Análisis de Goat Simulator 3 - Hacer el cabra ya no tiene tanta gracia

Goat Simulator se convirtió desde los primeros instantes en uno de esos juegos que no dejan a nadie indiferente. La manida frase de "hacer el cabra" se hacía realidad mediante un título que te invitaba a convertirte, literalmente, en una cabra, para realizar todo tipo de tropelías que se te puedan llegar a ocurrir en su mundo, donde la física era lo de menos y las situaciones destenillantes, la nota predominante. Con el tremendo éxito cosechado, desde Coffe Stain North no han querido dejar pasar la oportunidad de ampliar el universo de la cabra y Goat Simulator 3 -sí 3, no hay 2- ya está en el mercado.

Durante las últimas semanas nos hemos internado en su propuesta para poder realizar el análisis de Goat Simulator 3. Lo que nos hemos encontrado es un juego que arranca fuerte, dejando claro que el humor es la nota predominante y que se trata de una crítica muy acertafa a los juegos de mundo abierto, aunque con el paso de las horas acaba diluyéndose en sus propias bromas y siendo carne de la crítica que pretende proclamar. No consigue enganchar lo suficiente y repite ciertas mecánicas y chistes hasta cansar, con lo que se queda en un intento cómico de cambiar las cosas y se convierte en lo que pretendía comediar.

• Goat Simualator 3: toda la información
• Experiencia con Goat Simulator 3
  • Cuando hacer el cabra deja de ser gracioso
  • Misiones simples que no requieren de una gran ingenio
  • A nivel técnico, resulta difícil saber qué es intencionado y qué no
• Valoración final de Goat Simulator 3

Goat Simualator 3: toda la información

Goat Simulator 3 es la secuela del título en el que hacer el cabra se vuelve una realidad, más que nunca. El equipo de Coffe Stain North te pone en la piel de una cabra que debe explorar su mundo para realizar todo tipo de acciones locas y surrealistas mediante una propuesta de simulación, plataformas y mundo abierto. Con su lanzamiento el 17 de noviembre de 2022 en PS5, Xbox Series X y PC, Goat Simulator 3 pretende seguir la exitosa estela de su primer título. En cuanto al idioma, cuenta con voces en inglés y textos en español.

Experiencia con Goat Simulator 3

Goat Simulator 3 es un juego divertido, de eso no cabe duda. Si disfrutaste de la primera entrega, encontrarás una propuesta más completa, amplia y con opciones adicionales para que puedas hacer el cabra todo lo que desees. Sin embargo, la experiencia general termina siendo bastante caótica y no de manera intencionada, con un sistema de progresión repetitivo y que no invita a engancharte a su propuesta con el paso de las horas. De hecho, da la sensación de que agota muy rápido sus recursos y no está pensado para disfrutarlo más allá de un par de horas junto a amigos para echarse unas risas. A fin de cuentas, acaba siendo víctima de sus propias pretensiones.

Cuando hacer el cabra deja de ser gracioso

En Goat Simulator 3 puedes hacer el cabra de mil maneras diferentes.

El equipo de Coffe Stain North ha querido hacer de Goat Simulator 3 su plataforma de protesta contra el desarrollo general de los juegos de mundo abierto de la actualidad. Y no lo hacen nada mal, he de decir. Su inicio es una genial parodia a Skyrim, mientras que el sistema de torres y elementos en el mapa es una clara referencia a ese estilo Ubisoft que tanto nos ha saturado en los últimos años. Hay ideas realmente buenas y que calan hondo para soltar esa risotada que se espera de un juego con este estilo, pero dura eso, el tiempo de una carcajada. Y la fina línea de reírse a soltar un bostezo es tan fina que parece no haberse tenido en cuenta en el desarrollo. ¿Eres capaz de reírte con las mismas situaciones una y otra vez pasadas unas horas?

Pues ese es precisamente el efecto que provoca Goat Simulator 3. Es una carcajada de poco recorrido. Hilarante, original, intenso, caótico, divertido... en el corto plazo. Y eso que se han esforzado en crear situaciones de lo más maravillosas, como destrozar una fiesta de cumpleaños que acaba en final inesperado, pero repetir situaciones de recadero hasta la saciedad para dejar clara su crítica hacia este tipo de actividades termina siendo tedioso, aburrido e insufrible. Y esto es algo que se agrava incluso más teniendo en cuenta que estamos ante un videojuego corto, de unas 5-6 horas de duración en su totalidad. Lo bueno si breve, dos veces bueno; pero, si es malo...

De este modo, a pesar de que Goat Simulator se empeña en dejarte al libre albedrío y disfrutar de su mundo abierto como te plazca, no tardas en darte cuenta de que en muchas ocasiones estás haciendo las mismas cosas y de que los chistes cada vez pierden más la gracia y, en ocasiones, resultan incluso incómodos. La primera entrega disfrutaba de esa frescura al no contar con ningún otro videojuego similar, pero en esta ocasión parece que se ha construido pensando en sacar un pequeño fragmento que se pueda hacer viral en plataformas como Twitch o YouTube, en lugar de presentar una propuesta bien construida al usuario medio.

Misiones simples que no requieren de una gran ingenio

El diseño de misiones de Goat Simulator 3 es simple y no requiere de mucho ingenio.

Hay una virtud en Goat Simulator 3 y en su diseño de misiones y es que desde Coffe Stain North saben que no nos gusta perder el tiempo con mecánicas complejas que inviten a pensar demasiado, no al menos en este tipo de juegos. Y he de decir que en este sentido sí que sabe cumplir con creces con aquello que se espera de él: situaciones absurdas y de lo más rocambolescas que no requieren de nada más que de tu propia imaginación para hacer todo lo que se te antoje o, en caso de que la misión solicite algo, te sea fácil entender qué es y ejecutarlo.

El juego está preparado para reaccionar a cualquier tipo de acción que se te ocurra y no hay un único modo de llegar a aquello que debes realizar para avanzar. No obstante, de nuevo, es un proceso algo tosco y con poco recorrido, ya que en muchas ocasiones se convierte en un mundo abierto banal, donde abres el mapa y tienes diferentes acciones que realizar, lugares a los que ir, cosméticos que desbloquear y artilugios que descubrir. No hay nada que invite a una progresión, ya que la cabra se limita a correr, soltar lenguetazos y embestir, poco más. De hecho, en la mayoría de ocasiones hay poca participación por parte del jugador, algo que es casi un crimen en un videojuego.

Lo mejor en este sentido es jugarlo con amigos, ya que cuenta con multijugador online que permite hacer el cabra en conjunto, lo cual es siempre más divertido. Además, el videojuego cuenta con numerosas referencias a otros títulos que son fácilmente identificables y que cuentan con una nota de humor de lo más desternillante, siendo sin duda lo mejor que se ha inventado Coffe Stain North para esta ocasión, aunque se traten de pequeñas muestras de originalidad en un mar repleto de los mismos tiburones.

A nivel técnico, resulta difícil saber qué es intencionado y qué no

Hay artilugios de lo más molones en Goat Simulator 3 con los que puedes incluso planear por el mapa.

Goat Simulator es, probablemente, la saga en la que resulta más complicado hacer un análisis técnico, ya que muchos de sus errores y sus bugs son totalmente intencionados y están integrados para servir como parodia o un elemento más de la jugabilidad. No obstante, donde no se puede disimular de ese modo es en el rendimiento y Goat Simulator 3 cuenta con una tasa de imágenes por segundo bastante pobre para tratarse de un videojuego que solo se ha lanzado en la nueva generación de consolas. De este modo, los 60fps también son un chiste en ciertas situaciones en las que las bajadas son monumentales e incluso hay alguna que otra congelación en la imagen.

Esto provoca, por supuesto, que la experiencia de juego se vea sensiblemente afectada, por lo que en ciertos puntos de la aventura resulta frustrante avanzar y realizar las tareas necesarias. Todo ello sin mencionar una de las grandes lacras de prácticamente cualquier videojuego que se lanza al mercado: el pop-in que se hace patente prácticamente a cada paso que se avanza y que parece una práctica difícil de erradicar. En lo artístico, además, se advierte una falta de originalidad a la hora de crear entornos diferentes, variados y que se alejen de la imagen del primer juego, por mucho que la calidad haya aumentado respecto a su antecesor.

Valoración final de Goat Simulator 3

La cabra es la verdadera protagonista de Goat Simulator 3.

En definitiva, Goat Simulator 3 es la idiotez hecha videojuego, tanto en el buen como en el mal sentido del término. Es una evolución de la fórmula de hacer el cabra con todo aquello que puedas imaginar, pero también es la demostración de que continuar por el mismo camino sin una progresión acorde a lo que propones, puede llevar a un resultado nefasto. Goat Simulator 3 no me ha conquistado, aunque ha conseguido arrancarme carcajadas y pasar grandes momentos, pero creo firmemente que un videojuego debe ser más que esto, más que buscar la risa fácil y no arriesgar más allá de chistes manidos y que funcionarán en ciertas plataformas, pero que, irremediablemente, acabarán cansando a cualquiera que pague por un producto más completo y con mayor recorrido.

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