Tras 4 horas jugando a Dying Light: The Beast, ya me parece la entrega más prometedora de la saga de zombies

La tercera entrega presenta un nuevo mundo abierto de zombies que rescata al protagonista original de la franquicia

Tras 4 horas jugando a Dying Light: The Beast, ya me parece la entrega más prometedora de la saga de zombies
Dying Light: The Beast se publica el próximo 22 de agosto
Publicado en Avances

Dying Light se dio a conocer en el año 2015 como un juego de acción y supervivencia en primera persona desarrollado por Techland, que venía de trabajar con títulos como Crime Cities, Chrome o Call of Juarez. No obstante, el estudio polaco acertó al presentar la ciudad ficticia de Harran, devastada por una epidemia zombie, llevando a los jugadores a controlar a Kyle Crane, un agente encubierto enviado para infiltrarse en la zona de cuarentena.

Una de las características más distintivas del título fue su sistema de parkour, que permitía moverse ágilmente por los tejados y escapar de las hordas infectadas. Este enfoque dinámico al desplazamiento se combinado con un ciclo de día y noche que afectaba significativamente la jugabilidad consiguió destacar como para apostar por una secuela con nueva ambientación oscura y opresiva que reforzaba el sentimiento constante de vulnerabilidad.

Si bien es cierto que Dying Light 2 iba a contar con una un segundo DLC que expandiría su historia, una grave filtración que reflejaba los ambiciosos planes de Techland llevaron a apostar por Dying Light: The Beast, un título independiente que recuperaba a Kyle Crane como un héroe convertido en una bestia. Tras haber podido probar unas cuatro horas de una versión preliminar, hemos recogido unas impresiones que nos hacen pensar que la entrega podría ser la más compacta de las tres y podría conquistar tanto a los conocedores de la saga como a nuevos jugadores por diversos motivos.

Recordando Dying Light

Lo nuevo de Dying Light es un juego independiente perfecto para nuevos jugadores, si bien recupera al protagonista del título original y lo conecta con la secuela. Todo comenzó en 2015 con una propuesta en la que se destrozaba cabezas y pateaba a hordas de enemigos mientras se salvaba la ciudad de Harran, mientras que en 2022 eran millones de jugadores los que disfrutaban de la oportunidad de vivir la historia de Aiden Caldwell, un peregrino errante en una misión para encontrar a su hermana, Mia, en la última ciudad en pie de la Tierra.

Ahora, The Beast propone una mezcla única de mundo abierto y acción, survival horror, ambientada en el hermoso y peligroso valle de Castor Woods, ahora invadido por zombis. Los jugadores recuperan a Kyle Crane, quien se libera después de años de ser sometido a experimentos y ahora se balancea al borde de la humanidad, luchando por controlar su poderosa bestia interior. El juego, comienza con esta premisa de forma directa, sin ni siquiera recordar el pasado del personaje.

En Dying Light, Kyle fue enviado a la ciudad en cuarentena de Harran en una misión secreta para recuperar documentos robados que podrían exponer los oscuros secretos de una organización llamada GRE. Allí se convierte en un héroe, ayudando a los supervivientes y luchando contra los Infectados. En la expansión The Following, Kyle busca una cura en las afueras de Harran, donde descubre una secta que usa un misterioso elixir y se enfrenta a una trágica decisión que lo lleva a la muerte o a su transformación en un infectado consciente.

Tras los acontecimientos del DLC, parece que Kyle fue capturado y cayó en manos del Barón, un brillante científico que lo mantiene cautivo durante más de una década, sometiéndolo a brutales experimentos que le otorgan habilidades muy especiales que ahora se exploran en en este nuevo juego.

Dying Light: The Beast recupera a los zombies mejor que nunca

kyle

Kyle vuelve a protagonizar un juego de Dying Light

De forma directa, la aventura comienza con Kyle Crane teniendo que lidiar con su ADN de superviviente y bestia, pudiendo cambiar entre dos estilos de juego y experimenta un feroz conflicto interno entre el hombre y el monstruo, que le llevará a la conquista definitiva de una fuerza imparable.

La brutalidad del combate de Dying Light llega al extremo y lleva la brutalidad más allá de los límites humanos al permitir aplastar cráneos, arrancar cabezas y descuartizar a los enemigos en una lucha por controlar los poderes bestiales, en constante evolución y alimentados por la ira.

En la primera misión del juego, Kylie tiene que ir hasta un monasterio, recorriendo los bellos paisajes del valle de Castor Woods, inspirado en los Alpes suizos, con varios entornos (un pueblo turístico, una zona industrial, un parque nacional, campos de cultivo y pantanos) llenos de belleza, así como decadencia. El juego sorprende con los mejores gráficos de la saga, habiendo apostado por la nueva generación que da vida a un apocalipsis zombi diseñado meticulosamente.

Kyle no tarda en tener un primer contacto humano que le lleva a tener nuevas misiones como activar un generador dentro de un edificio, tener que matar a todos los zombies presentes y, para agrado de la jugabilidad, enfrentarse a un primer jefe en forma de segador. De hecho, el enfrentamiento contra esta quimera tiene dos partes, con una segunda más difícil al incorporar más enemigos zombies.

Combates más logrados y cinemáticas de interés

dying

Cada combate contra jefe presenta un desafío diferente

Basta con disfrutar de esta primera misión del juego para darse cuenta que Dying Light: The Beast es un juego más conciso y detallado. Las cinemáticas están más cuidadas, diferenciándose en calidad a las conversaciones que pueden irse saltando por diálogo u omitiendo en totalidad. Asimismo, el ritmo de la historia es variado incorporando diferentes tareas más allá de meramente luchar o llegar a ciertos lugares.

En lo que respecta a los enemigos, la introducción de las quimeras es todo un acierto. Los jefes finales serán más comunes de lo pensado y aparecerán en numerosas ocasiones, hasta el punto de no haber conseguido que Nathan Lemaire, director del juego, nos haya querido decir el número final. El caso es que matar a cada quimera, Kyle extraerá su ADN para inyectárselo y conseguir nuevos poderes.

Todo apunta a que el barón, el gran enemigo del juego, está haciendo un virus más peligroso, por lo que Kyle también extraerá sangre de las quimeras para que su aliada consiga investigar qué quiere conseguir el barón. En pocos minutos, el argumento de esta entrega se convierte en el más interesante de la franquicia, demostrando que la simpleza a veces puede resultar más atractiva que las propuestas de largas horas de duración.

Mejorando las habilidades de Kyle

dying

No tenemos tiempo límite haciendo parkour

Más allá de conseguir nuevos poderes para el combate gracias al ADN de las quimeras, Kyle tiene un árbol de habilidades para mejorar su salto, sus caídas y otros parámetros. Por otro lado, subir de nivel también mejora la salud, mientras que la agilidad del parkour está siempre presente al no contar con límites como en la secuela de la franquicia.

Que en este juego todo sea más compacto y menos grande que en los anteriores, hace se que sienta que todo está más cuidado. De hecho, sigue habiendo mucho inventario para poder atacar a los enemigos ya sea con armas de fuego o de cuerpo, al igual que otro tipo de complementos que nos harán disfrutar más que nunca antes de machacar zombies.

Asimismo, una de las insignias de la saga regresa con el ciclo día y noche, pues mientras que durante la mañana se puede explorar eliminando a los zombies ya estén solos o acompañados, por la noche todo es más difícil y se requiere del apoyo de la luz para no caer rendidos. De hecho, se recupera esa sensación de temor a la noche, teniendo que correr si nos persiguen zombies más fuertes.

Por otro lado, también hay zombies veloces que si son alcanzados y eliminados otorgan objetos de mayor valor, por lo que se incentiva al juego por la noche cuando queramos desconectar de la "ligera tranquilidad" del día.

Mucho más que descubrir

dying

Los personajes de The Beast son menos en número, pero más interesantes

Tras disfrutar de las tres primeras misiones principales del juego, rápidamente pudimos descubrir diferentes zonas del mundo abierto de Dying Light: The Beast, que vuelve a apostar por diferentes secciones de distintos niveles de dificultad. De hecho, nos dejamos caer por un camping en el que para poder recuperar la electricidad debíamos completar diferentes tareas que resultaron imposible al suponer un desafío del que todavía no teníamos la capacidad de superar. Eliminar todos los zombies por ejemplo, cuando uno de ellos liaba un estropicio con un escape de agua y un arma cargada de electricidad...

También nos sorprendió poder conducir un vehículo con perspectiva tanto en primera como tercera persona, sorprendiendo cuando algún que otro zombie se lanzaba sobre el capó para darnos algún que otro susto y dificultar la visibilidad del camino. De esta forma, en poco tiempo descubrimos con agrado que el juego volverá con horas de contenido secundario, ya sea explorando, a pie tranquilamente o en vehículo de forma más rápida, activando campamentos, resolviendo situaciones rápidas como salvar a un superviviente de zombies o carroñeros, etc.

En lo que respecta a misiones secundarias, ya pudimos disfrutar de dos diferentes. En una teníamos que investigar sobre un zombie específico, mientras que en otra teníamos que ayudar a un ciudadano de elevada edad en una cueva, resultando que quiere hacerla volar por los aires con dinamita. Curiosamente, se desarrolla una mecánica en la que Kyle debe llevar cables por diferentes puntos, teniendo en cuenta la longitud de estos cables.

Más allá de esto, cabe recordar que el título contará con un modo multijugador que aún no hemos probado. Grupos de hasta 4 jugadores podrán hacer frente a los peligros de Castor Woods, ya sea superando misiones principales como contenido secundario. Destaca el progreso compartido para completar la aventura codo con codo, por lo que el jugador decide si en ciertas situaciones quiere superar los desafíos en compañía de amigos o desconocidos.

Charlando con Nathan Lemaire, director del juego

dying

La noche sigue siendo un riesgo en Dying Light: The Beast

Durante el evento en el que pudimos disfrutar de las primeras horas de Dyling Light: The Beast tuvimos la oportunidad de conversar con Nathan Leamire, director de la obra, que nos recordó que no se trata de una secuela directa, sino de un proyecto que comenzó como un DLC, pero creció tanto en ambición y calidad que se convirtió en un juego independiente, con gráficos, combate y experiencia de nivel triple A. También especificó que el juego es accesible para nuevos jugadores ya que el protagonista también redescubre el mundo tras una década de cautiverio, lo que permite que la narrativa sea comprensible sin haber jugado los títulos anteriores.

El desarrollo del juego involucró a unas 200 personas, incluyendo un equipo dedicado al contenido postlanzamiento. La historia principal ofrece aproximadamente 20 horas de juego, que pueden extenderse hasta 40 con misiones secundarias y exploración. Aunque no se ha confirmado contenido adicional tras el lanzamiento, el estudio está enfocado en hacer de este lanzamiento la mejor experiencia posible. También se han introducido mejoras importantes en el modo cooperativo, como la progresión compartida entre jugadores, aunque aún no se incluye crossplay.

El director destacó su orgullo por la calidad del combate, la reacción de los enemigos, los efectos de sonido y visuales, así como por el diseño de los jefes, que están acompañados de escenas cinematográficas y música dedicada. Entre otros detalles, destacó ambientación del juego se inspira en lugares remotos como los Alpes del Este, con influencias atmosféricas de series como Twin Peaks o Stranger Things, lo que contribuye a una sensación de aislamiento y decadencia muy adecuada para una historia postapocalíptica.

Dying Light: The Beast se estrena el 22 de agosto

dying

Dying Light: The Beast consigue destacar en numerosos aspectos

Dying Light: The Beast saldrá a la venta el 22 de agosto de 2025 para PC (Steam y Epic Game Store), PlayStation 5 y Xbox Series X|S, estando prevista una versión para PS4 y Xbox One a finales de año. Los poseedores de la edición Definitiva de Dying Light 2: Stay Human recibirán automáticamente esta entrega, mientras que el resto están invitados a probar la experiencia definitiva de la saga.

En nuestra opinión, han bastado pocas horas de juego para descubrir que Techland ha sabido optimizar los mejores aspectos de la franquicia para crear una propuesta independiente que conseguirá destacar como uno de los mejores juegos de 2025. Una propuesta de mundo abierto compacta con misiones principales variadas, un combate contra zombies de lo más divertido, un sistema de parkour mejorado que invita a explorar todo tipo de rincones y azoteas, una historia con interés con cinemáticas trabajadas y conversaciones logradas...

En tan solo un mes se publicará una aventura cargada de acción que debería volver a conquistar a millones de jugadores para demostrar cómo Techland ha conseguido hacer un juego que recoge todo lo mejor de su trayectoria y funcionará como el cierre perfecto de un verano cargado de lanzamientos para todos los gustos.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!