Que el demonio me lleve

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Como si Mega Man se encontrara con Ghosts ‘n Goblins, ese el primer pensamiento que pasa por la mente al hablar de Demon’s Crest. A la ambientación - y alguna que otra criatura - del unvierso del primero se le une una mecánica traída de la otra franquicia, y es que Firebrand, conforme vaya recuperando los trozos del Emblema de Fuego y consiguiendo el resto de emblemas obtendrá habilidades adicionales que tendremos que ir equipando para usar y que le servirán para abrir camino. No obstante, todo parecido con la franquicia del robot acaba aquí, puesto que Demon’s Crest se reinventa en sí misma para apartarse tanto de sus propias raíces como de sus referentes.

Del aire simpático de Gargoyle’s Quest no queda nada en Demon’s Crest. Es la primera víctima colateral de esta guerra civil demoníaca con la que arranca la intro del juego. Pero sí que está su mecánica plataformera en un protagonista que, de repente, se ha puesto serio, ha ido al gimnasio a trabajarse un poquito los abdominales, y en general, se ha “ nolanizado”, si los fans del cine de superhéroes me permiten el término. En Demon’s Crest todo es más serio y más oscuro incluso que en la propia licencia de la que proviene, porque la verdad, un señor con barba corriendo en calzones no es algo que infunda respeto. Pero sobre todo, Sir Arthur empezaba su aventura disfrutando de un plácido día en el campo con su amada. A Firebrand, de buenas a primeras, le toca lidiar con un dragón zombi en el interior de un calabozo. Si hay una manera más radical de empezar un juego, no queremos saberla.

Faltaría más, no tardará en salir de su confinamiento y llevarnos a un mundo tétrico lleno de criaturas de pesadilla, como el infierno que se le supone que es. Pero principalmente es un mundo que podemos recorrer, de hecho debemos, una y otra vez gracias a que podremos desplazarnos volando sobre su mapa y eligiendo fases. Esto es necesario porque Firebrand, que puede lanzar fuego, saltar, agarrarse a paredes, romper estatuas a cabezazos y volar en el aire donde solo puede, inicialmente, desplazarse en horizontal, será capaz de acceder a nuevas áreas y obtener diversos objetos conforme gane nuevas habilidades. Por el camino también hay ítems para ayudarle a recuperar salud, además de pergaminos, frascos y monedas que en las tiendas podrá usar para asignar magias de un solo uso a los primeros y rellenar con pociones, también de un solo uso, los segundos. Lo bueno es que una vez usados, los recipientes se conservarán y podremos reponerlos, por lo que de cuantos más dispongamos, más herramientas tendremos.

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