Los videojuegos más artísticos
La industria cultural del videojuego avanza a pasos agigantados y el gran número de compañías desarrolladoras de productos de ocio electrónico copan el mercado con obras para todos los gustos. Los hay que prefieren los juegos de disparos, los deportivos o los de rompecabezas. Pero lo cierto es que no solo los géneros se han ramificado en decenas de ellos, sino que existen estudios que huyen de las normas establecidas y buscan crear sus propias experiencias alternativas.
Muchas de ellas cimentan su éxito sobre las bases de un aspecto visual y artístico sin par. Y es eso precisamente lo que las convierte en obras inolvidables. Por lo general, son los estudios independientes, que gozan de menor presupuesto, los que apuestan por este tipo de propuestas, pero en los videojuegos más artísticos que nosotros te mostramos a continuación hay un poco de todo.
Recuerda que estas son solo algunas de nuestras propuestas y que apreciaremos que nos ayudes a completar la lista en los comentarios. ¿Qué juegos te parecen los más llamativos a nivel artístico y de diseño? Aquí van los nuestros:
Journey (thatgamecompany)
No se me ocurre un exponente más claro de lo que es un videojuego artístico que Journey, la perfecta forma de comenzar esta lista de delicias visuales. La obra del estudio thatgamecompany encandiló a los jugadores de PlayStation 3 en 2012 con una experiencia tan simple como preciosa. Somos una figura misteriosa, estamos en medio del desierto y no conocemos nuestro objetivo. Vemos una montaña al fondo y, al instante, sabemos que es allí donde debemos ir. La compañía californiana supo plasmar a la perfección la inmensidad de un desierto y nos regaló algunas de las instantáneas más bellas jamás vistas en un videojuego. flOw y Flower, de la misma thatgamecompany, sigues estrategias similares: la delicia visual es la que marca la experiencia de juego.
Child of Light (Ubisoft Montreal)
Con sus puntos positivos y negativos, si algo hay que agradecer de la labor de Ubisoft en los últimos años es su esfuerzo por dedicarse a lanzar obras alejadas de sus grandes sagas triple A. Child of Light, título de Ubisoft Montreal, es un ejemplo muy representativo. La temática es simple y recurrente: debemos iluminar Lemuria, que está sumida en una profunda oscuridad. Su aspecto visual no es tan corriente. Y es que el UbiArt Framework logra auténticas maravillas: un apartado gráfico que casi parecen dibujos animados delicados y preciosistas. La imagen que está sobre este texto habla por sí sola.
Valiant Hearts: The Great War (Ubisoft Montpellier)
Si hablábamos del buen hacer de Ubisoft últimamente en los juegos de corte alternativo, Valiant Hearts: The Great War debe formar parte de esta lista. No solo porque retrata una guerra muy maltratada en cuanto a producciones audiovisuales se refiere como es la Primera Guerra Mundial, sino porque sigue la línea de belleza artística que los pequeños estudios de Ubisoft se están marcando. El de este emotivo título de puzles es obra de Ubisoft Montpellier, que saca a relucir su buen hacer con un impactante aspecto gráfico, nuevamente, dominado por la estética de dibujo.
Limbo (Playdead)
Limbo, de la compañía sueca Playdead, ha sido una de las experiencias más impactantes de los últimos tiempos. Su macabra, tenebrosa y despiadada propuesta ha enamorado a miles de aficionados al género de las plataformas y los puzles de todo el mundo. Pero si algo destaca por encima del resto en esta obra es su apartado gráfico, en un inolvidable blanco y negro adornado con distintos tonos de grises. Posteriormente otros títulos como Blues & Bullets o White Night han imitado los pasos dados por Limbo, pero la ambientación y dirección artística de este juego sueco será difícilmente igualable en un futuro próximo.
Ori and the Blind Forest (Moon Studios)
El mejor ejemplo de que no tener experiencia no significa no saber hacer bien las cosas. Los chicos debutantes de Moon Studios se sacaron de la chistera a principios de este año Ori and the Blind Forest, una lacrimógena aventura plataformera con mucha acción y más exigente de lo que su amigable aspecto podría hacer creer. De corte independiente y con una banda sonora sublime, el título de Moon Studios presenta un diseño artístico maravilloso, muy colorido y por el que es una delicia pasear por sus entornos en 2D. Una obra que cualquier poseedor de un PC o una Xbox One debería disfrutar por el mero hecho de ser tan increíblemente atractiva a nivel visual.
Okami (Clover Studio)
He aquí el videojuego con más antigüedad de la lista. Okami fue lanzado en el año para PlayStation 2 y Wii y es de los creadores de Viewtiful Joe. Su propuesta nos ponía en la piel de una diosa que adopta la forma de una preciosa loba que debe salvar a la humanidad y devolver la fe en los dioses y la naturaleza. Más allá de lo noble de su objetivo, Okami impresionó por su cuidadísimo apartado visual, protagonizado por un fantástico cel shading, similar a una acuarela japonesa que le da un toque único a la aventura. Un auténtico imperdible.
Machinarium (Amanita Design)
Y del título más antiguo de la lista saltamos al que, quizá, sea el más desconocido. Machinarium, lanzado originalmente en el año 2009 para PC, nos pone en la piel de un robot que busca a su amada en una ciudad metálica en la que, además, debe ir desbaratando los planes de una maléfica organización criminal. Los parajes que recorreremos serán tan espectaculares como desoladores. Como decimos, nos encontramos en una ciudad metálica, en la que el efecto de oxidado está a la orden del día y le otorga al título un aire muy especial: una mezcla de preciosismo y sensación de desasosiego. Una verdadera obra de arte.
Yoshi’s Wooly World (Good-Feel)
Hemos reservado los tres últimos puestos de la lista (no por ello son menos artísticos) a tres obras recientes que están algo más alejadas de lo que hemos visto hasta ahora y se acercan más a lo que consideraríamos un triple A. El caso de Yoshi’s Wooly World es muy especial, pues la nueva aventura plataformera del famoso dinosaurio de Nintendo cobra una nueva dimensión en este videojuego. Y es que como el propio título del programa indica, el simpático Yoshi estará inmerso en un adictivo y maravilloso mundo de lana. Tal vez el juego sea más sencillo de lo que algunos jugadores buscan, pero ese aspecto blandito, suave y bello hasta decir basta hacen del juego de Good-Feel que su presencia en esta lista sea más que merecida. Tal ha sido su éxito en cuanto a diseño artístico que próximamente dispondremos de un título con unas características muy similares: el Unravel de Coldwood.
BioShock (Irrational Games)
Ahora sí que estamos ante un triple A con todas las letras. La ya extinta Irrational Games se marcó a mediados de 2007 lo que muchos consideran como uno de los máximos exponentes de la pasada generación de consolas. BioShock nos llevaba hasta Rapture, una ciudad situada en el fondo del mar. Si aún no has jugado a este juegazo ya te estarás haciendo una idea de por qué se encuentra en esta lista. Todo lo que encontramos en Rapture tiene coherencia, pero también crea una sensación de malestar y agobio que rozan lo excesivo. BioShock no es un juego de terror, pero lo parece. Su ambientación ha pasado a la historia y aunque Infinite (su tercera parte) encandiló a muchos jugadores con un aspecto contrapuesto los aficionados a la saga siguen prefiriendo el tenebroso encanto de Rapture. Una delicia visual incomparable.
Bloodborne (From Software)
Terminamos nuestra lista de los videojuegos más artísticos con uno de los grandes lanzamientos de 2015. Bloodborne, exclusivo de PlayStation 4, ha consolidado a From Software entre los nuevos jugadores y les ha hecho sentir el placer de disfrutar pasándolo mal. Dificultad aparte, Bloodborne presenta uno de los diseños artísticos más elegantes, sangrientos y memorables de los últimos tiempos. No es un referente gráfico, pero tampoco lo necesita. Las estampas que podemos ver en cada esquina de la oscura Yharnam son tan mágicas como peligrosas. Terribles monstruos aguardan, pero a pesar de su angustiosa dificultad, Bloodborne es mucho más llevadero gracias a ese aroma a obra de arte que desprende por cada uno de sus poros.