Esta película refleja la verdadera cruda y horrible historia de Segunda Guerra Mundial
Esta película es tan cruda que te hará apartar la mirada en más de una ocasión, y sin duda, es la más fiel representación de una guerra

Si bien hay muchas películas y series referentes a guerras, probablemente ninguna pueda rivalizar con esta obra maestra de Elem Klimov, Masacre. Ven y mira. Aunque es difícil decidir si se trata de una película de guerra o una de terror, ya que la visión de su director logra retratar todas las atrocidades de una manera única. El tono de esta película llevó al límite absoluto la idea del realismo.
¿De qué trata Masacre. Ven y mira?

La experiencia de ver este filme es simplemente escalofriante y traumatizante
El filme sigue al joven bielorruso Flyora, interpretado por Aleksei Kravchenko, quien dio lo mejor de sí en una inolvidable interpretación, que presencia y experimenta los más infames horrores de la Segunda Guerra Mundial.
A través de sus ojos, nosotros como espectadores, también nos expondremos hasta la brutal realidad de la guerra y como su impacto resulta tan devastador en la humanidad. Y a pesar de que esté ambientada en una guerra de hace ya varios años, su representación de violencia y sufrimiento aún puede ser extrapolada a la actualidad, siendo una de las más puras y poderosas declaraciones en contra de la misma guerra.
Masacre. Ven y Mira tuvo un camino cuesta arriba para llegar a su estreno, después de extensos esfuerzos por censurarla, por lo que la producción de la película fue agotadora psicológicamente, algo de cierta forma equiparable al atroz resultado final.
Masacre. Ven y Mira es una combinación de experiencias
En el resultado personal se evidencia lo personal que fue esta historia para los cineastas. Klimov, completó sus propios recuerdos de la época con el trabajo del guionista Ales Adamovich, autor del libro Soy de la aldea ardiente. Parte de los aspectos autobiográficos de Klimov provienen de las emociones que sintió al crecer en la atmósfera de guerra, más que de los acontecimientos en sí. Él y sus amigos “sintieron sufrimiento humano” durante todo este periodo y fue lo que intentó transmitir con el tono de la película.
Por otro lado, las experiencias reales de Ales Adamovich fueron las que inspiraron el contenido específico de la película, ya que se había encontrado en una posición similar a la de Flyora y, por lo tanto, había visto tantas atrocidades como las retratadas en el filme.
De igual forma, la recopilación de los relatos de otras personas con experiencias similares que motivaron la escritura de Adamovich sirvieron de base de la película, incluidas algunas de las secuencias más devastadoras. Sin duda, la conexión de los cineastas es tangible, cada segundo que transcurre excava en el dolor que Klimov y Adamovich vivieron e investigaron.
Masacre. Ven y mira plasma el realismo de forma terriblemente brutal

Realmente es una película cruda que no tiene miedo de dejar cicatrices en tu mente
La producción se esforzó en gran medida por crear una atmósfera lo más realista posible, así la película lograría tener un impacto devastador. Incluso se llegaron a usar balas reales disparadas desde armas reales durante las secuelas de tiroteos, lo que hacía que literalmente hubiese balas volando no demasiado lejos de los actores.
De igual forma, muchos de los personajes en pantalla no eran interpretados por actores profesionales, esto hace que sea más realista y que el enfermizo dolor que se vivía y transmitía, era más real.
Aunque el realismo siempre fue el objetivo, y es precisamente lo que ha hecho tan extraordinaria esta película, en algunas ocasiones nos sumergimos en un tipo de surrealismo, como en el uso de diseños de sonido antinaturales para agregar una capa adicional de terror a la historia. Esto se hacía para transmitir el nivel de daño psicológico que estos momentos tuvieron en las personas reales que estaban involucradas.
Y si bien es cierto que nunca se podrían transmitir los efectos que estas atrocidades habrían transmitido a sus víctimas, permiten acercar la mente del espectador a un nivel de crudeza similar. Además, también sirvió para comunicar un mensaje antibélico, lo que Klimov describe como “una advertencia apasionada contra la guerra”, entendiéndose como que las técnicas surrealistas son lo suficientemente fuertes como para disuadir situaciones similares en el futuro.
Sin duda, Masacre. Ven y mira, es poco ortodoxa, desafiante, y al final, el reflejo de eventos terroríficos, con un realismo que se ve y se siente, gracias al implemento de técnicas cinematográficas que no suelen verse en este género. Verdaderamente, es una de las películas más asombrosas –en el mal sentido– de los últimos tiempos, y de hecho, forma parte de esas películas que son difíciles de terminar.