Gustosa menestra

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RECO Technology presenta un curioso videojuego plataformero en 2.5 dimensiones protagonizado por dos verduras muy guerreras. Manteniendo la esencia de los clásicos del género e incorporando algunas llamativas mecánicas con sus dos personajes principales en el eje central de la acción, Kyurinaga’s Revenge aterriza en PlayStation 4, Xbox One y PC con el objetivo de llamar la atención de aquellos que disfrutan de las propuestas más originales.

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El estudio español RECO Technology vuelve a la carga tras el fallido Yasai Ninja y lo hace manteniendo su personalidad. Tanto es así que incluso la estética y ambientación del mencionado título regresan de forma evolucionada a una propuesta plataformera en 2.5 dimensiones, colorida y vistosa, y con sensación de profundidad en cada uno de sus esmerados escenarios, ubicados en una original representación del Japón feudal.

Esa es la época en la que los dos protagonistas, una cebolla ninja y un brócoli samurái, deberán hacer todo cuanto esté en su mano para detener los planes del villano que da nombre al videojuego, Kyurinaga. Sin embargo, este siniestro enemigo no cuenta con la habilidad de los personajes que el jugador podrá intercambiar en cualquier momento o incluso disfrutar de forma simultánea gracias al cooperativo local introducido por sus creadores. Kyurinaga’s Revenge, que hemos podido jugar en su versión de PlayStation 4, se antoja como una digna menestra de verduras que cualquiera querrá probar.

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Esta divertida propuesta plataformera en 2.5D nos ofrece, como principal atractivo, un amplio modo historia que nos lleva a recorrer diferentes y muy variados niveles que, pese a hacer uso de mecánicas similares, supondrán un continuo reto para el jugador. En cualquier caso, el menú inicial permitirá escoger entre cuatro dificultades que, progresivamente, van incorporando nuevos elementos en pantalla al mismo tiempo que retiran puntos de control.

Pese a tratarse de localizaciones que recorreremos mayoritariamente en dos dimensiones, aunque en algunos momentos también lo haremos en ligera perspectiva, todos los elementos en pantalla gozan de una profundidad que enriquece notablemente la experiencia y también la de nuestros protagonistas, una cebolla y un brócoli. Sus nombres, Kaoru Tamanegi y Broccoli Joe, dos guerreros que deberán recorrer los diversos niveles para detener a un enemigo que planea acabar con la paz de los habitantes de la zona.

Para ello, deberán desplazarse tanto horizontal como verticalmente y esquivar diferentes obstáculos: agua, pinchos estratégicamente situados, mecanismos capaces de aplastarlos hasta convertirlos en puré de verduras, paredes que escalar y demás retos que irán encontrándose en su avance. Sin embargo, si decidimos afrontar la aventura en solitario solo podremos controlar a uno de los personajes, que podremos intercambiar en cualquier instante por su compañero de viaje.

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Los intercambios, en cualquier caso, no serán una mera cuestión estética. Cada uno de los protagonistas posee una serie de habilidades muy concretas que serán especialmente útiles en determinadas situaciones. El guerrero brócoli será capaz de lanzar kunais cual flechas, que podrá dirigir tanto hacia algunos de los enemigos como a los diversos puzzles que nos encontraremos: dianas con las que abrir puertas, plataformas sujetas por cuerdas que habrá que romper o bombas que explosionar desde la distancia.

Precisamente en este último aspecto será necesario su compañero cebollil, cuya principal habilidad es la de colocar explosivos listos para detonar. No obstante, también será de gran utilidad cuando debamos empujar una caja tanto para alcanzar un objetivo más elevado como para evitar pisar directamente el suelo. En cualquiera de las alturas por las que nos hacen transitar los desarrolladores encontraremos también monedas, objetos y otros coleccionables azules que aparecerán simultáneamente cuando recojamos el primero y que solo se mostrarán por tiempo limitado.

Los dos primeros elementos, sin embargo, estarán a nuestra disposición cuantas veces estemos dispuestos a pasar sobre ellos, incluso en el interior de algunos gigantescos troncos que en más de una ocasión esconderán una sala oculta repleta de recompensas, recordándonos inevitablemente a algunos títulos clásicos del género. Sin embargo, no solo hallaremos tesoros en nuestro avance, en el que también nos toparemos con diversos tipos de enemigos.

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Unos nos lanzarán hachas continuamente, otros harán explosión si les golpeamos y algunos, solo en las fases más benévolas con el usuario, morirán inmediatamente si les atacamos. De este modo, el jugador no será capaz de acabar con todos los enemigos, que normalmente deberá evitar para evitar mayores complicaciones, sobre todo si tenemos en cuenta que, tras un solo impacto sobre uno de nuestros personajes, estaremos muertos.

Lo mismo se aplica a los pinchos o a cualquier otro obstáculo dañino que salga a nuestro paso y que acabará con nosotros tras el más mínimo roce. Es por ello por lo que los puntos de control, que el usuario deberá activar al pasar junto a ellos, resultan tan importantes en Kyurinaga’s Revenge. En las dificultades más elevadas, de hecho, resultarán tan vitales como insuficientes en muchos casos, en los que nos veremos abocados a un bucle infinito de intentos para superar algunas complejas fases que, desgraciadamente, habrá que completar sin su ayuda.

Aunque la fase más potente será la de combate, que servirá en diversas ocasiones para concluir el nivel. Con nuestros personajes situados espalda con espalda, tendremos que hacer frente a numerosas oleadas de enemigos que atacarán desde ambas direcciones. Mediante el uso de quick time events y nuestra habilidad para cambiar de protagonista en el momento adecuado, iremos combatiendo a todo aquel que se acerque.

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Otro de los aspectos más llamativos del título es que, tanto estas batallas como el resto de la historia, puede jugarse acompañado de otro jugador de manera local. Qué mejor manera de enfrentarse a una propuesta de corte clásico que disfrutarla junto a un segundo jugador sentado físicamente a nuestro lado. Como podrás imaginar, esta opción nos evitará tener que intercambiar al personaje y propondrá una aventura más divertida y, quizás, más sencilla dependiendo de la habilidad del susodicho.

En cualquier caso, con el objetivo de acercarnos a la trama contaremos con la ayuda de múltiples cuadros de texto que, sobre todo en la introducción de cada uno de los niveles, nos ayudarán a ponernos en situación. Y es que, pese a tratarse de un aspecto inevitablemente secundario, la historia se encuentra lo suficientemente desarrollada gracias a un admirable trabajo en la construcción de los dos protagonistas, que hacen gala de una divertida personalidad que combinarán a las mil maravillas.

Del mismo modo, las cinemáticas servirán como anticipo de diversos niveles, que se iniciarán precedidos del contexto adecuado en forma de ilustraciones acompañadas de la correspondiente dosis de texto, en completo castellano también en lo relativo a la interfaz. Este título tan vistoso y colorido ofrece, además, la posibilidad de disfrutar de otros dos modos de juego ajenos a la historia, el modo Horda y el Arena. El primero nos introducirá en un reto fácilmente deducible por el nombre, en el que deberemos hacer frente a interminables oleadas de enemigos. En el segundo, podremos enfrentarnos a nuestro compañero de sofá tras superar una aventura que puede prolongarse incluso hasta las ocho horas.

Javier Castillo

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JUGABILIDAD: Aunque el movimiento del personaje se intuye excesivamente lento al inicio, está lo suficientemente compensado con el resto de habilidades como para resultar satisfactorio. Las diferentes mecánicas que hallamos durante la aventura se encuentran correctamente implementadas y se ejecutan sin mayor dificultad. Solo al escalar entre dos paredes parecen surgir algunos inconvenientes.

GRÁFICOS: Se trata de una propuesta discreta en lo relativo al nivel gráfico que, sin embargo, ofrece un diseño artístico tan vistoso, colorido y original que compensa cualquier otra limitación. En líneas generales, el título luce bien y no se aprecian fallos de rendimiento de ningún tipo.

SONIDO: El apartado sonoro no destaca especialmente en un videojuego que trata de ofrecer una experiencia más enfocada a los visual. Los diferentes efectos pueden resultar repetitivos para algunos oídos, aunque en conjunto cumple con las expectativas.

DURACIÓN: La aventura, en torno a las ocho horas de duración, es lo suficientemente extensa dadas las características del título. El jugador cuenta demás con otros dos modos de juego capaces de prolongar su experiencia incluso junto a otro usuario de forma offline.

HISTORIA: Se trata de un aspecto accesorio aunque lo suficientemente desarrollado, incluso a través de cinemáticas y cuadros de diálogo entre los protagonistas, para introducir al jugador en la acción de forma óptima. Cada personaje, además, hace gala de una personalidad que logrará mantener la atención del usuario.

CONCLUSIÓN: Kyurinaga’s Revenge no es sino un entretenimiento plataformero que trata de homenajear a los clásicos del género. Sin embargo, sus creadores se han se han arriesgado en la construcción de los protagonistas, los auténticos héroes de esta original propuesta tan sencilla en sus mecánicas como compleja, en el buen sentido de la palabra, en su ejecución. Su estética, simpática, vistosa y llena de color, puede dar la falsa impresión de estar ante una aventura solo disfrutable por los más pequeños de la casa, aunque nada más lejos de la realidad. El juego, que también ofrece grandes dosis de humor, supone un auténtico reto para los usuarios más exigentes, que podrán disfrutar durante horas de una experiencia francamente lograda.

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