Tormenta de espadas

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Por otro lado, el modo “ Speed” es el que más se acerca a la filosofía de otros juegos como Guilty Gear, y es que si bien The Last Blade apuesta fervientemente por los combos de golpes encadenados, con los necesarios interruptores para cortar la secuencia activa e introducir otro movimiento o cadena adicional que maximice el daño, este modo lo pone en bandeja. Los golpes de los personajes son más débiles y no están disponibles los Super Desperation Moves (sí se puede, sin embargo, ejecutar las técnicas de “ desesperación” básicas, que siguen la misma mecánica aunque su efecto es algo menor), pero a cambio es más fácil encadenar secuencias de golpes combinando los tres tipos posibles de ataque (golpe débil, golpe fuerte y patada) de cada personaje. Y además, dispondrán de un combo especial cuando, nuevamente, el llenado de la barra indicadora así lo permita.

El optar por uno o por otro no es enteramente una cuestión de preferencias, sino que cada uno de los personajes disponibles está ideado para rendir mejor en uno de los dos modos. Por ejemplo, Kaede, el protagonista principal, es un personaje que blande una katana, cuyas técnicas son las que se puede esperar de su condición (un proyectil, un antiaéreo, un ataque con desplazamiento rápido) y como tal, sus movimientos especiales son más efectivos en el modo Power. Especialmente cuando uno de ellos hace que el espíritu de una de las cuatro deidades, el cual mora en su interior, despierte transformándolo, volviéndolo, casualidades de la vida, rubio y aplicando daño eléctrico a sus golpes, pero consumiendo su vida gradualmente segundo a segundo. Lo suyo es que Kaede golpee fuerte, se quite de encima a su rival y pase al siguiente combate como la mala bestia que es si se sabe manejar. Por el contrario, un caso como el de Lee es el opuesto. Un luchador chino con movimientos de disciplinas shaolin, sumamente ágil y quien como mejor partido se le saca es haciendo que sus estupendos combos entren como un cuchillo en mantequilla entre la defensa rival. Un espectáculo pensado para el modo Speed.

Gracias a esto, la jugabilidad de The Last Blade estaba garantizada frente a los paladares más exigentes. Sin embargo, hasta hace relativamente poco cuando fue recuperado para los sistemas actuales, había caído en un ostracismo que en absoluto se merece, ya que tanto The Last Blade como su secuela están entre la crema de la crema de los juegos de SNK, y eso es decir mucho. No dejes que las sucias tretas de la sacerdotisa adolescente y sus dobles hechos con muñecos de papel te engañen. The Last Blade, o Bakumatsu Rouman en su país de origen, es cosa seria.

Juan Elías Fernández

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