Azucarada conclusión

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La aventura comenzada en noviembre de 2015 con Fallout 4 llega a su fin casi un año después con Nuka-World, sexto y último contenido adicional del último videojuego de Bethesda que se despide con un DLC a la altura de lo esperado pero arrastrando algunos de los problemas originales del título lanzado el pasado año.

Azucarada conclusión

Fallout 4 fue uno de los videojuegos que más expectación levantó en los últimos tiempos. Su anuncio a pocos meses de su lanzamiento fue todo un bombazo y los fans tanto de la saga clásica como de la reinvención de Bethesda empezaron a tachar los días en el calendario hasta que llegó la fecha esperada. Era noviembre de 2015 y Fallout 4 por fin estaba con nosotros. Ahora, nueve meses después, toca despedirlo.

Tras la llegada de dos DLCs de historia bastante irregulares, Automatron (breve y poco profundo) y Far Harbor (gigantesco pero con problemas de rendimiento en PlayStation 4) y tres añadidos cosméticos y centrados en la construcción de asentamientos, Wasteland Workshop, Vault-Tec Workshop y Contraptions Workshop, Nuka-World es el último de los seis contenidos adicionales de Fallout 4, cuyo pase de temporada subió de los 30 a los 50 euros de coste pocos días antes de llegar el primer descargable, pues Bethesda alegaba que el contenido merecería mucho la pena.

A continuación hablaremos en profundidad de Nuka-World y, por supuesto, también llegará la hora de hacer balance y confirmar o desmentir lo que Bethesda prometió: muchos contenidos y de mucha calidad.

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Nuka-World comienza con un método de inicio clásico en la saga Fallout: hemos detectado una nueva señal de radio en la que una grabación nos invita a visitar el mayor parque de atracciones de la Commonwealth, Nuka-World. Así que, sin más dilación, nos dirigimos allí. Nuestra llegada al parque será convulsa y se nos obligará a completar una serie de pruebas en un circuito de desafíos llamado la Garra. Una vez completados nos convertimos en los amos del cotarro y nos vemos envueltos en un verdadero caos. Las bandas de saqueadores de la parte del parque más grande están en guerra y nuestro deber es unirlas para poder recuperar el resto de Nuka-World y arrebatárselo de las manos a otras terribles bandas de vándalos.

Azucarada conclusión

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Nuka-World es, antes que nada, lo que los fans de Fallout 4 esperaban de todos y cada uno de los DLCs. No llega, ni de lejos, a la enormidad del mapa de Far Harbor (el más grande creado por Bethesda para una expansión), pero ofrece un buen punto de partida. Y es que este contenido nos permite explorar de cabo a rabo un parque de atracciones con temática de Nuka-Cola, el refresco más famoso del apocalipsis. El parque está dividido en diferentes zonas, como la región espacial (con atracciones centradas en las estrellas y el universo), la zona infantil (con la noria y otros divertimentos para niños) o la embotelladora (donde se explicaba al público el proceso de producción de la Nuka-Cola).

Lamentablemente, para acceder al parque como tal y tener completa libertad de movimiento deberemos superar una misión inicial, la ya comentada de la Garra. Será un pasillo repleto de trampas que deberemos ir superando y si bien es divertido al principio se vuelve realmente tedioso, pues lo que queremos es llegar a Nuka-World. Se trata de una misión inicial de una hora de duración. Una vez lleguemos al azucarado parque ya podremos hacer lo que se nos antoje, aunque las posibilidades sean menos de las que esperábamos.

La gran novedad de este sexto y último contenido adicional de Fallout 4 es la posibilidad (más bien la obligación) de ser malos, ya que deberemos ponernos al frente de un grupo de saqueadores cuya misión es… bueno, saquear básicamente. Nuestro grupo se divide en tres facciones a las que debemos intentar unir. Para ello tenemos dos vías diferentes: labrarnos su confianza haciendo misiones secundarias para los líderes de cada facción o liberando las distintas zonas del parque y ofreciéndoselas como recompensa al grupo que nosotros elijamos. Deberemos hacerlo con cautela, pues las facciones menos agraciadas podrían ponerse celosas e iniciar una revuelta.

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El otro modo, como decíamos, son las tareas secundarias. Poco recomendables, a decir verdad. Son misiones clónicas entre las tres facciones: ve a tal lugar y mata o pon un collarín de esclavo a tal personaje. Lo peor de todo es que parecen prácticamente infinitas y que muchas veces nos llevan de vuelta a la Commonwealth en lugar de desarrollarse en el propio parque Nuka-World, como sería lógico. Es por ello que podemos decir que el parque no está todo lo aprovechado que debería, al mismo tiempo que hay muy pocas localizaciones que visitar. Como apunte curioso, cuando despejemos las diferentes zonas de Nuka-World y restablezcamos la energía en cada una de ellas podremos montar en algunas de las atracciones y participar en algunos minijuegos que, como su propio nombre indica y por desgracia, ofrecen poca diversión y profundidad.

Argumentalmente es probable que estemos ante el peor contenido de Fallout 4. Nuka-World tiene prisa por darnos el poder de hacer lo que nos plazca en el parque temático y nos inviste como líderes a las primeras de cambio y sin haber hecho nada para merecerlo y ser aceptados por una banda de sanguinarios saqueadores. El videojuego es divertido, como siempre, lo que favorece seguir jugándolo durante las aproximadamente diez horas que nos durará, pero la historia no será uno de los motivos por los que queramos seguir avanzando. Todo lo que ocurre hace que nos quedemos indiferentes.

Otra de las novedades de Nuka-World es la inclusión de algunas nuevas criaturas como hormigas voladoras. Sin embargo, no señalaremos más para que os llevéis las sorpresas por vosotros mismos. Tristemente, los combates nos llevarán casi siempre hacia los enemigos más comunes: saqueadores y robots de todo tipo. Cabe destacar que el nivel recomendado para jugar a esta expansión es el 30, por lo que podemos encontrarnos con los enemigos más duros a los que nos hayamos enfrentado jamás en Fallout 4. Como le ha ocurrido desde el principio al título de Bethesda, si te especializaste en ir a sigilo todo te resultará extremadamente sencillo incluso en los niveles de dificultad más altos.

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Nuka-World es un parque de atracciones protagonizado por la Nuka-Cola, la bebida estrella de la Commonwealth y del Yermo en general. Es por ello que Bethesda ha hecho hincapié en el refresco en este descargable. A las ya clásicas Nuka-Cola, Nuka-Cola Quantum y Nuka-Cherry se unen ahora otras variedades para que aumentes tu colección. Tenemos, entre otras, la Nuka-Cola Victory, la Nuka-Cola Dark o la Nuka-Cola Orange. Asimismo, a lo largo y ancho de todo el parque encontraremos máquinas que nos permitirán mezclar nuestras Nuka-Colas para crear bebidas especiales que nos otorguen bonificaciones en combate. Encontrar recetas de nuevas Nuka-Colas será esencial para sobrevivir en la máxima dificultad.

El toque más simpático de Nuka-World es la presencia de Sierra Petrovita, un personaje que los fans acérrimos de Fallout 3 recordarán a la perfección. Sierra es la mayor coleccionista del mundo de Nuka-Cola y ahora ha visitado el parque para completar su colección con la joya de la corona: la receta original del refresco. Por supuesto, nosotros podremos ayudarla a completar su misión si lo deseamos. Tampoco es una tarea extremadamente innovadora, pero se agradece volver a ver a un querido personaje de la saga.

Bethesda se vuelve a olvidar de las peticiones de los fans y Nuka-World está centrado, nuevamente, en la acción pura y dura. De vez en cuando haremos frente a encargos de otra índole, pero la inmensa mayoría están focalizadas en despejar zonas de enemigos. El desarrollo de personajes, para concluir, se nos antoja el menos elaborado de la serie y estamos ante una constante pasarela de estereotipos que no aportan nada narrativamente, mientras que nuestra capacidad de decisión también queda mermada al obligársenos a ser malos por la fuerza.

Joel Castillo

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Jugabilidad: Nuka-World es Fallout 4 en estado puro, para bien o para mal. La práctica totalidad de las misiones están centradas en la acción desenfrenada y los encargos secundarios son clónicos, repetitivos y aburridos. Aunque no demasiado grande, el nuevo mapeado es más que interesante, por lo que se siente desaprovechado. Hasta tal punto que la expansión nos manda de vuelta a la Commonwealth en muchas ocasiones para cumplimentar algunas tareas secundarias.

Gráficos: Se trata del mismo juego que el Fallout 4 original, por lo que gráficamente no ha habido ningún tipo de avance, si bien es cierto que el parque Nuka-World ofrece una variedad de colores más llamativa que los vistos en la Commonwealth y, por supuesto, que en la gris y oscura Far Harbor. Lamentablemente, el juego sigue contando con graves problemas de rendimiento y caída en la tasa de frames, al menos en la versión de PlayStation 4 que hemos probado.

Sonido: Correcto doblaje al castellano como siempre en la mayoría de videojuegos de Bethesda. Eso sí, los extras tan solo gozan de un par de voces femeninas y otro par masculinas, por lo que acaban haciéndose pesadas. La banda sonora presenta temas musicales muy diferenciados de los del Fallout 4 original, con música cercana incluso al género western.

Historia: El peor apartado con diferencia de Nuka-World. Bethesda tiene prisa por ponernos al mando del parque y permitirnos hacer lo que nos venga en gana. Para ello descuida la vertiente narrativa, que se convierte en una sucesión de sinsentidos. Debemos dejarnos llevar y no pensar demasiado en ello si queremos disfrutar de lo que verdaderamente pretende Nuka-World: divertirnos.

Duración: Si bien el mapa no alcanza, ni de lejos, el tamaño de Far Harbor ni su cantidad de misiones, Nuka-World pone a nuestra disposición un mapeado muy atractivo y con varias localizaciones interesantes que explorar. Los encargos principales son suficientemente extensos como para que la aventura alcance las diez horas.

Conclusión: Nuka-World no es lo que todos los fans de Fallout 4 esperaban. Aporta pocas novedades, más allá del nuevo mapa, y su hilo argumental tiene escaso o nulo interés. Sin embargo, los que disfrutaran con el juego original lo harán también con esta sexta y última expansión, que cierra Fallout 4 de una forma digna. Ahora queda la decisión más importante: ¿merece la pena comprar el pase de temporada por 50 euros incluyendo tres DLCs de construcción de asentamientos, un DLC de historia muy breve y únicamente dos expansiones que merecen ser llamadas así? La decisión, a fin de cuentas es tuya, pues ahora ya sabes todo lo que contiene y contendrá este carísimo pase de temporada.

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