Impresiones finales de DOOM Eternal - Más bestia, más DOOM

Impresiones finales de DOOM Eternal - Más bestia, más DOOM

El último tráiler de DOOM Eternal ya nos adelantaba algo grande, pero después de jugar las primeras 4 horas de la campaña, las sensaciones han sido muy positivas. Los primeros compases del juego son pasilleros, pero esta entrega se aleja de esa idea para hacernos jugar con los niveles de las mil formas que se nos ocurra. DOOM Eternal pone el foco de atención en el entorno que nos rodea con niveles diseñados al milímetro. Aprovecha cada rincón como una oportunidad para sobrevivir en ese infierno. Premia la exploración, ahora también con objetos coleccionables que hablan del lore del juego, pero se entretiene en lo que es Doom por concepto. Así que es fácil encontrarse con viejos conocidos como el Revenant o el Cacodemonio, esperando nuestra granada de fragmentación. Aun así, Eternal introduce nuevos enemigos como las gárgolas, una criatura que ataca desde el aire. Algunos como el Revenant o el clásico Aracnotrón tienen componentes mecánicos más débiles que el resto del cuerpo.

Niveles imposibles

Ya no sólo tenemos un arsenal completo para aniquilar a todos estos demonios, sino que ahora el escenario es más partícipe de lo que está ocurriendo. Eternal propone más verticalidad y plataformeo endiablado que nos hacen sentir en constante peligro. Compuertas a las que se llega a través de saltos imposibles, plataformas que caen y trampas dispuestas a desquiciarnos. Como si no tuviéramos bastante con los seres del inframundo. Todo ello consigue que Doom en sí mismo sea un puzle con mucho componente de gestión para administrar bien los recursos. Sí, a priori hay más puzles para conseguir vidas extra y componentes de armadura que nunca vienen mal si hablamos de Doom. A lo que añaden desafíos opcionales como encuentros de combate secretos o los Portales del Slayer, donde se consiguen puntos de arma y llaves para un nivel extra.

Doom Eternal plataformas

En esa apuesta por la exploración también se pueden encontrar runas y cristales de Centinela para potenciar nuestras habilidades o conseguir modificadores de armas. Así que el Slayer tendrá la opción de configurar su estilo de juego en base a este sistema. Adquiere habilidades como puño sangriento que se recarga con ejecuciones o la velocidad que tiene dos usos antes del cooldown, como ocurre con la bomba helada. Id Software pone los medios y el jugador la habilidad para utilizarlo todo a su favor, teniendo siempre en cuenta el ABC del juego: ejecuciones (salud), motosierra (munición) y escupellamas (armadura). Incluso nos ponemos en la piel de un Revenant para aniquilar a los demonios con sus propias armas como puedes ver en el gameplay. El ritmo de DOOM Eternal no se ve afectado por esas fases de plataformeo, por lo que el camino entre niveles no es un mero trámite. Todo suma para hacer un juego más ambicioso que el reboot.

Adictivo y frenético

¿Lo conseguirá? De momento podemos decir que DOOM Eternal es tan adictivo o más que su predecesor. Es un reto mayúsculo para cualquier jugador amante de los shooter. DOOM era y es un imprescindible en cualquier biblioteca, aunque aún tenemos que ver el equilibrio entre la progresión del marine y los picos de dificultad del juego. Por el momento, promete ser uno de los juegos del año, más profundo e intenso que DOOM 2016. Hay que destacar por último la variedad de niveles que hemos podido ver en 4 horas, además de la nave que hace las veces de centro neurálgico para desbloquear más beneficios como los puntos del traje de pretor.

Matando a un cacodemonio

A estas alturas, el juego está muy pulido y optimizado a 60fps en en 1080p en PC. Y el propio estudio ha reconocido que el retraso en la fecha de lanzamiento era necesario para mostrar la mejor versión del juego. Quizás en marzo aplaudamos la decisión de ip Software, pero de momento ya podemos hablar del regreso de DOOM con mayúsculas. DOOM Eternal quiere ser mejor y tiene buenas armas para demostrarlo.

Madurando una idea

En definitiva, DOOM Eternal no busca reinventarse en el sentido más estricto de la palabra, pero sí propone una experiencia diferente sin perder su esencia. Si algo caracteriza a esta saga es la agilidad del gameplay y no es algo que se diluya ni en las fases intermedias. Apuesta por escenarios más verticales con bastante criterio que conforman un desafío añadido con zonas de plataformeo y puzles. Tampoco abusa de ello. También incentiva la exploración con secretos, potenciadores, desafíos opcionales y demás coleccionables para los jugadores que quieran sumergirse en el lore del juego.

El entorno juega un papel importante en esta entrega, pero no se desvía ni un palmo de lo que tiene que ser Doom. Obliga a tener el control sobre los recursos y una velocidad de reacción frenética sólo apto para los más adictos a este género. DOOM creó escuela, pero desde 2016 está madurando otra idea que puede materializarse en marzo de este mismo año.

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