Análisis de Dune: Awakening - El desafío de reimaginar Arrakis como un MMO survival
Te contamos qué nos ha parecido el que es, hasta ahora, el mejor videojuego de Dune

Dune: Awakening es uno de los proyectos más ambiciosos que ha intentado trasladar el vasto y denso universo creado por Frank Herbert a un entorno jugable. Funcom, con más de veinte años de experiencia en MMO, se ha atrevido con una franquicia que impone respeto por su profundidad filosófica, política y ambiental. El resultado es una obra que, aunque no exenta de defectos, logra capturar parte de la esencia del desierto de Arrakis y transformarla en un entorno vivo, desafiante y, en muchos momentos, absorbente.
Una de las decisiones más inteligentes de Funcom fue alejarse de las adaptaciones directas de los libros o películas. La historia de Dune: Awakening se sitúa en una línea temporal alternativa: Paul Atreides nunca nació, el complot de Yueh fue frustrado, y la guerra por el control de la especia entre los Harkonnen y los Atreides ha entrado en una fase de estancamiento. Esta ruptura con el canon original libera a los jugadores de la sombra de los personajes legendarios y les permite forjar su propio camino en el universo de Dune.
De esta forma, se ofrece una jugada arriesgada pero acertada, que permite un diseño narrativo más abierto y centrado en la comunidad que ya hemos podido disfrutar durante largas sesiones de juego, que es lo que pretende conseguir esta prometedora apuesta que a continuación analizamos.
+ Pros
- El mundo del juego es inmersivo y presenta una supervivencia fiel a Dune
- El sistema político está bien conseguido y la progresión es profunda
- Presenta crafting completo y vehículos funcionales
- Sus recompensas son merecidas y constantes
- Contras
- El sistema de combate y las animaciones llegan a ser toscas
- El tutorial es alargado y la curva de entrada lenta
- La IA enemiga no representa un gran desafío
- Perder todo el equipo por un gusano puede frustrar

- Dune: Awakening: precio, platadormas y dónde comprar
- Un juego de supervivencia atractivo y creación
- Conclusiones de Dune: Awakening
Dune: Awakening: precio, platadormas y dónde comprar
Dune: Awakening | |
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Plataforma | PC |
Plataforma analizada | PC |
Fecha de lanzamiento | 10 de junio de 2025 |
Desarrollador | Funcom |
Género | MMO, MMORPG, Supervivencia |
Idioma | Voces en inglés y textos en español |
Dune: Awakening se publicó el 10 de junio para PC, estando previsto para PlayStation 5 y Xbox Series en un futuro próximo. Se trata de un MMO de supervivencia que invita a pasar de la subsistencia a la grandeza y desafíar el poder de un imperio en juego multijugador de escala masiva. Sobrevivir, al gusano de arena, fabricar un ornitóptero, construir una fortaleza y alcanzar la gloria en un Arrakis abierto con cientos de jugadores engloban la propuesta.
Un juego de supervivencia atractivo y creación
En Dune: Awakening, el jugador no encarna a un héroe predestinado, sino un superviviente más en un planeta implacable. Sin embargo, tiene la posibilidad de convertirse en leyenda para reforzar el carácter RPG del título y hacerlo una experiencia personalizable e inmersiva. Como survival crafting, sobresale en múltiples aspectos. El ritmo del juego evita el tedio clásico de muchos exponentes del género. Las tareas como recolectar minerales, fabricar herramientas o construir bases están bien integradas con la narrativa y no se sienten forzadas. La progresión es fluida: de trapos improvisados a una stillsuit funcional, de una pala rudimentaria a tecnologías complejas como suspensores antigravedad y escudos Holtzman.
No obstante, desde la óptica de un fan purista, la ambientación peca de ser a veces demasiado indulgente. Aunque la presencia de los gusanos de arena, las patrullas Sardaukar y las tormentas hacen que el mundo tenga sus peligros, otros elementos naturales del desierto, como la deshidratación o el calor extremo, no están tan bien representados como en los libros. Es posible moverse largas distancias sin agua, encontrar refugio con facilidad y sobrevivir sin sentir una amenaza constante. Esto le resta parte del dramatismo que los lectores asocian con Arrakis.
Uno de los puntos más sólidos del juego es su sistema de crafting después de que Funcom haya logrado un delicado equilibrio entre complejidad y usabilidad. Existen siete niveles de recursos, cada uno con su propio método de extracción, y una lógica de construcción que invita a desmontar y reconstruir en nuevas zonas, incentivando la movilidad y la exploración.
La personalización de estructuras es rica y visualmente atractiva: desde la elección de materiales hasta detalles como ventanas y tejados. Aunque el sistema de construcción puede parecer torpe al inicio, su curva de aprendizaje es satisfactoria y termina por ser intuitivo. Sin embargo, hay espacio para mejorar. La interfaz de creación, por ejemplo, puede ser confusa en momentos críticos, especialmente al necesitar fabricar objetos como kits de curación durante el combate. Esta debilidad puntual en la experiencia de usuario podría resolverse con una revisión visual que jerarquice mejor la información y el acceso a los ítems.
Explorar Arrakis: belleza visual y mecánicas de movilidad

El mundo de Dune está conseguido
Arrakis es un espectáculo visual. Las tormentas de arena, los amaneceres naranjas, los campos de especia brillando bajo el sol, y las espectaculares apariciones de Shai-Hulud componen un escenario imponente. El juego hace un excelente trabajo al capturar la inmensidad y majestuosidad del planeta. A ello se suma una exploración estimulante. Desde ornitópteros hasta motos de arena, pasando por habilidades como el gancho gravitacional y cinturones suspensores, el jugador dispone de múltiples herramientas para desplazarse. Esto no solo agiliza los desplazamientos sino que también dota de verticalidad al entorno, algo no muy común en los MMO survival.
La actividad de mapeo también refuerza el sentido de pertenencia al mundo: escalar pináculos para lanzar sondas y revelar puntos de interés añade una dimensión más estratégica a la exploración. Aunque puede tornarse repetitivo, es parte fundamental del ciclo jugable.
El combate en Dune: Awakening tiene dos caras. Por un lado, el cuerpo a cuerpo es temático, desafiante y profundamente fiel al espíritu de Dune. Dominar el ritmo de ataques rápidos y lentos para superar los escudos Holtzman es un sistema que premia la precisión y el aprendizaje. Por otro lado, el combate a distancia resulta genérico. Aunque está justificado por la necesidad de balancear el gameplay, las armas de fuego carecen de identidad y se sienten como un añadido obligatorio. Además, la IA enemiga es inconsistente, y la variedad de enemigos en las primeras horas es muy limitada, con apenas unas pocas unidades básicas y de élite.
Esta dualidad deja una sensación mixta: lo que brilla lo hace con fuerza, pero el resto apenas cumple con el mínimo necesario.
Una campaña convincente, pero con contenido secundario flojo

El contenido principal sobresale al secundario
La campaña principal ofrece entre 20 y 30 horas de contenido sólido, con una estructura coherente y eventos bien integrados en la lógica del universo de Dune. Sin embargo, las misiones secundarias no están a la misma altura. Suelen ser repetitivas, centradas en tareas de recolección o entrega sin trasfondo narrativo, lo que rompe parcialmente la inmersión.
Dado el nivel de calidad del resto del juego, esta diferencia se siente aún más. La riqueza del universo exige que incluso las actividades menores tengan peso temático, algo que Dune: Awakening aún no logra del todo.
Durante las primeras horas, la progresión se siente significativa. Elegir un trasfondo (Mentat, Soldado, Planetólogo, etc.) permite experimentar estilos de juego distintos. Más adelante, se pueden desbloquear otras habilidades y crear un personaje híbrido, lo que amplía las posibilidades.
Sin embargo, una vez alcanzado cierto nivel, la progresión pierde impacto. El sistema de habilidades no recompensa de forma clara el tiempo invertido, y el desarrollo de equipamiento o bases se vuelve repetitivo. Este estancamiento puede desalentar a los jugadores más veteranos y pone en riesgo la retención a largo plazo.
Un juego que invita a caer rendido en su mundo

Hay mucho que hacer y descubrir en Arrakis
Una de las innovaciones más ambiciosas del título es el sistema político y de facciones. Al llegar al endgame y desbloquear el Alto Desierto, el juego se transforma radicalmente. Esta zona, de 500 km² reorganizada semanalmente, se convierte en el escenario de conflictos PvP y PvE a gran escala, donde las grandes guilds se disputan el control de la especia y el poder político.
El Landsraad es un sistema que permite que los jugadores voten sobre cambios significativos en el servidor: desde modificar la dificultad del PvP hasta cambiar el tipo de comercio disponible. Estas decisiones afectan a todos los jugadores del mundo persistente y fomentan una metajugabilidad que va más allá del combate y la exploración.
Además, las facciones (Atreides, Harkonnen, etc.) no son solo etiquetas, sino plataformas para alianzas, traiciones y negociaciones. El PvP en este contexto no es solo una competición, sino una extensión lógica de la narrativa política del juego.
Un endgame solo para los más dedicados

Dune se alarga para seguir jugándolo durante mucho tiempo
El endgame es, al mismo tiempo, el punto más alto y más excluyente de Dune: Awakening. Requiere dedicación semanal, coordinación entre miembros de guild, acceso a vehículos y bases, y un conocimiento profundo del juego. De esta forma, las recompensas son considerables y abarcan desde recursos raros hasta control político.
Este diseño es una espada de doble filo: ofrece profundidad y dinamismo a los jugadores hardcore, pero deja fuera a quienes no puedan comprometerse con el alto nivel de exigencia. Es un enfoque legítimo, pero polarizador.
Uno de los aspectos más aplaudidos del lanzamiento es el soporte por parte de Funcom. A pesar de un inicio accidentado —con problemas de servidores, bugs y caídas—, el equipo reaccionó con rapidez, implementando parches diarios, comunicándose de forma transparente y resolviendo la mayoría de los errores críticos en menos de una semana.
Este tipo de compromiso no es común en los MMO modernos y ha ayudado a revertir parcialmente el daño reputacional inicial, ganándose la confianza de la comunidad en plataformas como Steam, donde las valoraciones han mejorado notablemente.
El desafío del juego

Funcom tiene el desafío de mantener a los jugadores activos
Uno de los desafíos más notables que enfrenta Dune: Awakening es la tensión entre su ambientación espectacular y su capacidad de contar historias memorables. Si bien la atmósfera de Arrakis está perfectamente representada —desde los elementos icónicos como los gusanos de arena y los trajes destilantes hasta el constante riesgo del desierto—, el juego carece, por momentos, de una narrativa más emocionalmente conectada al jugador. Las decisiones morales son escasas, y aunque el sistema político del Landsraad es brillante en concepto, en la práctica puede sentirse distante o frío.
Aquí es donde se echa en falta una mayor interacción con NPCs significativos, personajes con motivaciones complejas y relaciones más profundas. Aunque existe una estructura social en el juego, pocas veces se traduce en conexiones personales duraderas. En una franquicia que se ha distinguido por su riqueza filosófica, religiosa y cultural, esta ausencia de profundidad narrativa más íntima puede dejar con la sensación de que el mundo de Dune: Awakening es más escenario que historia.
Dicho esto, el diseño abierto del juego ofrece un terreno fértil para las comunidades que deseen sumergirse en experiencias de rol emergente. La posibilidad de formar clanes, establecer jerarquías internas, organizar expediciones de recolección de especia y participar en decisiones políticas permite que los propios jugadores se conviertan en generadores de contenido. En otras palabras, Dune: Awakening no impone una historia: la sugiere y deja que los jugadores la vivan.
Esto convierte al título en un MMO con posibilidades únicas para streamers, grupos organizados y fanáticos del roleplay. Algunos servidores ya han visto emerger narrativas colectivas espontáneas: alianzas rotas, líderes traicionados, comunidades enteras desplazadas por una tormenta o la aparición de un gusano en medio de una operación minera clave. Estos momentos no están guionizados, pero son precisamente los que construyen la mística duradera de un MMO.
Conclusiones de Dune: Awakening

Dune: Awakening saltará a PS5 y Xbox Series en el futuro
Dune: Awakening es, sin duda, una de las adaptaciones más fieles, valientes y técnicamente complejas del universo de Dune que se pueda ver en videojuegos. Tiene una ambientación sublime, un sistema de crafting bien balanceado, exploración inmersiva y una estructura política multijugador que lo distingue de la mayoría de los MMO del mercado.
No obstante, también tiene aspectos que necesitan atención: una progresión mejor definida, mayor variedad de enemigos, una IA más pulida y misiones secundarias con mayor peso narrativo. Funcom ha sentado unas bases sólidas, pero ahora le toca construir sobre ellas un juego que pueda sostener una comunidad exigente y persistente.
Para quienes aman la saga, es una carta de amor jugable. Para los fans del survival, una propuesta innovadora. Para los jugadores casuales, puede resultar abrumador. De esta forma, hay que estar dispuestos a invertir tiempo y energía, Dune: Awakening es una experiencia que merece la pena vivir… y conquistar.