PlayStation podría tener que revelar cuánto dinero paga para bloquear la llegada de juegos a Xbox Game Pass
Casos como los de los últimos Final Fantasy han sido muy sonados.

Volvemos una vez más con el culebrón del año, ya que la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft no deja de darnos un titular tras otro, siendo así que la compañía americana está ahora con la difícil tarea de convencer a los organismos reguladores de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea con el fin de aclarar que esta compra no supondría ninguna vulneración de las leyes antimonopolio. De hecho, hemos podido ver como una de las medidas ha sido un acuerdo histórico con Nintendo para lanzar sus juegos en las consolas de la empresa japonesa.
Sea como fuere, nadie duda a estas alturas que el mayor opositor de Microsoft en esta compra es Sony, ya que parece que en lugar de anunciar nuevos juegos, Jim Ryan parece más preocupado por lo que pueda pasar con Call of Duty, lo que está ocasionando según algunos rumores que estén retrasando el esperado PlayStation Showcase con el fin de no darle a Microsoft argumentos que apoyen que Sony se vale por sí misma sin Activision Blizzard. De hecho, Wolverine de PS5 podría haber dado sus primeros detalles de la forma más escueta aun a sabiendas de que se lanzará el próximo año.
Microsoft ha solicitado acceder a los documentos internos de Sony para construir mejor la defensa de su caso
Sea como fuere, parece que ser el principal opositor en esta compra con las afirmaciones en torno al daño que podría hacer esta en la industria del videojuego podría tener que revelar datos confidenciales, ya que Xbox ha solicitado acceso a muchos de los documentos internos de PlayStation con el fin de poder construir su defensa en este caso, siendo así que el organismo regulador de Estados Unidos ha concedido la mayoría de solicitudes aun con los intentos de Sony para anularlas.
Y hay que decir que, de entre todos los acuerdos a los que Microsoft tendría acceso, se incluyen los acuerdos de licencias de PlayStation por los cuales algunos títulos desarrollados por terceros solo llegan a PlayStation de forma exclusiva, siendo los casos más sonados los títulos de Square Enix, incluyendo aquí al futuro Final Fantasy XVI del cual a día de hoy desconocemos cuál es el motor gráfico con el que se está ejecutando.
Cabe señalar que de entre toda la información que podría sacar los responsables de Xbox de estos documentos, la más interesante es aquella vinculada al coste que tuvo que pagar Sony por estas licencias de exclusividad, así como los incentivos que existen para mantener los juegos fuera de Xbox Game Pass, siendo Resident Evil Village uno de los casos más sonados pese a que nunca se ha llegado a demostrar del todo de forma pública.
Varios títulos de Final Fantasy han sido exclusivos de Sony en consola gracias a estos acuerdos

Artwork de Final Fantasy VII Remake con Cloud y Sephirot
De esta forma, parece que Microsoft, ya sea para construir mejor su defensa o no, podría obtener finalmente una respuesta clara y oficial en torno a si sus afirmaciones sobre los pagos de Sony para perjudicar a Xbox Game Pass son reales o no. Y si bien es bastante improbable que esto tenga algún tipo de efecto en la imagen de PlayStation, ya que, guste más o guste menos, es una práctica completamente legal, lo cierto es que Microsoft tendría el argumento perfecto para echar por tierra las acusaciones de Sony en torno al perjuicio que la compra de Activision Blizzard estaría causando.
Y esto es algo que tendría bastante peso para los organismos reguladores, ya que, de confirmarse estos pagos, habría sido Sony la que hubiese creado un desequilibrio en la industria del videojuego. Sea como fuere, habrá que esperar para ver el futuro que le espera a esta lucha legal que parece que no tendrá fin a corto plazo.
Eso sí, dentro de lo que cabe, se ha podido saber que el organismo regulador de la Unión Europea está conforme con el acuerdo de Nintendo, por lo que si se quitan del medio a la organización internacional, Microsoft solo tendría que convencer a Reino Unido y Estados Unidos de aprobar la compra, siendo esta una tarea en la que los papeles de Sony podrían ser muy útiles.