Una experiencia cercana a la muerte fue la responsable de que George Lucas se convirtiera en director
Una experiencia cercana a la muerte fue la responsable de que George Lucas se convirtiera en director

Indiscutiblemente, George Lucas ha revolucionado el género de la ciencia ficción a través de Star Wars. Sin embargo, este imperio del entretenimiento que marca hitos en la cultura pop pudo no haber existido. A diferencia de lo que muchos piensan, Lucas soñaba convertirse en piloto profesional de automóviles, una aspiración que casi le costó la vida y cambió por completo sus expectativas.
Los primeros pasos en el mundo del cine no fueron sencillos para el prolífico director, los resultados alcanzados por su primer largometraje, THX-1138, fueron bastante desalentadores. Por fortuna, las cosas dieron un giro a su favor con el estreno de American Graffiti en 1973.
A través de esta autobiografía, Lucas muestra al mundo sus días de juventud en California, un relato que acaparó la atención de la audiencia, se convirtió en éxito de taquilla y consiguió cinco nominaciones al Premio de la Academia. En ella, el cineasta muestra su interés devoto por los automóviles y el deseo de correr a nivel profesional, el deseo frustrado que lo encaminó hacia el cine.
Los coches de carreras casi truncaron su vida

Los autos siempre fueron una gran pasión para Lucas
Si bien George Lucas sentía cierta atracción por el mundo de la fotografía y la industria del entretenimiento desde muy joven, sus años de secundaria transcurrieron entre el limitado interés por los estudios y la gran fascinación hacia la idea de andar sobre ruedas.
De esta forma, el creador de una de las sagas más importantes de todos los tiempos, no por nada se celebra cada 4 de mayo el Día de Star Wars, pasaban gran parte de su tiempo recorriendo el vecindario a bordo de una motocicleta, la cual después reemplazó por un Autobianchi Bianchina amarillo que le regaló su padre.
Al igual que el personaje principal de American Graffiti, Lucas se esforzó por dotar su coche de un motor de alta potencia y un cinturón de carreras que le permitiera vivir aventuras llenas de adrenalina en las calles de la ciudad. De acuerdo a lo expresado en su biografía, el cineasta comenzó a involucrarse en las competencias locales desde los 14 años.
Aunque pudo en varias ocasiones, la imprudencia no tardó en pasar factura. Sus perspectivas de convertirse en piloto profesional se vieron truncadas de forma estrepitosa en 1962.
El accidente que marcó un antes y un después
Con solo 18 años, y a escasos días de su graduación de secundaria, su adorado Autobianchi Bianchina quedó convertido en una hojalata arrugada e inservible. Lucas fue impactado por un Chevy Impala cuando se desplazaba desde la biblioteca pública hasta su casa.
Gracias a una falla en el cinturón de carreras, el joven salió expulsado del coche, segundos antes de que terminara estrellado contra un árbol cercano.
Si bien pudo burlar a la muerte, quedó herido de gravedad. Las lesiones no solo incluyeron fracturas en varios huesos de su cuerpo, sino hematomas pulmonares que lo mantuvieron cuatro meses en el hospital. Durante este tiempo el director de Star Wars tuvo espacio suficiente tanto para recuperarse, como para reflexionar acerca de su estilo de vida.
El sueño de correr coches de carreras fue reemplazado por el mundo del cine

Un gran giro en su vida
La experiencia de estar a punto de morir llevó a Lucas a una especie de encrucijada. Por un lado, estaba la fascinación que desde chico sintió hacia los automóviles y, por el otro, tenía clara la delgada línea que separa la vida de la muerte.
Afortunadamente, escogió el camino correcto. Comenzó a priorizar sus estudios y retomó su interés hacia la fotografía, una decisión que lo condujo a crear lazos de amistad con Haskell Wexler, el director de fotografía y cineasta que lo ayudó a prepararse para ingresar a la escuela de cine de la Universidad del Sur de California.
Las habilidades e intuición de Lucas comenzaron a dar frutos, participó en festivales de cine y produjo cortometrajes admirados por su entorno. Aunque el cambiar de las carreras de coche al mundo del cine fue bastante drástico, valió la pena si consideramos que logró dar vida a una de las obras de propiedad intelectual más icónicas de la historia del cine hasta el momento.