La escasez de PS5 y Xbox Series X|S se prolongará hasta 2024
Es el cuento de nunca acabar.
A estas alturas de la película a nadie le debería extrañar que conseguir una PS5 o una Xbox Series está siendo una tarea titánica, hasta el punto que, debido a sus menores requisitos de producción, Xbox Series S está siendo la consola más vendida.
Esta situación no debería ser sorpresa para nadie, ya que desde hace años y medio, prácticamente poco antes de lanzarse las dos consolas mencionadas, se pudo ver como la crisis de escasez de semiconductores estaba asolando al mundo provocando con esto que el stock en tiendas fuese muy limitado, hasta el punto de que tener hoy en día una PS5 o una Xbox Series es casi de gente rica (si la compran de segunda mano) o de aquellos que están todo el día mirando los canales de ofertas.
Bajo esta misma premisa, se sabe que Pat Gelsinger, CEO de Intel, lejos de ser tan optimista como otros directivos tales como Phil Spencer y Jim Ryan, afirmó que la crisis se alargaría hasta 2023. Y parece que no se queda ahí, sino que, para mayor inri, ahora firma que podría durar hasta 2024.
Esto lo ha comentado hablando con CNBC, señalando que a la escasez de semiconductores se ha sumado problemas en la cadena de producción, los cuales son difíciles de suplir y no hará más que mantener este desabastecimiento.
A la par que esta declaración, hay que sumarle que el medio japonés Nikkei, con un reputado prestigio, publicó recientemente que Nintendo bajaría las expectativas de ventas de Switch a 20 millones debido a la escasez de suministros que dificultarían la producción de consolas, aunque en una medida mucho menor que la vista con PS5 y Xbox Series. Eso sí, la prueba de como esto está afectando a Nintendo se ve en la falta de stock de Nintendo Switch OLED.
Sea como fuere, lo más recomendable aquí es que si estáis interesados en las consolas, intentéis comprarlas en cuanto tengáis la oportunidad (y a un precio razonable), ya que todo apunta a que al menos medio ciclo de vida de estas plataformas se van a vivir con una escasez que no parece que vaya a cesar.