Análisis de Marvel’s Spider-Man – Una telaraña que te atrapa

Análisis de Marvel’s Spider-Man – Una telaraña que te atrapa

“¡A por ellos, Tigre!”, la famosa frase de Mary Jane Watson es el resumen perfecto de lo que depara en Marvel’s Spider-Man, la ambiciosa propuesta de Insomniac Games con la que regala uno de los mejores exclusivos que han trepado los muros de PlayStation 4. Un tigre desatado que se eleva por las calles de Nueva York para impartir justicia allá por donde la criminalidad se asome. Un superhéroe con piel nueva, que demuestra haber aprendido de las heridas causadas por un pasado poco halagüeño.

Análisis de Marvel’s Spider-Man – Una telaraña que te atrapa

En Spider-Man para PlayStation 4, el jugador se pone a los mandos de Peter Parker, el joven que sueña con ser un gran científico en su vida normal y que, tras la máscara, salva a Nueva York de multitud de villanos y organizaciones que pretenden sumir la ciudad en el mayor caos posible. Con esa premisa se embarca en una aventura para tratar de detener los planes del magnate de los negocios ilegales Wilson Fisk, además de los denominados demonios que amenazan la seguridad de todos los habitantes de su hogar.

Con la ayuda de Mary Jane, tía May y compañía, Spider-Man se balancea en la mayor aventura que haya protagonizado en un videojuego y deja un enorme sabor de boca de cara a lo que puede servir el futuro con Insomniac a la cabeza. Uno de esos juegos que provocan una extraña sensación de satisfacción cuando lo superas y, al mismo tiempo, una n ecesidad de contar con una secuela entre las manos desde ese mismo instante. Con este pequeño aliciente, inicio mi análisis con todo lo que me han aportado casi dos semanas recorriendo las calles de Nueva York e impartiendo justicia a base de talarañas.

Análisis de Marvel’s Spider-Man – Una telaraña que te atrapa

Análisis de Marvel’s Spider-Man – Una telaraña que te atrapa

Seré breve y conciso para iniciar el análisis: Marvel’s Spider-Man es uno de los mejores exclusivos que se ha lanzado en PlayStation 4 hasta la fecha. De eso caben pocas dudas durante el primer instante en el que coges el mando para introducirte en la propuesta de Insomniac Games, hasta el momento en el que ves los títulos de crédito. Créditos que, por cierto, cuentan con dos escenas posteriores como cualquier buen producto de Marvel. No obstante, el título también cuenta con pequeñas carencias que demuestran la inexperiencia del estudio en este tipo de lides, aunque a todo eso iré más adelante.

Lo primero que hay que saber de Spider-Man es que es un videojuego fresco, dinámico y que no aburre en ningún momento de su propuesta principal. El trabajo de Insomniac Games a ese respecto es fantástico, ya que han conseguido crear un producto con una evolución constante y que siempre intenta ofrecer cosas nuevas al jugador, incluso hasta los compases finales de la aventura. Esto se traduce en una maravillosa fórmula a través de la cual el usuario puede elegir su modo de jugar, de avanzar y de hacer evolucionar al personaje. Y, tan solo con eso, ya puedo decir que es el mejor videojuego de Spider-Man que ha pisado una consola. Pero vayamos por partes.

Antes de entrar en términos más concretos como el manejo, la jugabilidad, la importancia de los combates o el aspecto gráfico, quiero destacar la fantástica recreación de Nueva York que ha conseguido reflejar el equipo de desarrollo en el juego. Cada elemento respira ese ambiente neoyorquino que tan acostumbrados estamos en ver en cine, series y demás documentos audiovisuales. Y, por supuesto, todos aquellos que hayan visitado la ciudad reconocerán algunos de sus lugares más emblemáticos. Aunque, por descontado, se toman ciertas licencias para adaptarlo a todo lo que tiene que ver con el universo de Spider-Man.

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Y, adentrándome en materia jugable, lo primero que quiero mencionar es el movimiento tan fluido que se ha conseguido con este título por las calles de Nueva York. Más allá de diferentes habilidades que mejoran la propuesta y en las que ahondaré después, todo se produce de un modo tan ágil y natural que no cuesta nada moverse de una punta a la otra de la ciudad. Bien es cierto que no estamos hablando del mapa más grande de la historia del videojuego, ya que está limitando a lo que es el emplazamiento estadounidense. Aun así, la recreación aporta un terreno bastante amplio y, en ningún momento, el desplazamiento se hace tedioso. De hecho, da la sensación de no necesitar recurrir a los viajes rápidos, aunque en un punto del argumento, consiguen desbloquearse. Estos viajes, por cierto, se desarrollan en el metro.

Vamos a centrarnos en el uso de las telarañas. Son un elemento fundamental en el combate, pero sorprenden mucho más en la movilidad. El balanceo por las fachadas y las azoteas de los edificios se siente realmente natural y se aporta ese realismo que le faltaba a otros títulos de Spider-Man. En esta ocasión se percibe con exactitud cuándo el superhéroe busca una superficie a la que poder adherir la telaraña; en caso de que no la encuentre, se precipita al vacío hasta que encuentre un lugar en el que poder hacerlo. Puede parecer algo que dificulte el avance, pero nada más lejos de la realidad, permite mucha libertad y siempre suele haber diferentes zonas de agarre para no frenar la carrera aérea.

¿Y qué hay de los combates? Probablemente es el aspecto en el que más mimo ha puesto Insomniac Games y se nota a medida que se avanza. Las telarañas son un elemento fundamental, pero los golpes cuerpo a cuerpo también. Los movimientos que realizar Spider-Man a la hora de enfrentarse a los enemigos (de los que se echa en falta cierta variedad, al menos en lo que a grupos se refiere), son sensacionales. Se nota que han recurrido a un trabajo de captura de movimiento de artes marciales reales, porque cada golpe está pulido y preparado para el impacto con el enemigo, al igual que sucede con los que recibe el superhéroe. Simplemente brillante.

Análisis de Marvel’s Spider-Man – Una telaraña que te atrapa

Y en los combates quiero profundizar, porque hay mucho de qué hablar al respecto. Cosas buenas y también algunas malas. Empezaré por la enorme variedad y versatilidad que permiten a medida que transcurre el camino principal. Si bien en un inicio solo se dispone de lanzamientos de telarañas para enredar a enemigos, el uso de elementos del entorno para poder ser lanzados o la carga de concentración con la que se pueden realizar remates con los que acabar de un golpe con los enemigos (algo que asciende de manera más rápida en los combates aéreos, tras impulsar a los rivales), poco a poco se van ofreciendo más prestaciones. Por cierto, uno de los aspectos negativos son las animaciones de estos remates, muy escasas y repetitivas cuando se alcanza un amplio número de horas en el juego. Pero vamos con los modos con los que se amplían las posibilidades en combates.

Lo primero que hay que destacar es que Spider-Man cuenta un árbol de habilidades ramificado en tres sectores: pionero, defensor y lanzador de telarañas. No hay que ser muy imaginativo para saber a qué se refiere este último, pero aporta grandes beneficios a la hora de lanzarse a por enemigos lejanos o incluso desplazarse a una mayor velocidad entre edificios. Por su parte, las habilidades destinadas a la vertiente defensora, permite realizar movimientos de defensa y ataque, permitiendo realizar combos más amplios o cargar de manera más rápida la barra de concentración; se trata de la rama más dedicada a la fuerza, tanto ofensiva como defensiva. Por último, la relativa al tinte pionero se basa en mejorar ciertas experiencias. Por ejemplo, se le puede arrebatar las armas a los enemigos con un lanzamiento de telaraña, y realizar otras tareas más creativas, como eliminar a los enemigos con sigilo desde lugares elevados a una mayor distancia. Para conseguir todas las habilidades es necesario alcanzar el nivel 50 que, curiosamente, es el más alto que se puede alcanzar.

Pero no es lo único que hay que tener en cuenta, ya que también se ponen a disposición numerosos artilugios con los que hacer las cosas más fáciles. Entre algunos de ellos se encuentran telarañas que impulsan a los enemigos más débiles y los atrapan contra las paredes, spider bots (drones que disparan de manera independiente), bombas lapa de telarañas o telarañas eléctricas, entre otros muchos beneficios en combate. Lo más destacable de estos artilugios, más allá de que permiten resolver algunos puzles (principalmente los relativos a la historia), es que pueden ser creados por el jugador en el momento que quiera, recogiendo los materiales necesarios para su creación y su posterior mejora, ya que cuentan con diferentes niveles. Los materiales pueden conseguirse en las misiones secundarias, algo en lo que profundizaré cuando llegue el momento.

Otro elemento fundamental en los combates es el sentido arácnido. Bien es cierto que no es algo excesivamente novedoso, ya que se ha incluido en todos los videojuegos de Spider-Man que se han lanzado hasta la fecha. Pero se ha conseguido trasladar de manera fluida y muy sencilla de cara al usuario. Cuando Spider-Man va a recibir un ataque, su sentido arácnido le alerta, al tiempo que al jugador, para que pueda pulsar el botón a tiempo para esquivar. No obstante, si se hace en el momento adecuado, se puede aturdir a los enemigos y subir en gran medida la barra de concentración, algo que aporta una enorme ventaja en combate. Incluso se pueden realizar esquivas en el aire, algo que queda bastante espectacular, especialmente si posteriormente se usa un lanzamiento de telaraña para abalanzarse sobre el enemigo. Es uno de los elementos que más destaca, porque es muy ligero y adaptable a cada estilo de combate.

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Por último, el traje también tiene una enorme importancia. O debería decir los trajes, porque la enorme variedad de los mismos abruma, ya que el bueno de Spidey puede vestirse a placer con algunas de las versiones más reconocibles de su característico uniforme. Pero no se quedan únicamente en lo estético, ya que cada uno de ellos potencia ciertas características y cuenta con un poder de traje especial que puede ser de enorme ayuda en momento críticos: una onda de choque, una espiral de telarañas lanzadas por todo el escenario o el reabastecimiento de las unidades limitadas de los artilugios son solo algunos ejemplos.

Para concluir en este ámbito, cabe destacar que los combates son tremendamente entretenidos y dinámicos. Se nota que Insomniac ha observado muy de cerca el trabajo realizado en sagas como Batman Arkham o Infamous. Y, aunque surgen ciertos enemigos con cualidades diferentes a medida que avanza la historia, sí que da la sensación de que las hordas son muy similares entre sí y cuentan con el mismo comportamiento. La inteligencia artificial no hace mucho honor a su primer nombre, al menos en la acción directa. Arena de otro costal son los enfrentamientos en sigilo.

Uno de los aspectos que suele causar una impresión ligeramente negativa y de frustración en un videojuego son las tácticas de sigilo, especialmente cuando son obligatorias. En Spider-Man, salvo en muy contadas ocasiones, se permite al jugador decidir si afronta la contienda con prácticas sigilosas o prefiere hacerlo “a lo Rambo”. No obstante, el sigilo está planteado de un modo muy perspicaz y, en esta ocasión, los enemigos sí que hacen un excelente alarde de su inteligencia artificial. Aunque en esta vertiente es Mary Jane la que más destaca (aunque no es la única, y hasta aquí podemos decir), Spider-Man también cuenta con grandes dotes para el sigilo. Vamos a empezar por la joven periodista, ya que sus escenas jugables suelen basarse en la infiltración, por lo que hay que esconderse tras coberturas y utilizar diferentes elementos para distraer a los enemigos. Aunque pueda parecer una práctica tediosa y repetitiva, lo cierto es que tiene su propia evolución y, cuando combinan a ambos personajes, es casi sublime.

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Por su parte, Spider-Man se vale de sus telarañas para colgar a los enemigos de vigas, pegarlos al techo o a cualquier superficie que pueda estar fuera de la vista de sus adversarios. Sin embargo, hay que andarse con mucho ojo, ya que también hay que utilizar elementos de distracción cuando se reúnen en grupos o incluso actuar con celeridad cuando uno de ellos note que un miembro de la patrulla ha desaparecido. Es frustrante porque está muy bien planteado y, tal vez, es lo más estratégico y complicado de todo el juego.

Por supuesto, también toca hablar de jefes. Y, aunque no vamos a entrar en identidades para no estropear la experiencia de nadie (aunque la gran mayoría ya se han revelado de manera previa al lanzamiento), tienen su enorme parte positiva y su enorme parte negativa. La positiva es que aportan frescura a los enfrentamientos habituales con nuevas mecánicas y algo más de exigencia. Y, por descontado, son batallas realmente épicas, como las que se pueden esperar de un enfrentamiento de un superhéroe contra un villano. No obstante, brillan por su ausencia en la mayor parte del juego, repartiéndose en el inicio y el final, dejando un enorme vacío en el nudo de la trama.

Por otro lado, da la impresión de que se desaprovechan ciertos enfrentamientos por agrupar a los jefes, en lugar de separarlos de uno en uno, o permitir que haya una mayor variedad de enfrentamientos previos antes de la agrupación. Esto acelera en exceso el argumento y deja un mal sabor de boca por la rabia de no poder vivir más enfrentamientos de ese tipo. Asimismo, las batallas son simples y predecibles; en un primer momento puede parecer algo novedoso por alejarse de lo que propone el juego en los combates que surgen por las calles de Manhattan, pero cuando transcurren uno o dos minutos, es muy fácil adivinar el patrón y contrarrestarlo. Apenas hay un cambio en el comportamiento de los jefes en este ámbito, algo que debe ser una prioridad para mejorarse en una posible (y más que probable) secuela.

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Dejando atrás los combates, toca hablar de las misiones secundarias. Lamentablemente es otro de esos pequeños borrones en el historial de Insomniac Games en su gran obra. Aunque algunas sí que cumplen con los cánones de lo que debe ser una buena misión secundaria, otras tareas son realmente tediosas y aburridas. Hay una gran abundancia de ellas, y muy pocas se basan en coleccionables (algo que hay que agradecer). De hecho, sirven para conseguir los elementos necesarios para la creación de trajes, de artilugios y de sus respectivas mejoras.

Por todo el mapa de Nueva York están repartidas diferentes zonas que contienen puestos de investigación (relativos al trabajo de Harry Obsorn), desafíos de Taskmaster, puestos de vigilancia de Black Cat, mochilas, misiones secundarias como tal, palomas, lugares de interés y diversas bases de los puestos enemigos. Antes de profundizar, también hay que comentar la aparición de eventos puntuales y espontáneos denominados delitos. A través de ellos, las diferentes patrullas informan de diferentes hechos delictivos que el jugador puede decidir resolver o pasar de largo. Son elementos muy interesantes, ya que pueden aparecer por cualquier zona del mapa cuando Spider-Man se dirija a realizar otros menesteres. Siempre y cuando se activen las torres de radio con las que se revela el contenido de los diferentes distritos. Entre estos delitos se pueden encontrar atracos, secuestros o vandalismo y temeridad, en general.

Respecto al resto de acciones, más allá de coleccionar las mochilas, fotografiar lugares, perseguir a las palomas para atraparlas o encontrar las figuras de Black Cat escondidas en el mapa, las tareas son bastante flojas y aburridas. Los puestos de investigación de Harry obligan a Spider-Man a realizar diferentes acciones que se alargan en exceso y que no aportan gran cosa, aparte de la ficha de investigación de turno para mejorar el equipo. Caso similar al de los desafíos de Taskmaster, muy repetitivos y poco variados. Además, supone un reto excesivo para conseguir todas las fichas de desafío necesarias para disponer de todos los trajes en el vestuario. Sin duda, se nota la inexperiencia de Insomniac en este tipo de misiones, a pesar de haber experimentado con Sunset Overdrive, donde resultaban más llamativas. Por último, las bases enemigas se basan en combates por hordas.

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Antes de introducirnos en la materia gráfica, también hay que analizar los diferentes puzles que contiene el juego. Aunque en líneas argumentales hay algunos puzles de exploración e investigación (principalmente con Mary Jane), la mayoría se reducen a la sincronización de las ondas de radio para desbloquear las torres del mapa, y tareas en el laboratorio. En este ámbito se dividen en dos: formación de circuitos para desactivar bombas o hacer funcionar diferentes aparatos o mezclas químicas. En el primer caso, hay que unir diferentes elementos de un circuito para obtener el voltaje correcto, mientras que en el segundo hay que colocar diferentes muestras definidas por líneas con distinto grosor para que, al mezclarlas, se consiga el resultado solicitado. Son puzles sencillos y entretenidos que sirven para tomarse un respiro ante el frenetismo de recorrer las calles a todo trapo.

Y ahora hablemos sin tapujos de la calidad gráfica. Lo voy a dejar muy claro para todos aquellos que quieran saberlo de primeras: Spider-Man no tiene downgrade; de hecho, luce realmente fantástico. El uso de la iluminación que le ha otorgado Insomniac Games es formidable, algo que se puede vislumbrar en los reflejos que oscilan entre los rayos de Sol, en la pulcritud de los ventanales y en la viveza de cada elementos del mapa. Algo que se puede comprobar con los ciclos día/noche (aunque no son automáticos), ya que permiten observar la enorme diferencia de la ciudad cuando el astro rey la recubre y cuando el manto del cielo estrellado dominado por el satélite se alza ante la inmensidad de lo oscuro. Las tonalidades son completamente diferentes y eso le da una viveza singular y muy veraz a cada elemento.

La distancia de dibujado es sensacional. Cuando Spider-Man se encuentra colgado en alguna zona muy elevada, prácticamente se puede ver toda la ciudad, contemplando al menos tres distritos inmediatos con total nitidez, algo que abruma ante la inmensidad de los rascacielos que se sitúan de frente y el vacío que separa la trepamuros del suelo. Esa sensación de estar gobernando la ciudad desde lo alto es palpable e impertérrita.

La única pega que se puede poner en materia gráfica al conjunto del videojuego son algunas animaciones que no están del todo pulidas. Especialmente en algunos ciudadanos que solicitan la ayuda del superhéroe para sus problemas personales, ya que aparecen muy rígidos y apenas mueven la boca cuando hablan. Unas animaciones que también flaquean levemente al escalar ciertos edificios a la carrera, aunque no son muy frecuentes.

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Por lo tanto, la eliminación o modificación de unos charcos no han supuesto ningún tipo de reducción en el nivel gráfico de la propuesta de Insomniac, luce igual o incluso mejor de lo que se ha visto en el material liberado de manera previa a su lanzamiento, algo que corta el aliento ante lo que puede deparar el futuro, teniendo en cuenta el enorme nivel con el que han contado ya otros títulos como God of War o Detroit: Become Human. Spider-Man se une a esta terna de videojuegos que quitan el hipo con su aspecto gráfico y es algo que hay que celebrar.

En conclusión, que tal vez me he excedido más de lo debido, Spider-Man es un gran juego. Llega al sobresaliente, pero aún se queda lejos de la matrícula de honor. Es un videojuego fresco, dinámico, versátil, divertido y jugoso, pero la falta llegar a ser rompedor. La fórmula está muy bien trasladada, aunque le falta un toque de distinción que haga olvidar al resto de videojuegos con los que comparte género. Sin embargo, es una gran primera piedra en un camino que estará marcado de éxito. Porque, a pesar de esas pequeñas carencias, Spider-Man lanza una telaraña que atrapa al jugador y lo enreda en su propuesta, sin que quiera separarse ni un minuto de la pantalla.

Juan Montes

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Jugabilidad: Muy dinámica y atrevida en ciertos elementos, aunque también es conservadora en la variedad de combates. No obstante, deslizarse por las azoteas de los edificios de Nueva York es una gozada para todo aquel que desee frenetismo y velocidad. Acción, desenfreno, frenesí y versatilidad son algunos de los adjetivos que definen el modo de juego de Spider-Man.

Duración: El eterno debate. La propia Insomniac Games destacó que la duración estimada de la campaña eran unas 20 horas, una arriba, una abajo. En estos términos, puedo confirmar que ronda las 24-25 horas en la dificultad media, aunque completar el juego al 100% ha superado las 50 horas con creces. Tiempo más que necesario para disfrutar a fondo del juego.

Gráficos: Sensacionales. No hay rastro del temido downgrade y todo luce de maravilla a cada rincón y en cada elemento que contiene el mapa. Salvo por algunas animaciones contadas, el trabajo de Insomniac resulta impecable, destacando la iluminación y el sistema de partículas, además de una fantástica distancia de dibujado que permite ver casi todo el mapa desde lo alto.

Sonido: El doblaje es más que aceptable en castellano, aunque en ocasiones se entremezclan voces en inglés que empañan un poco la experiencia. Algo que probablemente se arreglará con un futuro parche. En cuanto a la banda sonora, respira Marvel por los cuatro costados, la épica en los momentos clave a través de las sintonías está garantizada.

Conclusión:

Spider-Man se une a esa incombustible lista de exclusivos de PlayStation 4 que cumple con lo que se espera de él. Un videojuego dinámico que consigue alcanzar el cénit en los momentos finales de su argumento y que apuesta por una fórmula que atrapa desde el inicio y que permite evolucionar a medida que se avanza por ella. Los constantes añadidos provocan que el avance sea fluido y, en más de una ocasión, te desvíes de las misiones principales para descubrir otros caminos. Una red tejida con mimo que se sustenta sobre el trabajo de un gran equipo. Una red firme sobre la que cuelga uno de los mejores juegos que se han estrenado en este 2018.

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