Análisis de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin - El caos hecho videojuego

Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es el nuevo spin off de la reconocida licencia de Square Enix, a la espera de que se produzcan otros lanzamientos tan esperados como Final Fantasy XVI o la segunda parte de Final Fantasy VII Remake. La compañía japonesa se une con Koei Tecmo para crear una propuesta diferente a todo lo que se haya visto en hasta la fecha en relación a la serie de los cristales. Para ello, recurren a un título de acción al más puro estilo de Nioh para permitir conocer nuevos detalles del inicio de la historia y del villano principal de la primera entrega: Garland.

Durante los últimos días he podido adentrarme en la propuesta de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin gracias a una copia que nos ha proporcionado Koch Media para realizar su análisis. La ventaja de este título es que ha ofrecido varias demos previas a su lanzamiento para permitir tener unas primeras sensaciones de su resultado, y toda vez que me he adentrado en su producto final, las sensaciones son regulares, dando la impresión de que estamos ante un juego poco ambicioso y que a nivel técnico no es digno de la generación en la que nos situamos. La búsqueda del caos acaba encontrando el caos en todas sus vertientes.

Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin: toda la información

Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es un spin off de la existosa serie Final Fantasy. Square Enix recurre a Koei Tecmo para crear un juego de acción al más puro estilo de la saga Nioh o de Dark Souls, centrándose más en la acción y en los niveles por mazmorras que en una experiencia RPG clásica. Disponible desde el 18 de marzo de 2022 en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC.

Experiencia con Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin

Desde que se presentara Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin, se han escrito y dicho muchas cosas respecto al título y su propuesta. Tras haberlo jugado en profundidad para su análisis, las sensaciones que me ha provocado no son del todo buenas. Si su aspecto gráfico ya desentonaba en sus primeros compases con los productos que nos brinda el sector en la actualidad, no es que se haya mejorado mucho en el resultado final. Se trata de un juego que difícilmente puede justificar su aspecto y que cae en errores jugables impropios de las dos compañías implicadas en su desarrollo.

No digo con esto que sea un desastre, en absoluto, pero sí que se percibe cierto caos en las intenciones del juego, que provocan una cierta desazón a medida que se va avanzando por las diferentes mazmorras. La dificultad que se antojaba en un inicio es casi inexistente y es fácil dejarse llevar por la propuesta simplemente con el objetivo de seguir la línea argumental y ver hacia dónde nos quieren llevar con esta historia y descubrir los orígenes de Garland y su relación con Jack, el protagonista de esta aventura. Si el juego no es capaz de ser divertido y atractivo en ese trayecto, algo falla por el camino.

La premisa del juego no ayuda mucho en este sentido, así como su ejecución. Si bien hay muchos factores que recuerdan y respiran Final Fantasy, hay otros que se alejan en demasía, con lo que el choque de sensaciones no termina por ser positivo. A nivel jugable se salva en ciertos momentos, pero en su resultado se trata de un título pobre y que deja un sabor de boca amargo, confirmando el desconcierto generalizado cuando se anunció el título, con una estética y un planteamiento que sembraba dudas desde un inicio.

Una jugabilidad basada en la acción directa

Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es un juego donde predomina la acción.

Si has probado algunas de las demos que ha lanzado Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin antes de su lanzamiento, ya sabrás cómo se desenvuelve el título. Jack y sus compañeros han de abrirse paso en diferentes escenarios enfrentándose a algunos de los monstruso clásicos de Final Fantasy como los Boom, Cactilios, Tomberi, piratas, esqueletos y otro tipo de criaturas habituales en la serie. Para ello, cada uno de los personajes cuenta con un equipamiento detallado que va desde la cabeza hasta los pies, contando con prendas que mejoran los atributos y estadísticas de cada uno de ellos. Y, por supuesto, también disponen de armas en relación a cada trabajo que se ejecute.

De los trabajos hablaremos más adelante, por lo que es mejor centrarse en primera instancia de la propuesta de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin como un juego de acción con tintes de Souls. Desde el equipo de desarrollo han querido que cada jugador se prepare de manera concienzuda para ello, por lo que los primeros compases están repletos de tutoriales detallados sobre los movimimientos de ataque, de defensa, de contraataque, parry y las habilidades de las que disponen los personajes. Con ello, se conforma una amalgama de opciones de lo más interesante a nivel jugable. De hecho, las mecánicas son bastante satisfactorias para quien busca un juego de acción.

El problema que tiene Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es que muchas de las ejecuciones de sus mecánicas no acaban de encajar. Tanto los personajes como los enemigos tienen una barra de estabilidad o aguante, la cual se puede romper y provocar un estado de aturdimiento. Esto es una gran idea para que el jugador no se limite a defender los ataques del enemigo y contraatacar, sino que le obliga a asumir riesgos. El inconveniente de esto es que es muy raro, salvo algún que otro jefe, que esta barra llegue a su límite, mientras que las de los enemigos sí que se agotan con celeridad, lo que facilita mucho la tarea a la hora de enfrentarse a ellos y poder derrotarlos fácilmente con el finisher que los convierte en cristal. Desde luego, no he encontrado un gran reto al enfrentarme al título tal y como se intuía en los meses previos a su lanzamiento.

Las variadas habilidades de Jack y sus compañeros son claves en los combates exigentes.

El sistema de combos es totalmente personalizable desde el menú, lo que también ayuda a que el jugador pueda adaptar su forma de juego a la ejecución de los mismos y realizar ataques devastadores. Un menú que, por cierto, resulta tosco y demasiado confuso en muchos momentos, con lo que la navegación no es nada práctica. Tampoco ayuda que, en el caso de PS5, plataforma en la que lo he jugado, el panel táctil sea el botón de acción. A través de este menú, accesible desde los cubos que hacen las veces de hoguera, se puede cambiar el equipamiento o mejorar los trabajos, de los cuales hablaremos en profundidad en breve.

En términos jugables, el gran inconveniente con el que se topa Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es que la IA de los enemigos no reacciona de manera inteligente a la forma de jugar del usuario, por lo que no aprende de tus movimientos y combos, permitiéndote acomodarte a un estilo de juego definido, algo que solo puede variar en los jefes, las auténticas estrellas de los combates. Si encuentras una habilidad y una ejecución de combos que sea efectiva y con la que te sientas cómodo, el título no sabe cómo reaccionar, por lo que se convierte en un paseo hacia adelante, de manera literal, además. Hay muy buena acción en su propuesta, pero no termina de definir sus intenciones, por lo que se queda en un quiero y no puedo. No es un juego de acción al uso, tampoco es un RPG y, desde luego, no es un soulslike. Está a medio camino entre todos ellos, por lo que la respuesta es confusa en la mayoría de vertientes.

Los trabajos, el componente RPG indispensable

Los diferentes trabajos contienen habilidades y características propias en combate.

La esencia de Final Fantasy dentro de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin se encuentra en los trabajos. Probablemente es el aspecto en el que más destaca el título, aunque el beneficio para el jugador es tan grande que provoca que la dificultad sea aún menor a medida que se van evolucionando los mismos. Jack dispone de dos trabajos que pueden equiparse de manera simultánea y que pueden alternarse a placer en medio de la batalla. Esto ofrece una tremenda versatilidad a la hora de combatir, cambiando de trabajo en función del enemigo o de las circunstancias. El trabajo aquí es fantástico y se nota el mimo por incluir el mayor número de trabajos posible de la serie.

Desde los cubos, se accede al árbol de habilidades de cada trabajo. A medida que se combate y se ganan batallas con un trabajo equipado, este sube de nivel y se ganan puntos de trabajo que pueden gastarse en el citado árbol. Entre sus opciones se encuentran mejorar los atributos del propio trabajo, desbloquear habilidades o parámetros generales del personaje, más allá del loot que se va obteniendo constantemente de los enemigos y los cofres que hay repartidos por las mazmorras. No obstante, lo más interesante de esto es que cada trabajo permite tener acceso a otros, a modo de evolución. Desde luego, el sistema de progresión es lo que más se ha cuidado y lo que mejor funciona.

Se pueden equipar hasta dos trabajos de manera simultánea.

Si en el árbol de habilidades de un trabajo consigues llegar hasta el final de la línea y desbloquear un nuevo trabajo, podrás equipárselo a tu personaje. La mayoría de trabajos avanzados requieren de dos o tres trabajos mejorados al máximo para poder equiparse, una táctica efectiva para obligarte a usar el mayor número de trabajos posible y que se prueben todas las opciones del juego. El problema aquí es que no es necesario utilizar un trabajo para que suba de nivel, basta con tenerlo equipado. De este modo, si un jugador se siente cómodo con un trabajo, podrá seguir avanzando con él hasta desbloquear el siguiente, mientras se equipa el secundario para subirlo de nivel y llegar hasta el que quiere.

Aun así, es un sistema que funciona bastante bien y que le aporta ese toque RPG al título para poder ejecutar habilidade propias de un caballero o un ladrón o realizar hechizos de mago negro, mago rojo o mago blanco. A nivel jugable todo esto es realmente útil y recuerda sobremanera a Final Fantasy, pero a veces es mucho más sencillo rendirse a la estrategia de soltar mamporros con una gran espada que a pararse en cambiar de trabajo para conseguir el éxito de la manera óptima. Ambas técnicas son válidas, por lo que el juego no te obliga estrictamente a seguir las tácticas concretas de los trabajos para seguir adelante.

Un diseño de niveles algo simplón y sin muchos miramientos

El diseño de niveles es bastante lineal y simple, sin mucho por explorar.

Mucho se han criticado algunas entregas de Final Fantasy en relación a su propuesta pasillera y el diseño de niveles, pero Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin no se queda atrás en ese sentido. El diseño de las mazmorras es bastante simplón en su gran mayoría, a pesar de estar basadas en otros títulos de Final Fantasy, lo que sirve de un gran homenaje por ese 35 aniversario que acaba de cumplir la serie. No obstante, todo se limita a ir el línea recta por el camino lógico, a no ser que haya que conseguir una llave que dé acceso al siguiente nivel, que tampoco acostumbra a estar muy escondida.

En ese sentido, Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin consigue hacer caer al jugador en una monotonía difícil de abandonar, ya que incluso las misiones secundarias se realizan en el mismo escenario que la misión principal, obligándote a recorrer el mismo circuito con un objetivo diferente. Se antoja algo vago en su planteamiento y supone una repetición constante con el único objetivo de obtener mayor loot y aumentar la cantidad de armas y equipo para los protagonistas. Un inventario que, por cierto, está limitado, por lo que hay que deshacerse de las piezas inservibles o desmontarlas en la herrería, que solo es accesible en el mapa principal, por lo que si no te andas con cuidado, irás con los bolsillos llenos y tendrás que deshacerte de lo que no te sirva en el propio nivel, desechándolo para siempre.

Es una lástima que no se haya querido aportar una mayor profundidad en este diseño de niveles, ya que se le podría haber sacado un mayor partido a la jugabilidad. Hay ciertos momentos en los que el juego brilla en este sentido, pero son tan reducidos que no relucen como debería. Enfrentarse a Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin y a su diseño de niveles es hacerlo en un terreno plano y, aunque recuerda a otros ambientes conocidos de la serie Final Fantasy, no funciona como debería.

El juego cooperativo junto a dos amigos puede impulsar la experiencia

Es posible jugar a Stranger of Paradise junto a dos amigos en modd cooperativo.

Una de las noticias positivas de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es que se puede disfrutar en cooperativo junto a dos amigos para disfrutar de la campaña. De este modo, se puede hacer frente a la propuesta en grupo y sin ningún tipo de limitación. De hecho, se puede comenzar la partida desde el inicio y continuarla hasta el final con dos compañeros o con gente de cualquier parte del mundo, a no se que tú hayas avanzado demasiado por tu cuenta y tus amigos aún no tengan acceso a esa misión.

Durante este período de análisis hemos tenido la fortuna de probar este modo cooperativo y lo cierto es que se desenvuelve bastante bien. Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin se mueve de manera fantástica en sus dos modos de juego, tanto en el de fidelidad como en el de rendimiento, sin caídas graves y sin comprometer la experiencia jugable. También hay que destacar que no hay muchos elementos en pantalla en la mayoría de ocasiones para provocar una caída de rendimiento, por lo que no hemos experimentado ningún tipo de problemas en ese sentido. Si quieres jugarlo junto a tus amigos, disfrutaréis de una partida óptima, siempre dependiendo de vuestra calida de red.

Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin a nivel técnico resulta muy pobre y repleto de carencias

La saturación de los colores y el brillo son algunos de los problemas del juego a nivel técnico.

Toca ir concluyendo con el análisis de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin y hay que hacerlo con el terreno técnico. Anteriormente he mencionado que el título no cumple en término de dificultad ni de diseño de niveles, principalmente, pero lo del terreno técnico es una losa que provoca un levantamiento de ceja constante a medida que se van abriendo paso nuevas mazmorras. Cuesta creer que un videojuego de este calibre pueda llegar al mercado con semejante aspecto.

Es difícil enumerar todos sus problemas, pero hay instantes en los que el juego se ve realmente borrosos, con una resolución bastante pobre y que deja entrever las costuras, tanto de los personajes como en las texturas de los escenarios. Por no mencionar que los colores cuentan con una enorme saturación y el brillo está mal calibrado, incluso ajustando los parámetros del HDR del televisor. Son errores que provocan que el juego se vea bastante feo y que no cumpla con los parámetros básicos de la actual generación de consolas y, ni siquiera de la anterior. Todos los malos presagios que se intuían en las demos lanzadas hasta la fecha se terminan cumpliendo y solo se salvan algunas cinemáticas en las que la calidad se mejora notablemente en relación al gameplay.

Es una lástima que el producto final tenga tantas carencias y no ofrezca ningún tipo de personalidad. Tanto a nivel artístico como a nivel técnico es francamente mejorable y espanta en la mayoría de sus vertientes. Donde sí ofrece una gran calidad es en la banda sonora, que ofrece grandes temas, la enorme mayoría de ellos extraídos y remezclados con los originales de los títulos en los que se basan las mazmorras. Una buena nota entre tanto desafine en lo referente al terreno técnico.

Conclusiones y nota de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin

Estos son los protagonistas principales de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin.

En definitiva, Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es un título que intenta ofrecer algo diferente y que se queda a medio camino. Se trata de un buen juego de acción, con batallas épicas contra jefes clásicos y reconocibles de la serie Final Fantasy, pero que falla estrepitosamente en su diseño de niveles y en el terreno técnico, principalmente. Tal vez esperaba una dificultad y reto mayor al enfrentarme a esta propuesta, pero no he terminado de encontrarlo. Las sensaciones no han terminado de ser positivas y no me ha convencido su resultado, ya que fracasa en casi todo lo que se propone, algo que no es un buen síntoma para un título que tiene el nombre Final Fantasy en su portada.

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