El alma del cómic: el arte que da vida a los superhéroes

Las páginas de Marvel y DC son bien conocidas por algo: ser el hogar de algunos de los personajes más conocidos del cómic. El lugar donde los superhéroes surcan el cielo de Metrópolis o vigilan las sombras de Gotham. Sin embargo, son los equipos involucrados en estas colecciones los que realmente dan vida a estas historias. En un mercado tan competitivo, resulta llamativo cómo el talento español ha logrado resaltar. De hecho, esta situación se remonta a los 90, cuando España comenzó a exportar parte de su talento artístico al epicentro del cómic estadounidense.
Una ventana al lado más creativo del mundo del cómic
En este escenario, Rafa Sandoval y Jorge Fornés son dos ejemplos claros de cómo los dibujantes españoles han conquistado a las grandes editoriales con estilos únicos. Lo que ambos comparten es un motor común: una pasión inquebrantable por las viñetas. Rafa Sandoval es conocido principalmente por su estilo claro y luminoso, por lo que tiene sentido que haya participado en cabeceras como las de Superman o Green Lantern. Por otro lado, con un estilo que tiene influencia noir, Jorge Fornés ha dado forma a Batman o Rorschach.
Pero estos dibujantes son solo una pincelada de los que siguen en activo al más alto nivel. Pepe Larraz, Xermánico, Carmen Carnero, Jorge Jiménez o Mikel Janín también son conocidos en la escena internacional. La mayor parte de sus trayectorias están marcadas por esa perseverancia que refleja esa capacidad para destacar en un medio que, a priori, podría estar dominado por artistas estadounidenses.
¿Qué hace que los dibujantes españoles destaquen en compañías como Marvel y DC? Como dice Rafa Sandoval, “lo que quería hacer era dibujar cómics. Mi objetivo era trabajar para Marvel o DC”. Quizá sea tan simple como eso. Esfuerzo, constancia y una pizca de talento. Lo que está claro es que el talento español también ha sido determinante en esa contribución del legado de los superhéroes. Una prueba de que el arte español es importante en el género.
¿Qué es un cómic?

Fundada en 1939 como Timely Comics, Marvel Comics se consolidó como la casa de los superhéroes
Por sorprendente que parezca, es complejo definir qué es realmente un cómic. Simplificándolo mucho, puede entenderse como un arte híbrido que fusiona literatura, cine y pintura en un formato único. De esta forma, cada viñeta actúa como un lienzo y una escena al mismo tiempo. Por otro lado, a diferencia de la novela, que depende de la imaginación del lector, o del cine, que impone un ritmo fijo, el cómic permite controlar el tempo narrativo mediante la disposición de las viñetas y el diseño de la página de cada proyecto.
Esta capacidad de controlar el aspecto creativo también hace que el lector sea un participante activo, navegando entre texto e imagen para construir la historia. Como señala Jorge Fornés, el cómic “usa lo mejor de los dos mundos” de la literatura y el cine, combinando la profundidad narrativa con el impacto visual.
Asimismo, un elemento distintivo es su flexibilidad creativa. Esto se traduce en que un mismo guion puede transformarse radicalmente según el estilo del dibujante. De esta forma, queda claro que el dibujo puede ser clave para percibir una misma historia de forma diferente. Es esta libertad la que permite a los artistas imprimir su personalidad en cada página, convirtiendo al cómic en un medio profundamente autoral. “Lo que te pudieses imaginar lo podías ver en el cómic”, afirma Rafa Sandoval, destacando cómo este arte ofrecía posibilidades ilimitadas mucho antes de que el cine de superhéroes las trasladara a la pantalla.
Además, el cómic tiene un poder cultural único en su especie. Desde los años 60, ha sido un campo de experimentación para abordar diferentes temas sociales y políticos. El propio Capitán América se convirtió en un símbolo de libertad en la Segunda Guerra Mundial. La capacidad que tiene para abordar ideas complejas a través de los superhéroes lo convierte en un reflejo de su tiempo.
El sueño de conquistar a los superhéroes

Los superhéroes surgieron en los cómics como respuesta a la necesidad de figuras heroicas en tiempos de crisis
Es evidente que convertirse en el mejor en cualquier disciplina no es un proceso sencillo. El viaje de Rafa Sandoval hacia Marvel y DC comenzó en un hospital, con un cómic de los Nuevos Titanes. “Ese fue el punto de inicio de todo. A partir de ese momento empecé a coleccionarlos. Se convirtió prácticamente en mi vida”, recuerda.
Autodidacta, el dibujante pulió su talento mientras trabajaba en publicidad y animación, una experiencia que lo llevó a estar vinculado en proyectos para Disney. “Estuve un tiempo en un estudio de Barcelona con sede en Alemania que trabajaba para Disney”, explica. Al final, su capacidad para no rendirse fue la que lo llevó a Marvel en 2007 y a DC en 2012, convirtiéndose en el artista principal de Absolute Superman en el presente.
Por sorprendente que parezca, la historia de Jorge Fornés resulta aún más singular. A los 38 años, mientras trabajaba en un taller de coches, decidió perseguir un sueño que parecía inalcanzable. “Siempre quise dedicarme al cómic, pero no tuve esa opción”, cuenta. Sin formación en arte, su portafolio llegó a las manos de C. B. Cebulski en una revisión en Barcelona. “Me hicieron hacer pruebas para Daredevil. Nunca había publicado ninguna página, así que las pruebas salieron fatal. Pero eso provocó el gusanillo de que quizás fuese posible”, relata.
Durante los siguientes años, compaginó el taller con un aprendizaje autodidacta intensivo, hasta que Marvel y DC le abrieron sus puertas en 2014. Aunque con un inicio de carrera profesional de lo más dispar, ambos artistas comparten esa tenacidad que los llevó a competir en las ligas del cómic más importantes. Unos relatos que reflejan la variedad de caminos que pueden recorrerse para llegar a cumplir un sueño que parecía imposible.
Trazo con sello español

Jorge Fornés y Rafa Sandoval son dibujantes destacados en el cómic de superhéroes
El arte no se limita a la capacidad de ilustrar historias, sino que también posee un evidente poder de transformación. Entonces, no es de extrañar que estos dibujantes españoles se nutran de la influencia de los artistas más relevantes del cómic. El objetivo es claro: lograr que el lector se enganche a la historia. Rafa Sandoval comentaba que su estilo bebe de la anatomía de Alan Davis o de cómo situaba las cámaras Carlos Pacheco. “Es una combinación de todos, pero de lo que me gusta de cada uno”, explica.
Por su parte, Jorge Fornés apuesta por un estilo que recuerda a la era dorada del cómic americano. “Intento hacer los cómics que a mí me gustaban en los años 80. Por eso mis cómics tienen un look algo vintage”, asegura. Inspirado por maestros como Alex Todd, Frank Miller o David Mazzucchelli, su trabajo destaca por una narrativa noir que encaja a la perfección con personajes como Batman o Rorschach. “Trabajo mucho el blanco y negro, así como un sistema muy clásico de narrativa”, detalla.
Este enfoque, que tiene una influencia de los cómics de los 60 y 70, ha conquistado a lectores nostálgicos y modernos por igual. Puede que sea eso lo que marca la diferencia en un mercado que cada vez está más influenciado por el manga y lo digital. Por ese motivo, está claro que los artistas ocupan un rol fundamental en esa tarea de aportar la sensibilidad necesaria para dar alma al cómic y que los superhéroes trasciendan el papel.
Los retos de un mundo desconocido

Absolute Superman es la reinvención más moderna del icónico héroe de DC
Si se tuviese que comparar con algo, entrar en el mercado del cómic sería como saltar a un ring en el que los golpes vienen de todas direcciones: plazos ajustados, procesos editoriales estrictos y la presión de trabajar con personajes icónicos. De hecho, la falta de experiencia inicial es un hándicap que puede poner a cualquiera a prueba. “Fue una entrada un poco estresante”, admite Rafa Sandoval. Además, dar el salto a esta primera división supone enfrentarse a un nivel de exigencia máximo desde el primer día.
A esa cuestión habría que sumar la falta de contactos en la industria y la exposición inmediata que implica trabajar con personajes muy icónicos. Estas variables marcan el curso de esos primeros pasos en los que los dibujantes tratan de hacerse un hueco y, por qué no decirlo, labrarse un nombre. En este contexto, la constancia es vital para sobrevivir en un mundo en el que un mal paso puede significar el fin de una oportunidad.
Como sugiere Jorge Fornés, “hay muchas variables que pueden hacer que te quedes sin trabajo de un día para otro”. Por tanto, adaptarse a los procesos editoriales, gestionar los plazos y mantener un estilo acorde a tu identidad como artista son desafíos diarios a los que los dibujantes deben enfrentarse. Su éxito se suma al legado de pioneros españoles como Carlos Pacheco o Salvador Larroca, quienes abrieron el camino para que el talento ibérico tuviera impacto.
La colaboración en equipo es clave

En Watchmen, Rorschach representa una visión oscura y radical del justiciero urbano
Si bien es cierto que el dibujo es una pieza clave, ningún cómic se entiende sin otra parte fundamental: el guion. Este elemento actúa como el boceto de la historia. Por eso, trabajar con guionistas de la talla de Brian Michael Bendis, Jonathan Hickman o Tom King es un privilegio, pero también implica una gran responsabilidad. El proceso creativo es, ante todo, un trabajo de equipo. “En mi caso, el margen es bastante amplio. Los guionistas siempre están abiertos a la idea creativa que tiene el dibujante”, explica Rafa Sandoval.
En estas colaboraciones, los dibujantes siempre buscan respetar el guion mientras aportan su visión, asegurándose de que el resultado final sea una fusión perfecta entre texto e imagen. Jorge Fornés también tiene bastante claro cómo es esa manera de proceder. “El guionista escribe el guion para mí para que transforme la historia en imágenes. La responsabilidad de que ese guion se entienda es mía. Mía y de todos, afirma.
Con Tom King, el artista catalán encontró un aliado que le permitió reinterpretar páginas para potenciar la narrativa. “Él siempre está abierto a nuevas ideas si van a contribuir a la historia”, añade. Sin embargo, la libertad también depende del proyecto en el que esté trabajando. Mientras una miniserie permite mayor experimentación, un número conectado a otras colecciones exige mayor fidelidad al canon.
Esta colaboración entre guionista y dibujante es el corazón que mueve la publicación de cada cómic. La labor del dibujante va más allá de ilustrar, ya que es una parte creadora más en este complejo proceso, sobre todo porque aporta su voz a los personajes que han definido generaciones.
Los dibujantes del futuro
El legado de los dibujantes españoles, que suele estar marcado por esa pasión por esta rama artística, inspira a una nueva generación de artistas a soñar en grande. Como dice Jorge Fornés, “mi consejo es que lo intenten porque nunca es tarde. La constancia y la dedicación son clave. Eso sí, dibuja mucho”. Su éxito no solo eleva el prestigio de los creadores españoles, sino que demuestra que el cómic, como medio, sigue siendo un espacio donde la imaginación no tiene límites.
En un mundo en el que los superhéroes superan la barrera del papel para conquistar los cines o los videojuegos, los dibujantes españoles están escribiendo el próximo capítulo en el mundo del cómic. La invitación está abierta: hojea un cómic, adéntrate en sus viñetas y celebra el arte que convirtió a los héroes en auténticos iconos.