranding 2: On the Beach también dispone de otros elementos como el monorraíl, que permite trasladarse hacia otros puntos del mapa sin apenas esfuerzo y con la carga, e incluso con los vehículos, mientras que el salto de Fragile se sustituye por un sistema de conexión de aguas termales, la introducción del vehículo DHV Magellan -donde se desarrolla buena parte de la aventura- para viajes rápidos sin esfuerzo y otro tipo de maneras de desplazarse de manera inmediata de un punto del mapa a otro.

Los medios de transporte son muy frecuentes, por lo que tomarse un tiempo en reconstruir este tipo de estructuras es esencial para facilitar la tarea, tal y como sucedía con las carreteras en el primer título. En este sentido, la obra de Kojima se presenta como un título más ligero y accesible, aunque la paciencia vuelve a estar presente para conseguir todas estas conexiones que permitan que el proceso sea más sencillo. Sin embargo, todas estas opciones abren un problema latente en el juego que se va haciendo cada vez más grande con el paso de las horas: hay una mala construcción en el diseño de misiones principales, por lo que todas las supuestas amenazas que deberían presentarse en el camino se puede eliminar o esquivar de manera sencilla si se tiene la astucia necesaria. Death Stranding 2: On the Beach está fabricado para superarse a pie en términos generales, por lo que la introducción de todas estas opciones va en contra de su planteamiento.

Y eso que Death Stranding 2: On the Beach se esfuerza en que el jugador disponga de estímulos constantes con los que temer el camino que van a emprender. Los EV siguen estando presentes e incluso ahora hay varios tipos, algunos de ellos capaces de ver a Sam, con lo que hay que extremar la precaución para pasar por estas zonas. Para ello, el juego también ofrece un mayor número de armas para hacerles frente, por lo que son enfrentamientos mucho más vibrantes e interesantes. El problema de esto es que se puede esquivar fácilmente una zona de EV con un vehículo o con los medios de transporte mencionados e incluso atravesarlas sin la necesidad de que exista un enfrentamiento. Esta dinámica rompe la magia principal del juego, pof lo que supone una verdadera lástima.

Aunque hay diferentes tipos de EV, se sienten como una amenaza menor.

Más allá de los EV, existen otras amenazas constantes en el mundo de Death Stranding 2: On the Beach. Los humanos también siguen siendo un problema, tratando de robar las cargas con asentamientos organizados que dificultan el camino, mientras que también se introduce otro tipo de enemigos, los denominados mecas fantasmas, que son verdaderamente duros de roer en enfrentamientos directos. Sin embargo, he de admitir que resulta muy sencillo "engañar" al juego con sus bases principales, por lo que la introducción de tantas opciones te permite entrar por la puerta trasera en multitud de estas misiones, evitando todo lo que Kojima y su equipo han preparado para que, en el camino principal, el juego sea mucho más completo e interesante. Si sigues la ruta esperada, el juego resulta muy desafiante, pero si prefieres evitar problemas, se puede convertir en un paseo de manera literal. Todo depende del modo en el que cada cual quiera jugar.

Más directo, más vibrante y con más tiros

Death Stranding 2 es un juego mucho más destinado a la acción.

Lo que queda claro desde el primer momento es que Death Stranding 2: On the Beach es un juego mucho más completo. Las primeras horas son la toma de contacto con la dinámica del título, pero una vez se alcanza terreno australiano, el título explota con una versatilidad fantástica que es capaz de pasar por encima de su cuestionable diseño de misiones. Se trata de un juego muy disfrutable que ofrece momentos de acción de manera más variada y efectiva, algo que adolecía el primer título, donde solamente los enfrentamientos contra Cliff eran capaces de extraer este potencial. Aquí también hay enfrentamientos de este estilo, pero es mejor que cada uno los descubra por sí mismo, porque son pura magia en la concepción de los mismos y en el diseño de los niveles.

No obstante, Death Stranding 2: On the Beach se esfuerza en que el jugador tenga enfrentamientos directos con armas de fuego frente a los humanos enemigos y los mecas fantasma. Hay muchos más tiroteos en esta entrega, algo que agradecerán aquellos que quieran momentos de acción y una dinámica más vibrante en términos de jugabilidad y progresión. De hecho, ahora Sam dispone de un armamento mucho más amplio y diverso, además de un sistema de habilidades que permiten mejorar sus funcionalidades, tanto en combate como en términos de artilugios, por lo que la profundidad en estos términos es mucho mayor. Los momentos de acción son la verdadera salsa de la propuesta, por lo que en cada trayecto siempre hay esa sensación de estar haciendo algo, ya sea enfrentarse a los enemigos, vigilar la batería de un vehículo, trazar la mejor ruta a través del mapa para evitar las amenazas y un sinfín de opciones que no te dejan respirar en ningún momento.

Los enfrentamientos contra Neil Vana son espectaculares.

Uno de los motivos por los que Death Stranding 2: On the Beach se siente como un juego más directo es porque su duración es mucho mayor que la de la primera entrega, de modo que es esencial que las largas caminatas no se hagan interminables, de modo que la experiencia sea más ligera para todos los jugadores que quieran afrontarla. Por supuesto, no es lo mismo jugar a un título de este estilo con el reloj descontando horas hasta llegar al momento del embargo, por lo que soy muy consciente a la hora de juzgarlo en este sentido en relación al ritmo que llevarán el resto de jugadores en su impronta. Death Stranding 2: On the Beach marca su propio tempo, por lo que es indispensable que cada jugador sepa interpretar su estilo y adaptarlo a lo que espera encontrar. Es un juego que puede durar 40 horas o 150, de modo que lo ideal es no precipitarse y disfrutarlo de la manera que se desee.

Un mundo muy completo al que le tiemblan los cimientos

El mundo de Death Stranding 2 dispone de grandes actividades que realizar.

Todo esto se plantea mediante una construcción de su mundo muy completa, ya que el terreno es mucho más amplio que en la primera entrega. Conectar el país australiano es un desafío aún mayor, por lo que la aventura ofrece cada vez más opciones para poder alcanzar este objetivo. Sin embargo, a pesar de que todos esos añadidos suman, también dejan ver que la base del juego, sin cimientos, son los que realmente se van tambaleando con el paso de las horas. Cuanto más avanzas, más sensación tienes de que hay demasiadas cosas a tu disposición, por lo que en ocasiones se cae en cierta saturación de elementos y tiendas a acomodarte en lo que te ha funcionado en las horas previas. Death Stranding 2: On the Beach añade, pero no resta lo que no terminaba de ser útil en el primer juego, por lo que sufre de cierto "síndrome de Diógenes" en opciones de juego, con lo que muchas de ellas se quedan haciendo bulto en los menús.

Unos menús que, a pesar de que ofrecen cierta mejora, siguen siendo algo engorrosos.** La rueda de artilugios y armas tiene tantas opciones que resulta poco efectiva en la práctica**, por lo que muchos momentos de acción se detienen y ralentizan en este proceso de buscar una nueva arma o el artilugio que deseas utilizar. No obstante, hay mucho esfuerzo en ofrecer una accesibilidad mayor a los jugadores, pero se hubiera agradecido que se eliminaran ciertos elementos que pueden resultar innecesarios, ya que se sustituyen de manera sencilla por otros elementos nuevos que resultan más efectivos y rápidos para alcanzar los objetivos principales marcados por la misión. En este sentido, se pierde un poco el impacto del primer juego, algo que resulta lógico, por lo que hay ciertas carencias que se hubieran podido eliminar de manera sencilla para no saturar al jugador con tantas opciones. A veces, más no es mejor.

El DHV Magellan es un elemento indispensable en la aventura.

Sin embargo, todo esto no quiere decir que Death Stranding 2: On the Beach sea mal juego, todo lo contrario: es un juego impresionante. La concepción de la fórmula creada por Hideo Kojima supone un avance en la propuesta, que ahora resulta más completa e interesante para diferentes perfiles de jugadores. Es una experiencia fantástica que sigue las mismas líneas marcadas por la primera entrega y le añade ingredientes muy satisfactorios en materia jugable para que no se produzcan caminatas sin sentido o ese momento de valle que alcanzan los juegos de mundo abierto en los que da la sensación de que no está ocurriendo nada realmente. Kojima y su equipo han querido tocar las teclas necesarias para generar una experiencia mucho más satisfactoria y, a pesar de los pequeños detalles comentados, lo ha conseguido con creces. Mi experiencia con las 50 horas dedicadas al juego ha sido más ligera, vibrante y emocionante que con el primer Death Stranding, por lo que lo considero completamente un avance en su fórmula. Es un juego mejor, mucho mejor.

Multitud de contenido secundario con historias que completan el argumento

El monorraíl es uno de los mejores añadidos de DS2, permitiendo cumplir todo tipo de misiones con rapidez.

En materia de contenido secundario, Death Stranding 2: On the Beach no se queda atrás. Todos aquellos que quieran experimentar las sensaciones más completas que deja el título, pueden visitar las diferentes estaciones conectadas en la red para aceptar encargos secundarios que ofrecen dinámicas muy variadas. Ya no solo basta con transportar cargas, sino que en ocasiones hay misiones que superan lo que ofrece el camino principal con creces. En este aspecto, Kojima y su equipo ofrecen misiones basadas en dinámicas como la captura de animales para su conservación y prosperación, de modo que es una técnica que gustará mucho a los jugadores que quieran rescatarlos a todos. Además, también hay otras misiones basadas en el rescate de rehenes, por lo que en este tipo de infiltraciones en bases enemigas hay que ser mucho más cuidadosos para no entrar como un elefante en una cacharrería que pueda terminar con el rehén muerto.

Por ello, Death Stranding 2: On the Beach es capaz de ser un juego dinámico y preparado para contar con decenas de horas de entretenimiento en las que no siempre se esté haciendo lo mismo. Es cierto que hay misiones mejores que otras, porque entregar una pizza en buena temperatura tal vez no sea lo que todo jugador sueña con hacer, pero ahí también es donde radica la magia de Hideo Kojima a la hora de construir sus juegos. Su capacidad para ofrecer dinámicas interesantes y, al mismo tiempo, jugar con el humor característico de este tipo de videojuegos de mundo abierto para romper un poco la seriedad de sus vicisitudes es clave para aportar un respiro al jugador. Además, al tratarse de contenido secundario no es algo que resulte molesto, ya que no hay ninguna necesidad de superar absolutamente todas las misiones de las que dispone.

La dinámica de juego de Death Stranding 2 es muy similar a la del primer juego,

Lo que sí me gustaría destacar es que Death Stranding 2: On the Beach es un juego maduro. Ha sabido aprender de los errores de la primera entrega y, aunque aún hay aspectos que no terminen de convencer, se advierte una mejora colosal en la experiencia en todos sus aspectos. Probablemente, el contenido secundario es lo que más avanza en este punto, de modo que haya momentos para intercalar experiencias entre las misiones principales que se van sucediendo en la aventura. Por ello, se trata de un juego construido con la idea de ser disfrutado con calma, descubriendo todas sus opciones y no tener prisa por alcanzar la conclusión final de la línea argumental. Lamentablemente, solo he podido seguir esta dinámica de juego durante un puñado de horas en este período de análisis, pero han sido las más satisfactorias de todas, quitando el tramo final, que es una abosluta locura en todos los sentidos y te mantiene atrapado en todo momento hasta alcanzar los títulos de crédito. Death Stranding 2: On the Beach es un juego que conecta muy bien con todo lo que ofrece en materia jugable, de modo que su candidatura al Juego del Año en la gala de The Game Awards 2025 parece un hecho.

De lo más impresionante que se puede jugar en PS5

La riqueza de entornos aporta más dinamismo a la jugabilidad.

Uno de los momentos que más me ha impactado jugando a Death Stranding 2: On the Beach fueron sus primeros compases. El salto de la cinemática inicial a gameplay es impresionante, ofreciendo un aspecto visual como ningún otro juego ha ofrecido en el sector, siendo uno de esos títulos capaces de extraer todo el potencial de PS5 Pro, plataforma en la que lo he podido disfrutar. Kojima y su equipo han vuelto a explotar el motor Decima de un modo que roza la perfección, generando entornos hiperrealistas que están cuidados al mínimo detalle y ofrecen estampas realmente bellas y mucho más variadas en calidad de dirección artística. el terreno australiano cuenta con mucha más riqueza de entornos, con desiertos, bosques, montañas escarpadas y praderas amplias, además de nuevas inclemencias del tiempo más allá del declive y la nieve que aportan un realismo mayor.

En este aspecto, Death Stranding 2: On the Beach ofrece tormentas de arena o derrumbamientos, llamados temblores de placa, que afectan al terreno, además de disponer de un sistema de afluencia de ríos, que va aumentando o disminuyendo su caudal en función de lo que va ocurriendo en el mundo. Da la sensación de ser un entorno más orgánico y realista, con una calidad técnicas soberbia que se traduce en una recreación magnífica de todo lo que pretende, además de ofrecer una distancia de dibujado muy amplia que permite vislumbrar su mundo de manera mucho más profunda y hermosa. Hay un enorme salto técnico, a pesar de que la primera entrega ya ofrecía un aspecto de lo más interesante, explotando todo el potencial de la anterior generación. En el terreno técnico, esta secuela ofrece un aspecto magnífico sin ningún tipo de inconveniente, más allá de ciertos momentos de pop-in que se pueden pasar por alto, ya que son menos frecuentes que en otras grandes obras.

Caso aparte son las recreaciones de actores y actrices como Norman Reedus, Lea Seydoux, Elle Fanning o George Miller, simplemente brillantes. Las animaciones faciales han mejorado notablemete, lo que permite hacer brillar aun más sus excelentes interpretaciones, con lo que resulta un producto audiovisual soberbio, un deleite para todos los sentidos. Otro de los aspectos a destacar en este punto es el doblaje, probablemente uno de los mejores que hemos podido ver hasta la fecha en toda la historia. Tenemos mucha suerte de contar con profesionales tan grandes en este aspecto, ya que le aportan una pizca más de realismo a los momentos importantes de la propuesta.

La distancia de dibujado del mundo de Death Stranding 2: On the Beach es impresionante,

Por último, en el terreno sonoro, me ha agradado ver que Kojima ha sido capaz de ampliar su playlist en esos momentos en los que ciertos temas acompañan el viaje, por lo que ya no hay una constante apreciación de la discografía de Low Roar, sino que hay una variedad mayor en la banda sonora para disfrutar de esta gran travesía. Death Stranding 2: On the Beach es un constante impulso sonoro, donde los efectos de sonido también aportan a la experiencia, tanto en los momentos de acción, como en los de tranquilidad.

Valoración final de Death Stranding 2: On the Beach

En definitiva, Death Stranding 2: On the Beach es un juego sobresaliente. Su experiencia es irrepetible y, aunque el propio Kojima ya ha dicho que probablemente no vuelva a adentrarse en su universo, me cuesta creer que no se vaya a seguir explorando esta saga que ofrece momentos que no se pueden disfrutar en ningún otro juego de la industria. Vivir el camino creado por el equipo de Kojima Productions es un viaje irrepetible que te termina calando hondo. Bien es cierto que no es un juego para todos los públicos y que puede disponer de momentos en los que hay que contar con una gran paciencia, además de esa sensación de mala construcción en ciertas misiones, pero el resultado global es un gran acierto. Death Stranding 2: On the Beach es más y mejor y, a pesar de los matices, es uno de los grandes juegos que deja este 2025 en el catálogo de PS5. Si pudiera borrarlo de mi memoria, lo volvería a jugar con las mismas ganas, algo que deja claro que se trata de un indispensable para cualquier jugador que quiera disfrutar de una experiencia colosal.

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