Análisis de Midnight Murder Club - Un divertido y frenético juego de disparos multijugador en la oscuridad

Analizamos el multijugador de precio reducido tras finalizar su acceso anticipado

Análisis de Midnight Murder Club - Un divertido y frenético juego de disparos multijugador en la oscuridad
Midnight Murder Club es un multijugador con intenciones claras
Publicado en Análisis

El panorama de los juegos multijugador en 2025 está dominado por propuestas que buscan maximizar la retención del jugador a través de micropagos, progresiones infinitas y complejos sistemas de personalización. Frente a ese modelo hegemónico, Midnight Murder Club, un título desarrollado por Velan Studios, aparece como una propuesta que se opone deliberadamente a las tendencias de la industria.

Su propuesta es clara: un juego multijugador oscuro, tenso y, en muchos sentidos, minimalista, donde la experiencia compartida con amigos se sitúa por encima de las recompensas digitales. El juego se desarrolla en Wormwood Manor, una mansión victoriana sumida en la oscuridad, y combina elementos de shooter en primera persona, party game y survival horror, atravesados por el humor negro y la estética del whodunit.

Con un precio reducido de menos de 10 euros o dólares y la posibilidad de usar un pase de amigo para invitar hasta cinco personas adicionales sin coste, Velan Studios parece más interesado en fomentar la comunidad que en explotar al jugador con una propuesta que a continuación analizamos.

+ Pros

  • El concepto del juego es fresco: un shooter en oscuridad total que obliga a repensar estrategias
  • La ambientación es inmersiva con sonido detallado y estética gótica que potencian la tensión
  • Diversos modos de juegos, algunos más creativos que otros
  • Alta dimensión social con chat de proximidad, distorsión de voz y pase de amigo

- Contras

  • Un único mapa que puede volverse repetitivo
  • Curva de aprendizaje desigual que favorece a jugadores expertos ante novatos en modos competitivos
  • PvE poco atractivo con el modo Turno de noche
  • Gráficamente es muy modesto
70Sobre 100

Midnight Murder Club: precio, plataforma y dónde comprar

Midnight Murder Club
PlataformaPS5 y PC
Plataforma analizadaPS5
Fecha de lanzamiento14 de agosto
DesarrolladorVelan Studios
GéneroMultijugador
IdiomaTextos en español y voces en inglés

Midnight Murder Club es un juego de terror en grupo que intenta elevar las pulsaciones de los jugadores desde una oscura mansión. La misión de los participantes es usar una linterna, la pistola y el chat con hasta cinco amigos para explorar, gritar e ir dando tumbos entre tiroteos, trampas caóticas y la absoluta oscuridad. El título ya está disponible en PS5 y PC con textos en español.

Un club digno de Agatha Christie o Stephen King

Uno de los aspectos más destacados de Midnight Murder Club es su atmósfera al parecer inspirarse tanto en los relatos de Agatha Christie como en las novelas de Stephen King. La propuesta inicial es sencilla: el jugador recibe una invitación a una misteriosa fiesta en una mansión lujosa y aislada; al llegar, encuentra un revólver y una linterna. Acto seguido, las luces se apagan y comienza la cacería.

La ambientación en oscuridad total es el núcleo de la experiencia. A diferencia de otros shooters, aquí no hay fuentes de luz ambiental: la única herramienta de visibilidad es la linterna, cuyo uso es a la vez necesario y peligroso, pues revela la posición del jugador. Este recurso, aparentemente simple, transforma la dinámica del juego en una tensión constante: avanzar a ciegas o iluminar el entorno corriendo el riesgo de ser detectado.

El diseño de Wormwood Manor refuerza esta sensación. La mansión es amplia, de dos plantas y con un patio exterior, plagada de habitaciones separadas por puertas que limitan la línea de visión. Su decoración de lujo (muebles de época, lámparas de cristal, estatuas) contrasta con la violencia de los enfrentamientos, generando una estética que oscila entre el clasicismo decadente y lo grotesco.

Este escenario único, aunque limitado en variedad, se convierte en un tablero flexible donde el sonido, la luz y el sigilo son más importantes que la puntería. Cada crujido del suelo o cada puerta chirriante puede delatar la posición del jugador, recordando a experiencias como Alien: Isolation. En este sentido, el diseño sonoro es otro de los puntos fuertes: respiraciones, pasos y ruidos ambientales intensifican el miedo a ser descubierto.

Mecánicas simples con y riesgo calculado

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Las sombras de la mansión del Club del Asesinato a Medianoche son constantes

En lo mecánico, Midnight Murder Club también se distancia de los shooters modernos. Todos los jugadores disponen de la misma arma: un revólver de seis balas, acompañado de una linterna y, en algunos modos, poderes temporales o maldiciones. No existe la posibilidad de apuntar con mirilla, lo que obliga a depender de una puntería básica y de la gestión del espacio.

La eliminación suele ser inmediata con un disparo certero, evocando a títulos como GoldenEye 007. Esta característica genera partidas intensas, donde el margen de error es mínimo y la estrategia prioriza el sigilo sobre la agresión. Correr de una habitación a otra rara vez es viable, pues expone al jugador a ser abatido en segundos.

Los diseñadores han incorporado elementos adicionales que refuerzan la tensión: puertas y trampas en las que cada apertura o cierre genera ruido, convirtiéndose en un arma de doble filo; cartas y potenciadores que, en ciertos modos, los jugadores pueden activar para alterar las reglas, como aumentar la velocidad, restringir zonas de la mansión o encoger a los personajes; o revivir compañeros, una mecánica moderna que aporta un matiz competitivo, especialmente en modos por equipos.

La oscuridad como recurso dual hace que la falta de visión es tanto aliada como enemiga, pues permite esconderse pero dificulta la movilidad de una propuesta minimalista deliberada que puede interpretarse como un manifiesto de diseño: al reducir la complejidad armamentística, se obliga al jugador a reconfigurar su forma de jugar, priorizando comunicación, paciencia y lectura del entorno.

Modos de juego variados para un solo escenario

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Tanto modos clásicos como modos por objetivos que requieren más reflexión y estrategia

La rejugabilidad de Midnight Murder Club depende en gran medida de sus modos multijugador, que, si bien se desarrollan en la misma mansión, ofrecen dinámicas distintas. Estos modos son:

  • Todos contra todos: caos absoluto donde todos se enfrentan contra todos. Resulta frenético, aunque puede frustrar a jugadores novatos.
  • Duelo por equipos: dos equipos compiten por el mayor número de bajas, con la posibilidad de revivir compañeros. Es uno de los modos más equilibrados y populares
  • Ladrón de la noche: los equipos buscan tesoros para depositarlos en puntos específicos, con la posibilidad de robar a rivales. Favorece la cooperación y la estrategia
  • Cazadores de cabezas: una variante asimétrica donde un grupo intenta destruir tótems y el otro defenderlos. El balance puede ser irregular, pero aporta variedad
  • Cartas salvajes (modo de comodines): probablemente el más innovador. Cada jugador selecciona cartas que modifican radicalmente las reglas: desde eliminar puertas hasta penalizar la inmovilidad. Este componente aleatorio genera partidas impredecibles y muy populares entre la comunidad
  • Turno de noche: un modo PvE donde jugadores enfrentan oleadas de demonios o deben completar rituales. Aunque añade variedad, ha sido considerado el menos atractivo.

A pesar de que la experiencia se limita a un solo mapa, la combinación de estos modos logra generar la ilusión de diversidad. Sin embargo, a largo plazo, la ausencia de escenarios adicionales podría desgastar el interés si no acaban llegando.

Experiencia social entre risas, tensión y toxicidad controlada

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El chat de proximidad total provoca momentos tensos y de pura histeria

Más allá de la mecánica, Midnight Murder Club destaca por su dimensión social. El título fue concebido como un party game de horror, donde la interacción entre jugadores es tan importante como la acción en pantalla. Un ejemplo claro es la chat de proximidad en el que la voz de los jugadores se escucha solo si están cerca dentro del mapa. Esto genera situaciones cómicas e inesperadas, como tácticas susurradas que terminan delatando al equipo, discusiones familiares captadas en medio de la partida o trash-talking improvisado.

La risa, en este contexto, se convierte en un contrapunto al miedo y la tensión, haciendo del juego una experiencia social híbrida. Velan Studios también implementó opciones para reducir la toxicidad: se puede distorsionar la voz de desconocidos en gibberish, evitando insultos o lenguaje ofensivo. Esta innovación, rara en el género, protege a jugadores novatos y prioriza la diversión sobre el conflicto interpersonal.

Dicho esto, cabe recordar que el pase de amigo permite jugar hasta seis personas con una sola copia, lo que refuerza la filosofía del título. Más que un producto comercial, Midnight Murder Club parece diseñado como una experiencia colectiva que apuesta por la accesibilidad y la construcción de comunidad.

Un multijugador contemporáneo bajo lectura cultural

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El juego ha sumado comodines nuevos desde su early access

Para comprender mejor el alcance de Midnight Murder Club, conviene situarlo dentro del ecosistema actual de los juegos multijugador. Desde finales de la década de 2010, la industria ha estado marcada por el auge de los battle royale, como Fortnite o PUBG, y de los juegos como servicio que dependen de temporadas, micropagos y progresiones sin fin. En ese marco, la mayoría de propuestas multijugador buscan retener al jugador a largo plazo mediante sistemas de recompensa que lo incentivan a volver día tras día.

Velan Studios, en cambio, opta por lo opuesto. Midnight Murder Club se despoja de todo elemento superfluo y se concentra en ofrecer un puñado de experiencias intensas, fáciles de comprender pero difíciles de dominar. La ausencia de cosméticos, pases de batalla o progresiones interminables puede parecer, a primera vista, un anacronismo; sin embargo, constituye también una declaración de intenciones: el objetivo no es atrapar al jugador en un ciclo de consumo, sino favorecer encuentros sociales memorables.

En este sentido, el juego se alinea más con una tradición de party games que con los grandes shooters competitivos. Su énfasis en la risa nerviosa, las situaciones absurdas y el uso del chat de proximidad lo sitúa cerca de fenómenos como Among Us, donde el éxito radicaba menos en la sofisticación técnica y más en las interacciones humanas que emergían del sistema de reglas. No obstante, Midnight Murder Club aporta un giro interesante: introduce la estética del survival horror en el terreno del multijugador ligero.

La oscuridad permanente, la mansión gótica y el recurso constante al sigilo evocan experiencias propias de títulos de terror en solitario, pero trasladadas aquí a un marco colectivo. De este modo, el juego construye una hibridación cultural: un híbrido entre Agatha Christie y Stephen King, entre Counter-Strike y una sesión de juegos de mesa.

Su precio reducido y el modelo del pase de amigo refuerzan la idea de accesibilidad y democratización. En lugar de exigir inversiones continuas, el juego propone compartir la experiencia con otros, casi como si se tratara de organizar una velada con amigos. Esto lo convierte en un producto cultural más cercano al cine de terror de medianoche o a las fiestas de juegos de mesa, que a los gigantes competitivos del esport.

En definitiva, el aporte cultural de Midnight Murder Club no está en revolucionar lo técnico, sino en recordarnos que los juegos multijugador pueden ser, ante todo, rituales sociales. Rituales donde lo importante no es acumular recompensas digitales, sino reír, asustarse y sorprenderse junto a otros. En un momento donde la industria tiende a la saturación y al consumo infinito, propuestas como esta funcionan como recordatorio de que el juego, en su forma más pura, es una experiencia compartida.

Conclusiones de Midnight Murder Club

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Si ya sabes con quien jugar a Midnight Murder Club, solo os hará falta una copia del juego

Midnight Murder Club se erige como un experimento valiente en el panorama multijugador contemporáneo. Lejos de competir con los gigantes del free-to-play, Velan Studios propone una experiencia íntima, oscura y social, que recupera la esencia del juego como espacio de interacción más que de consumo.

Su propuesta combina tensión y humor, simplicidad y creatividad, minimalismo técnico y riqueza experiencial. No es un título perfecto —la repetición del mismo escenario y la dependencia de la comunidad son limitaciones evidentes—, pero sí un soplo de aire fresco que recuerda que en los videojuegos, a veces, menos es más.

En última instancia, Midnight Murder Club no busca ofrecer la grandilocuencia de un AAA, sino el vértigo de la risa nerviosa compartida en la penumbra de una mansión virtual. En ese sentido, cumple con creces: es un recordatorio de que jugar es, ante todo, experimentar juntos el miedo y la diversión.

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