Esta es la mayor incongruencia de Expediente Warren tras 12 años de historias
La franquicia continuará con una serie de televisión disponible en HBO Max

En la mayoría de películas de terror, la dinámica es sencilla: un grupo de personas comunes debe sobrevivir al acecho de un asesino serial o una entidad sobrenatural. A veces el mal es derrotado, pero en otras ocasiones logra imponerse, lo que abre la puerta a universos cinematográficos más amplios. La franquicia de Expediente Warren ha sabido explotar esa posibilidad, consolidándose como una de las sagas de terror más exitosas de la última década. Sin embargo, uno de sus personajes clave arrastra una inconsistencia difícil de ignorar: la representación de Judy Warren, hija de los célebres investigadores paranormales Ed y Lorraine.
Desde The Conjuring, nombre original de la primera cinta, Judy ha estado presente como motor emocional de sus padres, quienes arriesgan sus vidas con el objetivo de garantizarle un futuro sin miedo. Interpretada originalmente por Sterling Jerins, Judy pasa de ser una niña aterrorizada a una adolescente más consciente de la herencia sobrenatural de su familia. Su primer gran protagonismo llega en Annabelle vuelve a casa, aunque ahí la interpretación recae sobre Mckenna Grace, decisión que sorprendió a los seguidores dado que cronológicamente la historia ocurre apenas un año después de la primera entrega.
La situación se complicó aún más en Expediente Warren: El diablo me obligó a hacerlo y La monja 2, donde Jerins volvió a encarnar a Judy, solo para que en Expediente Warren: El último ritmo la producción optara nuevamente por un cambio, entregando el papel a Mia Tomlinson. El problema es que, en esta última cinta, Judy es presentada con 22 años, exactamente la edad real de Jerins, lo que alimenta las críticas por la falta de coherencia en el casting.
La mayor incongruencia de Expediente Warren
El último rito plantea un cierre al arco de Ed y Lorraine, trasladando el protagonismo a Judy como heredera de la misión familiar. La decisión narrativa resulta lógica, pues por primera vez el personaje asume el liderazgo en la lucha contra lo sobrenatural. Sin embargo, el cambio constante de actrices erosiona la conexión del público con Judy y genera la sensación de que se ha desaprovechado a la intérprete original que le dio identidad al rol.
Ahora, habrá que esperar para saber si la serie de Expediente Warren se centra en Judy o en versiones jóvenes de Ed y Lorraine, también introducidas en El último ritmo.