El casting original de Quentin Tarantino para Malditos Bastardos lo habría cambiado todo
Malditos bastardos es una obra de arte, pero, la versión original habría sido diferente

Malditos Bastardos es una obra maestra del cine moderno, probablemente una de las obras más importantes de Quentin Tarantino, que brinda un guion brillante y, sobre todo, actuaciones icónicas. Y es que la escalofriante encarnación del coronel Hans Landa por Christoph Waltz es, para muchos, una de las mejores interpretaciones de villano de la historia.
Sin embargo, la película que conocemos y celebramos, a diferencia de lo que podemos pensar, es en realidad el resultado de una serie de casualidades, conflictos de agenda y decisiones de último minuto.
La visión original de Tarantino, y su lista de deseos para el reparto, era radicalmente diferente y, de haberse materializado, no solo habríamos visto nuevas caras, sino que además, probablemente habríamos tenido una película con una esencia, tono y legado diferente.
Landa habría sido un monstruo completamente diferente

Esta modificación habría cambiado el film por completo
Probablemente, el cambio más profundo se habría encontrado en el papel de su antagonista, el cazador de judíos Hans Landa, que fue escrito y ofrecido a Leonardo DiCaprio. Sin duda, con su inmenso talento, el resultado habría sido fascinante, pero habría alterado fundamentalmente la percepción del personaje.
El público habría visto a Leonardo DiCaprio interpretando a un nazi carismático, una superestrella, añadiendo otro gran papel a su currículum. Sin embargo, la efectividad de Landa radica en el terror de su autenticidad.
Tarantino finalmente decidió que el papel exigía un actor de habla alemana nativa, y de hecho, esta búsqueda casi lo lleva a cancelar el proyecto, ya que sentía que había escrito un personaje "imposible de interpretar".
Entonces, apareció Christoph Waltz, y al ser un rostro desconocido para el público internacional, Waltz no era una estrella interpretando a Landa; él era Landa. Y sin duda, su anonimato fue uno de los responsables de haber hecho de Landa un monstruo impredecible y genuinamente aterrador.
La película no solo ganó un Óscar, sino que descubrió una nueva estrella, un fenómeno que se habría perdido con el estrellato preexistente de DiCaprio.
De la comedia al horror sanguinario

Habríamos visto a Adam Sandler con Brad Pitt
Otro cambio que habría redefinido por completo el tono de la película fue la elección para el sargento Donny Donowitz, "el oso judío".
Tarantino escribió el personaje con Adam Sandler en mente. Y lo más probable es que su participación habría inclinado las escenas de los Bastardos hacia la comedia negra. La violencia, filtrada a través de la conocida personalidad cómica de Sandler, podría haberse percibido como más satírica, casi como un sketch brutal.
El terror visceral de la venganza judía habría corrido el riesgo de diluirse en la excentricidad. Pero debido a conflictos de agenda de Sandler con la película Hazme reir (2009), el papel recayó en Eli Roth, un director y actor conocido por su trabajo en el cine de terror.
Roth aportó una furia maníaca y una crudeza que anclaron la violencia en un lugar mucho más inquietante y visceral. Este Oso Judío no era gracioso, era la encarnación de una rabia histórica desencadenada.
Este cambio aseguró que, aunque la Malditos bastardos tiene momentos de humor, la brutalidad de los "Bastardos" se siente siempre peligrosa y real, lo que la hace una de las mejores películas bélicas de la historia.
Un toque británico y alemán completamente diferente

El personaje responsable de una de las escenas más icónicas de la película
El papel del teniente Archie Hicox, el estoico crítico de cine británico, fue aceptado por Simon Pegg. Conocido por sus colaboraciones con Edgar Wright, Pegg habría aportado una energía cómica que habría transformado la tensa escena de la taberna.
La tensión habría sido socavada por la expectativa de un remate cómico. Pero en su lugar, Michael Fassbender le dio al personaje una seriedad que eleva el suspenso a niveles casi insoportables. Su actuación convierte la escena en una tragedia de errores de espionaje, no en una farsa.
Del mismo modo, el papel de la espía Bridget von Hammersmark fue considerado para la icónica actriz alemana Nastassja Kinski, lo que habría dado a la película un aire de cine europeo clásico, antes de que Diane Kruger hiciera suyo el papel con una mezcla perfecta de glamour y determinación.
Sea como sea, la versión de Malditos bastardos con DiCaprio y Sandler habría sido un éxito de taquilla garantizado, pero probablemente no habría forjado el destino tan legendario de la película que conocemos a día de hoy.