Impresiones finales de Mario vs. Donkey Kong - Los clásicos nunca deben morir
Jugamos las primeras horas de Mario vs. Donkey Kong, uno de los primeros lanzamientos de Nintendo Switch en 2024 que tiene una pinta magnífica

Si la recta final de Nintendo Switch en 2023 estuvo marcada por una gran presencia de uno de sus personajes más ilustres con el sensacional Super Mario Bros. Wonder, del que te recomendamos leer nuestro análisis completo, el inicio de 2024 no iba a ser menos. Todo apunta a que ya estamos en esa traca final de la consola híbrida antes de dar el salto definitivo a Nintendo Switch 2, que debería llegar este mismo año al mercado, por lo que la expectación es máxima respecto a lo que se pueda hacer desde Kioto en estos meses finales de una de sus generaciones más exitosas. La primera prueba de fuego está a punto de aterrizar.
Y es que este año comienza como terminó el anterior: con la presencia de Mario en el catálogo de la consola, aunque de un modo diferente. Porque en esta ocasión Nintendo ha recurrido a uno de los clásicos más olvidados para iniciar el cartel de 2024: Mario vs. Donkey Kong, el cual ya he podido jugar durante sus primeras horas para ofrecerte las impresiones previas al análisis que me ha dejado el título. A modo de anticipo te diré que las sensaciones son buenas, porque los clásicos siempre tienen ese aroma distinguido con el que nunca pasan de moda.
Un enfrentamiento para la historia

El enfrentamiento de Mario vs. Donkey Kong vuelve en Nintendo Switch.
Cualquier seguidor de Nintendo conoce a estas alturas que las aventuras de Mario en los videojuegos comenzaron con una rivalidad con otro de los personajes iluestrs de la marca, Donkey Kong. Aunque por aquel entonces ni siquiera recibieran el mismo nombre ni se supiera hasta dónde podían llegar, el héroe y el villano por aquel entonces protagonizaron un título que marcó una época. Más tarde se ha producido un hermanamiento entre ambos personajes, aunque siempre con ciertos retazos de esos inicios en los que estuvieron enfrentados, algo que incluso se pudo ver en la película que llegó a los cines el pasado año.
Por ello, la firma japonesa no quiso perder la ocasión de rescatar esa rivalidad en la generación de Game Boy Advance, lanzando el Mario vs. Donkey Kong original. Ahora que la franquicia ha vuelto a un lugar privilegiado, la marca está aprovechando el momento para rescatar algunos de los títulos más olvidados y eso es precisamente lo que hará el próximo 16 de febrero con la revisión del citado juego en Nintendo Switch, donde Mario y Donkey vuelven a enfrentarse en un escenario de puzles y plataformas que le sienta como anillo al dedo.
La clásica fórmula de la partida rápida que nunca falla

Los niveles de Mario vs. Donkey Kong son muy reducidos y se resuelven rápido.
Venimos de Super Mario Bros. Wonder, un videojuego que ha roto muchas barreras en lo que a la franquicia Mario se refiere. La eliminación del tiempo en sus niveles ha sido una de las notas más chocantes del nuevo juego en 2D del fontanero, pero aquí toca volver a los inicios. Y aunque el formato no es exactamente el mismo al que estamos acostumbrados en la saga, ese contador que va descendiendo vuelve a provocar la tensión clásica de luchar contra el reloj para conseguir el objetivo. Mario vs. Donkey Kong es un videojuego que va directo a lo que propone y a lo que quiere conseguir: niveles acotados, cortos y dedicados a unos pocos segundos para la resolución del puzle que plantean.
En un principio puede parecer algo simplón y con rompecabezas poco elaborados, pero a medida que se va avanzando en la propuesta -he podido probar los 4 primeros mundos para estas impresiones- la complejidad se va haciendo más notable y hay que estrujarse más el cerebro para poder conseguir todos los elementos coleccionables y sortear los diferentes obstáculos que se van plantando en el camino. Cada mundo se compone de seis niveles principales, cada uno con sus propias características y divididos en dos fases en las que hay que localizar una llave para abrir la puerta del nivel y conseguir, de manera opcional, los regalos qu están repartidos por la zona. La segunda fase es la de rescatar al minimario que aguarda en dicho nivel, algo que tiene una influencia crucial.

Los minimarios son una pieza esencial durante el desarrollo de los mundos.
Y es que una vez se superan esos seis niveles principales, hay que guiar a los minimarios que hayas rescatado por un circuito en el que tendrán que encontrar las letras TOY, guiados por los movimientos del Mario principal, hasta conseguir introducirse en la caja de juguetes para dar por concluido el nivel. Lo que consigas en este nivel, determinará tu desempeño para el enfrentamiento final con Donkey en ese mundo. He de decir que estas batallas finales, aunque son diferentes entre sí y van evolucionando con el paso de los mundos, me han parecido algo sosas y faltas de fundamento, por lo que tendré que seguir avanzando para saber si me terminan convenciendo, aunque para eso habrá que esperar al análisis.
A modo de extra, cada mundo incluye un nivel de acopio de vidas, ya que no son muy comunes en todo el juego ante la ausencia de monedas u otro elemento que vaya sumando para conseguir un número mayor de intentos. En estos niveles especiales, hay diferentes champiñones de vida repartidos por el mapa mientras una llave voladora intenta escapar de tu estela. Si la consigues, puedes abrir un cofre con un premio mucho mayor: 5 vidas de una sentada que sientan de maravilla, ya que el más mínimo error puede resultar fatal en Mario vs. Donkey Kong.
Controles simples que pueden jugar una mala pasada

Los elementos del mapa puede servir de impulso, como las cuerdas y los propios enemigos.
Mario vs. Donkey Kong es un videojuego que se va construyendo poco a poco, con el paso de los niveles, aportando nuevos elementos que permitan evolucionar su fórmula y complicarla para presentar un reto. En este sentido, los enemigos juegan un papel fundamental para poder atravesar algunas zonas, llegar hasta lugares más altos que son innacesibles o incluso abrir nuevos caminos. Para ello, Mario tiene la posibilidad de levantarlos a peso y lanzarlos hacia donde quiera, pero es una de las pocas acciones que puede realizar el fontanero. Aquí no hay transformaciones ni poderes especiales: reina la simpleza.
Y esto es una gran noticia en lo relativo a la resolución de puzles, ya que con un entorno tan cerrado y acotado, introducir este tipo de elementos facilitaría la tarea en demasía, pero también es algo que juega en contra si estás acostumbrado a la otra cara de la franquicia. Donde más lo he notado es en la mecánica de salto, acostumbrado toda la vida a que si dejas pulsado el botón de salto puedes llegar con un impulso mayor, he sufrido en mis propias carnes el efecto de Mario vs. Donkey Kong, donde hay un salto más corto y simple que hay que medir al milímetro para no cometer el más mínimo error. Es una técnica a la que cuesta acostumbrarse, pero que le sienta de maravilla a un juego con esta premisa, ya que la resolución de los puzles tiene que ser rápida y efectiva, por lo que te obliga a ser lo más preciso posible en todo lo que haces.

Los interruptores son esenciales para la resolución de niveles.
Por supuesto, con el avance de los mundos, Mario puede efectuar diferentes técnicas como la de hacer el pino para impulsarse y conseguir saltar más lejos o esquivar algunos proyectiles. Además, el entorno también juega un papel fundamental para la resolución de estos niveles, ya que en muchas ocasiones hay que jugar con él a través de botones para activar plataformas de colores que permitan el paso o transportarte a otra zona que parecía inaccesible, entre otras mecánicas que aportan mucha diversión y dinamismo. Lo cierto es que estoy gratamente sorprendido con lo que ofrecen estos primeros cuatro mundos del título.
El aspecto gráfico sigue rayando la perfección con la firma de Mario

Los modelados de los personajes están a la altura de las grandes entregas de Mario.
Los últimos videojuegos protagonizados por Mario han contando con un aspecto gráfico brutal, demostrando un enorme potencial de los estudios de desarrollo para exprimir al máximo las prestaciones de Nintendo Switch. Tras el impresionante aspecto que ha mostrado Super Mario Bros. Wonder, podría parecer que Mario vs. Donkey Kong se quedaría un escalón por debajo, pero aguanta muy bien el tipo con unos modelados de personajes espectaculares y que lucen genial en Nintendo Switch OLED. Además, los entornos, aunque sean reducidos, también tienen un grado de detalle digno de admirar.
En el terreno sonoro, también cumple con creces, regalando algunos temas marca de la casa de la factoría Mario. Habrá que ver cómo se desenvuelve de aquí en adelante, pero de momento está satisfaciendo todas las necesidades tanto a nivel visual como sonoro. Por el momento, vuelvo a encender mi Nintendo Switch para saber qué me deparan las próximas aventuras en los niveles que restan.
Mario y Donkey Kong demuestran estar muy en forma en 2024

No había probado el título original de Mario vs. Donkey Kong, pero lo cierto es que la internada en estos cuatro primeros mundos me está fascinando. Es cierto que es un título de puzles algo simple y con partidas cortas, pero tiene esa esencia características de Mario. Es fresco, dinámico, ligero y muy divertido, por lo que solo queda aguardar unos días más para poder contarte el resultado final en el análisis de la obra. Hasta entonces, ¡nos leemos!