La película que Hitchcock definió como casi perfecta está en streaming

Alfred Hitchcock, uno los cineastas más reconocidos de la historia, dirigió más de 50 películas a lo largo de su carrera y fascinó al mundo con su cine innovador y original. Desde el comienzo de su andadura cinematográfica, el londinense ya mostraba indicios de ser un virtuoso de la imagen y la comunicación visual. En 1935, con Los 39 escalones, muestra por primera vez su brillante talento y plasma la que es considerada por muchos como una de las mejores películas del cine británico.

Robert Donat y Madeleine Carroll en Los 39 escalones (1935)

En aquel momento, ya estaba presentando los elementos más comunes de su obra que le llevarían al estrellato como director: el peculiar uso de las sombras para aportar oscuridad, el envidiable manejo de la influencia sobre el espectador, y la mezcla constante entre suspense, romance y humor.

Esta mezcla explosiva de recursos cinematográficos se convertiría en su firma y sello personal para siempre. Dominaba con maestría el lenguaje visual, lo usaba como hilo narrativo para evitar cargar sus películas de diálogos, dándole más sentido que nunca a la expresión: "una imagen vale más que mil palabras".

Alfred Hitchcock, Los pájaros (1963)

La obsesión del cineasta por supervisar de cada elemento que saliera en pantalla, le hacía un profesional extremadamente perfeccionista que medía al milímetro cada escena, nada era casualidad. Además de darle mucho peso a la importancia de la imagen, Hitchcock era un experto en generar en el público justo lo que estaba buscando, intriga y terror. Su filmografía está llena de escenas en las que, gracias a la colocación de las cámaras y la música, el espectador sentirá un tensión que mantendrá hasta el final de la cinta. Gracias a él, actualmente podemos disfrutar de excelentes películas de terror y de las mejores series de suspense.

Implantó nuevos términos cinematográficos como el "Macguffin", un concepto referido al elemento, o excusa, que empuja a los protagonistas a continuar con la trama principal, sin ser este nada relevante de la misma. Con este recurso conseguiría mantener la atención del espectador hasta el final de la historia. Muchas de estas técnicas han supuesto una gran influencia en el cine posterior a este cineasta, que sin lugar a dudas, sentó las bases sobre las que construyeron sus propios conocimientos otros directores.

El maestro del suspense designó esta cinta como su gran influencia

Con todo lo que ya sabemos del rey del suspense, podemos intuir que un halago venido de él no es poca cosa. Aunque su género está lejos de los gustos del cineasta, Der Letzte Mann (El último hombre) de 1924, es la película que más transcendencia profesional tuvo en Hitchcock, a la que denominó como: "casi perfecta". Esta se puede ver actualmente en la plataforma de Filmin.

Ver Der Letzte Mann en Filmin

Esta cinta se entiende como una obra maestra del cine mudo, y supuso un antes y un después en la forma de entender el cine del director británico. La película está dirigida por otro gurú de la gran pantalla, F.W Murnau, y supuso una innovación en la época en relación a las técnicas narrativas y a los planos escogidos por el cineasta.

Emil Jannings en Der letzte Mann (1924)

Este novedoso largometraje destaca por carecer de intertítulos aclaratorios y apostar firmemente por la narración visual. Un portero de hotel (Emil Jannings) es remplazado por su edad y debe abandonar su puesto de forma humillante. Los movimientos de cámara, brillantemente escogidos por Murnau, nos cuentan sus sentimientos y llenan la película de metáforas y simbolismos.

La escena en la que la cámara graba al protagonista a la altura del pecho andando por la calle, ha pasado a ser una de la más recordadas del cine. Sobre todo, por la revolución que produjo el poder acompañar al personaje por la calle, dando sus propios pasos. Esto producía un sentimiento de inmersión en los espectadores que nunca antes habían experimentado en ninguna otra película.

Escena de la calle de Der letzte Mann

Las influencias son evidentes y claras en la obra de Hitchcock que, como ya hemos comentado, intentaba expresar lo que sentían sus personajes sin la necesidad de utilizar diálogos, como lo hacía Murnau al evitar usar intertítulos. Técnicas aplicadas posteriormente por parte de Alfred, como el efecto de Zoom Dolly (efecto vértigo), en el que combinaba el zoom del objetivo con el movimiento de la cámara en el sentido contrario, o el encuadre agónico en La ventana indiscreta, habían nacido de Murnau una década antes.

Estos recursos se implantaron en la mente de Hitchcock. De este modo, llegaría una filmografía brillante y rompedora que, a su vez, construyó los cimientos del cine y dejó una marca para siempre en los cineastas del género del suspense y el terror.

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