La mujer del momento se saltó un detalle importante de la vida de Rodney Alcala
Si bien el programa expone muy bien la cronología criminal de Alcala, omite un factor clave de su historia
Desde su estreno, la primera película dirigida por Anna Kendrick ha dado mucho de qué hablar. Si bien esta producción ofrece un recorrido bastante acertado respecto a la vida delictiva de Rodney Alcala, no expone el tiempo que permaneció en Nueva York. La importancia de esta parte de su cronología criminal radica en que no solo cometió algunos de sus peores asesinatos en la ciudad, sino que trabajó con otro asesino en serie.
Aunque antes del inicio del arco final la producción expone una escena basada en el encuentro entre Alcala y Cornelia Crilley, la azafata de Trans World Airline de 23 años que ultrajó y asesinó en 1971, este fue apenas una de las atroces agresiones sexuales y asesinatos cometidos en la Gran Manzana. Sin apartar, el tiempo que compartió con Richard Cottingham. Probablemente, la omisión se deba al limitado tiempo para retratar la larga lista de crímenes.
Rodney Alcala y Richard Cottingham trabajaron bajo el mismo techo
Dos asesinos en serie bajo el mismo techo
La llegada a Nueva York de Alcala no fue casualidad, sino un intento desesperado de evitar la prisión, pues estaba solicitado por los cargos de agresión sexual e intento de homicidio de una pequeña de apenas 8 años. Frente a este escenario, asumió la identidad de John Berger, y con este nombre se inscribió en la universidad.
Años más tarde, fue reclutado por la misma empresa donde trabajaba Richard Cottingham, quien después sería conocido como el “Asesino del torso” o el “Destripador de Times Square”. De esta forma, ambos criminales coexistieron en el mismo espacio laboral.
Ambos aseguran no haberse conocido
A pesar de que ambos cumplían funciones en Blue Cross Blue Shield Association, no existe evidencia de que se conocieran. Aunque existen grandes probabilidades de un posible encuentro entre ambos, todo parece indicar que ninguno sabía de los crímenes del otro.
Lo escalofriante de este cruce de líneas temporales radica en que los dos tenían un perfil bastante similar. A simple vista, parecían hombres normales antes de ser atrapados. Asimismo, compartían su capacidad de mantener la fachada, mientras llevaban a cabo sus respectivos crímenes.
Gracias a la destacada producción de Anna Kendrick, la audiencia está familiarizada con el desenlace de Rodney Alcala, pero pocos conocen la historia del despiadado “Asesino del torso”. Si bien fue detenido en varias oportunidades, Cottingham se salvó de perder su libertad definitiva debido a que las dos trabajadoras sexuales que presentaron cargos, nunca comparecieron frente al tribunal para completar el debido proceso.
Su arresto definitivo ocurrió el 22 de mayo de 1980, y fue realizado por orden de la fiscalía del condado Bergen, Nueva Jersey. En esa ocasión, el “Destripador de Time Squire” agredió a Leslie Ann O'Dell, otra trabajadora sexual de solo 18 años. Bajo amenaza de muerte, Cottingham condujo a la chica a la habitación que había reservado en Hasbrouck Heights Quality Inn, donde abusó de ella, mientras la amenazaba con una pistola que resultó ser falsa.
La mujer del momento es una película inquietante que nadie debería perderse
Si aún no la has visto, ¡es momento de que lo hagas!
La mujer del momento es una demostración de que la realidad puede ser más devastadora que la ficción. Aunque se tomaron ciertas libertades en la construcción del argumento, este thriller de drama e intriga ofrece una mirada cruda y directa al caso de Rodney Alcala, un asesino que pudo participar en el programa de juegos The Dating Game, a pesar de tener un récord criminal por asalto, abuso de menores, violación y asesinato.
De esta forma, la trama expone lo sucedido en uno de los episodios más controversiales del show, así como la negligencia de la producción al permitir que Alcala no solo tuviera participación, sino que resultase ganador poniendo en riesgo la vida de la chica que tuvo la desdicha de obtener una cita con él.
En definitiva, aunque la película relata muy bien la historia real asesino del juego de las citas, es indiscutible que hubiese sido acertada la inclusión de la estancia del criminal en Nueva York, después de todo, en su paso por la ciudad cometió varios de sus peores crímenes y pudo haber tenido contacto con Richard Cottingham.