¿Por qué los superhéroes antiguos usaban calzoncillos por fuera?
Los calzoncillos de los héroes clásicos tienen un significado más profundo de lo que imaginas

La imagen de un superhéroe clásico es inconfundible, siempre lleva una capa ondeante, traje ajustado, calzoncillos por fuera y, en ocasiones, botas hasta las rodillas. Esta peculiar característica, presente en personajes icónicos de DC como Superman, Batman y Wonder Woman o héroes de Marvel como Lobezno, Cíclope y muchos más, ha generado interrogantes durante décadas.
La pregunta del millón relacionada con el tema de los diseños en los cómics desde sus inicios es por qué estos justicieros enmascarados lucen su ropa interior de manera tan llamativa. No es algo normal ponerse esta prenda por fuera y probablemente no tenga mucho sentido para muchos hoy en día, especialmente porque no otorga mejoras al estilo de los héroes. En este artículo, te enseñamos las razones detrás de esta curiosa tradición superheroica que ha perdurado en el tiempo.
Los calzoncillos de los superhéroes de los cómics provienen del circo

Los héroes clásicos de los cómics se basaban en los forzudos del circo
Contrario a lo que muchos podrían pensar, la elección de llevar los calzoncillos por fuera no se basó en una decisión estética. La figura del superhéroe se inspiró en los artistas circenses de la época, quienes usaban mallas y calzoncillos ajustados para resaltar su musculatura y facilitar la realización de acrobacias. Esta imagen de fuerza y virilidad se trasladó a los cómics, impregnando a los personajes de una estética similar. Al mismo tiempo, la influencia del teatro clásico también se hace patente en el uso de capas y máscaras, elementos que realzaban la heroicidad y la teatralidad de los personajes.
En ese entonces, los superhéroes con calzoncillos por fuera representaban un ideal de masculinidad y poder. Los circos eran una de las formas de entretenimiento más populares a nivel mundial, por lo que llamaba la atención de los más pequeños, quienes se impresionaban con las increíbles cosas que podían hacer los forzudos con pura fuerza bruta. Al asociarlo directamente con el mundo de los cómics, que recién empezaba a surgir, era también como un método de marketing para que les interesara a los niños y se sintieran cómodos con los diseños de los personajes.
Ahora bien, como Superman fue el primer superhéroe de los cómics, al contar con esta característica, se tomó como referencia para la creación de otros personajes que se desarrollaron en DC Cómics y Marvel, marcando toda una tendencia hasta que el diseño se fue adaptando a los nuevos diseños conforme avanzaban los años, la moda y la tecnología.
La tecnología de impresión no era tan avanzada para diferenciar a los personajes en los cómics

Superman y cíclope comparten una habilidad muy interesante
En los albores de la Edad de Oro del Cómic, a finales de los años 30, las técnicas de impresión eran limitadas. Los colores se aplicaban manualmente, y a menudo se producían errores de registro, solapando los colores del traje con los de la piel. Para evitar que el héroe se confundiera con el fondo, se ideó la solución de resaltar la zona de la ingle con un color contrastante, creando la apariencia de calzoncillos. Un ejemplo claro lo encontramos en el primer traje de Superman, donde los calzoncillos rojos resaltaban sobre el azul del traje, diferenciando claramente las piernas del torso.
Con el tiempo, la técnica de impresión de cómics mejoró, pero la tradición de los calzoncillos por fuera se mantuvo. Se convirtió en un elemento distintivo del género superheroico, una característica que diferenciaba a estos personajes de los demás. Incluso, algunos autores le dieron un significado simbólico, asociando la ropa interior con la armadura de un caballero o la capa de un héroe. Una de estas cualidades notables se encuentran en Batman, donde la ropa interior y el cinturón forman una especie de "murciélago" que resalta su identidad heroica.
En la actualidad, algunos artistas y autores han optado por eliminar los calzoncillos por fuera de sus diseños, buscando modernizar la estética y ajustarla a un estilo más actual. El cambio en realidad empezó a finales de los 90, aunque la tradición persiste en muchos personajes clásicos, manteniendo viva la memoria de una época y simbología que marcaron a varias generaciones de lectores.