Probé Kirby Air Riders en Gamescom y, aunque no me enteré de casi nada, estoy completamente dentro de esta divertida psicodelia

Llegué a Gamescom sin haber podido ver en profundidad el Nintendo Direct dedicado a Kirby Air Riders, por lo que no sabía realmente qué me podría encontrar en la prueba organizada por Nintendo en la feria alemana. No sé si alegrarme o no de tal decisión, porque haber visto en profundidad todos los detalles del juego me hubiera ayudado a gestionar lo que iba a ver en la pantalla, pero al mismo tiempo hubiera roto la magia de lo que experimenté en esta sesión. Desde luego, Kirby Air Riders es de lo más loco que pude probar en mi presencia en Alemania.

Durante algo más de media hora, Nintendo nos permitió explorar algunos de los modos de juego más interesantes de la propuesta para certificar que no tiene nada que ver con un título de conducción como muchos pudieron llegar a pensar en un principio. Es un videojuego desarrollado por Sakurai, por lo que debía ser algo tan estrafalario como el propio creativo y que se acercara en cierta medida a lo que propone Super Smash Bros. El resultado es una auténtica locura, un juego de pura acción sobre vehículos que encandila, a pesar de que no sepas muy bien lo que está ocurriendo en un inicio.

Un juego en el que los tutoriales son imprescindibles

Kirby Air Riders es un juego complejo. Por ello, desde Nintendo dedicaron parte de la sesión a explorar algunos de los tutoriales básicos para poder manejar los vehículos, aterrizar con ellos, planear y otras funciones básicas de la jugabilidad. Una de las particularidades del título es que no cuenta con un botón dedicado a acelerar, algo que puede chocar a muchos en un principio y que se siente como algo marciano en cuanto te pones a los mandos, de ahí que sean necesarios tantos tutoriales para poder acostumbrarse a su propuesta.

El manejo del vehículo no es nada fácil, por lo que requiere de una perfección a lo largo de las diferentes partidas que se vayan jugando. Con Kirby Air Riders aprendí que la paciencia es necesaria, como la que tuvieron que tener los responsables de la compañía japonesa al ver cómo fallaba una y otra vez en los tutoriales hasta conseguir alcanzar el objetivo. Por otro lado, enfrentarse al resto de participantes de la partida también es algo que requiere de esa práctica, ya que el desenfreno es una de las notas más destacables del título, por lo que también es muy importante. Una vez terminas con todos estos tutoriales, llega el momento de la acción y la psicodelia más pura que se pueda disfrutar en Nintendo Switch 2.

La locura hecha videojuego: Kirby Air Riders es impredecible y está lleno de impulsos

Kirby Air Riders es un juego de acción sobre vehículos.

“No sé qué estoy haciendo”, fueron mis palabras al responsable de Nintendo que me acompañaba en la prueba jugable, lo que provocó algunas risas. Y es que al internarse en una partida de Kirby Air Riders sin anestesia, es como si estuvieras sintiendo demasiado impulsos que no logras entender y avanzas por inercia, al tiempo que te invaden multitud de power ups, vehículos y otros elementos repartidos por un mapa. Ahí es cuando descubres que hay decenas de opciones y solo sirven como modo de preparación para lo que es la partida en sí.

En este período de juego, los jugadores deben recoger vehículos y power ups para determinar cómo será la partida final. En este sentido, existen numerosas opciones: elementos que mejoran la velocidad, la potencia, la capacidad de planeo, la fuerza y un largo etcétera. Conformar una buena selección de mejoras es básico para conseguir un resultado óptimo que te permita pelear por ser el vencedor de la partida, pero eso es algo que no conocía de primeras, por lo que me limité a dar vueltas por el mapa y a recoger todo lo que se pusiera en mi camino. Tuve suerte, porque fui el que más power ups recogió, probablemente porque el resto tampoco estaba entendiendo nada de lo que sucedía en la pantalla en esos momentos.

La locura de Kirby Air Riders se traduce en que hay que masterizar todas sus técnicas y un solo botón puede servir para multitud de funciones, algo a lo que los seguidores de Super Smash Bros. ya están más que acostumbrados. El joystick izquierdo, por ejemplo, cumple las funciones de ataque básico y, al mismo tiempo, es el encargado de hacer planear el vehículo, mientras que el botón B cumple las funciones de generar impulso al dejarse pulsado y realizar una de las habilidades del personaje que se escoja para la partida. Personajes que, por cierto, cuentan con habilidades únicas en forma de Ultimate que pueden determinar el devenir de la partida final.

La partida final, una competición con frenetismo y mucha habilidad

Los minijuegos finales varían en función del desempeño de la preparación previa.

Todo lo que haces de manera previa te pone en una posición privilegiada o difícil de cara a la partida final. El juego te ofrece diferentes opciones en este sentido, con algunas recomendadas según tu empeño en la recolección de vehículos y power ups durante esta sesión inicial. En ese momento es donde el título te sitúa frente a tu propia habilidad y el aprendizaje que has cosechado en los momentos previos para tratar de vencer al resto de participantes en la partida.

Gané esta primera prueba. Aún no sé muy bien cómo, pero consistía en planear lo más lejos que pudiera y, por suerte, tenía el vehículo adecuado para ello. Conseguí llevar a Kirby más allá de un kilómetro desde el punto de inicio, superando en más de 300 metros al segundo clasificado a base de mantener firme la nave y hacerle avanzar por el circuito hasta que finalmente no quedaba más energía que exprimir. Este modo de juego requiere de habilidad y estrategia, pero también depende mucho de lo que se haya conseguido hacer durante el paso previo, por lo que todo es determinante en una partida de Kirby Air Riders.

Por ello, para la segunda partida que nos permitió jugar Nintendo, ya planteé las cosas de otro modo. Había experimentado las mieles del éxito en el formato de volar, por lo que ahora quería fuego y destrucción. Cogí un vehículo más robusto, esta vez manejando a Meta Knight, y me dispuse a encontrar todos los power ups posibles de fuerza que encontrara por el camino. Esto puede ser algo confuso hasta que te familiarizas con la propuesta, ya que en ningún momento hay un indicador que te señale qué ofrece lo que estás escogiendo, a no ser que recurras al menú en tiempo real para ver hacia dónde van los tiros. A decir verdad, en esta segunda partida tampoco sabía con certeza qué es lo que estaba haciendo.

Las habilidades finales de los personajes pueden determinar la partida.

Así que llegó el momento de enfrentarme en una batalla campal al resto de rivales con el objetivo de ser quién más eliminará a jugadores pertenecientes a la partida y la cosa no fue tan bien como en el minijuego de planear. El control impreciso de la nave me jugó malas pasadas a la hora de apuntar, ya que fui un completo desastre para tener el control necesario para perseguir al resto de participantes. Además, desperdicié la habilidad única de Meta Knight, que sobrevuela el terreno y comienza a lanzar bolas de fuego. Finalicé en quinto lugar en esta prueba, pero lo cierto es que lo disfruté bastante. Creo que esa es la magia de Kirby Air Riders: aunque no sepas muy bien qué estás haciendo, consigue divertirte y eso está a la altura de muy pocos videojuegos.

A nivel técnico es un derroche de luz, color y sinestesia

El título luce realmente bien en Nintendo Switch 2.

No cabe duda de que todos los juegos exclusivos que se han lanzado hasta la fecha en el catálogo de Nintendo Switch 2 han conseguido cumplir con creces en materia técnica, con especial mención a la locura que ofrece Donkey Kong Bananza. Con Kirby Air Riders se sigue cumpliendo esa máxima de que los nuevos productos de Nintendo no se conforman con ofrecer diversión, sino que también quieren alcanzar una calidad gráfica realmente alta.

Lo visto en esta prueba de juego es una buena muestra de ello. Todo lo que se ve en las partidas de Kirby Air Riders derrocha luz y color, además de esa barbaridad de efectos que se producen en todo momento en pantalla que dan cierta sensación de sinestesia, confundiendo los sentidos y ofreciendo impresiones muy diferentes a cualquier otro juego que se haya visto en el corto catálogo de Nintendo Switch 2 en sus primeros meses de vida. Es un juego caótico, pero sabe encontrar la belleza en medio del caos, por lo que también puede llegar a entrar por los ojos.

Lo que más sorprende es su rendimiento, ya que no se experimenta ninguna caída de la tasa de frames, a pesar de que en todo momento están sucediendo cosas muy locas en la pantalla, con movimientos, explosiones, ataques de todo tipo y el propio frenesí de controlar el vehículo. Algo que, unido al excepcional sonido del que hace gala el título, lo convierten en una experiencia sensorial de lo más gratificante.

Kirby Air Riders es una de las mayores locuras que he jugado, pero necesito una dosis más

Disfrutar de Kirby Air Riders ha sido una experiencia extraña. Pasé del desconcierto de no saber qué estaba haciendo realmente a entretenerme hasta el punto de que estoy deseando tener la oportunidad de volver a echarle el guante. Es una apuesta arriesgada, pero que bebe de la esencia de los juegos de Sakurai y, sobre todo, es un título completamente diferente a todo lo que se pueda encontrar en estos momentos en el catálogo de Nintendo Switch 2. Una marcianada de las que pueden hacer época.