En 2025 no jugué demasiado, pero estas 6 adaptaciones me hicieron interesarme por videojuegos que nunca pensé disfrutar

2025 ha sido un año clave por numerosos lanzamientos, pero las adaptaciones de videojuegos también ayudaron a mantener el interés de muchos jugadores

En 2025 no jugué demasiado, pero estas 6 adaptaciones me hicieron interesarme por videojuegos que nunca pensé disfrutar
Pedro Pascal y Bella Ramsey protagonizan la adaptación televisiva de The Last of Us como Joel y Ellie
Publicado en Reportaje

En lo personal, 2025 no ha sido un año destacado en videojuegos. Al menos, no en el sentido clásico. No me refiero al hecho de que se hayan lanzado propuestas poco interesantes, sino que creo que ha sucedido lo contrario. Este año ha estado bien cargado de títulos que han sido muy esperados por muchos, como es el caso de Hollow Knight: Silksong, pero también de gratas sorpresas como Clair Obscur: Expedition 33, cuyo original concepto le valió alzarse con el máximo galardón en The Game Awards 2025. Más bien, me refiero al hecho de que he jugado poco.

Los videojuegos siguen presentes, pero de otra forma

Este año no me he sentado frente al monitor tanto tiempo como me hubiese gustado, lo que se traduce en que no me he dejado sumergir por los videojuegos por completo. Aun así, por sorprendente que parezca, sí que han continuado ahí de alguna forma. De un modo particular, este año han estado más presentes que nunca, solo que no los he encontrado donde esperaba.

Sí, puede que no me haya adentrado en una enorme superproducción ni me haya atrapado el último fenómeno multijugador. Y es que lo que ha conseguido despertar algo en mí han sido más bien las adaptaciones. Es decir, las series, películas y animación que se inspiran en los videojuegos más populares. Los responsables creativos han encontrado en otros formatos una puerta de entrada distinta que no requiere estrictamente de un mando para disfrutar de su propuesta. Lo que tengo claro es que estos proyectos han provocado algo que creía perdido: un interés por títulos que nunca pensé que me gustaría explorar.

Dicho esto, creo que puedo no sentirme solo en este aspecto. En ciertas ocasiones, el tiempo puede llegar a pesar más y ciertas rutinas pueden llegar a imponerse. Pese a que siempre es maravilloso empaparte de estas propuestas, a veces, el hecho de jugar puede empezar a parecerse más a una obligación que a un disfrute de ocio. Si esto sucede, se alejan de lo que realmente son: entretenimiento. Por eso, quizá, las adaptaciones han funcionado mejor conmigo. Lo curioso es que muchas de ellas adaptan juegos que, en cierto modo, había mirado desde cierta distancia.

Fallout

Ver Fallout en Prime Video

Aunque fue un anuncio que de entrada recibió una expectación total, la serie de Fallout partía de un punto complicado: adaptar una saga que nunca ha sido únicamente narrativa. Para entender lo complejos que pueden ser, los videojuegos deben entenderse como ecosistemas, unos en los que el mundo que se plantea y las decisiones del jugador forman parte de un todo cerrado. Por ese motivo, inteligentemente, la serie de Prime Video tomó la decisión de no adaptar un título concreto, sino construir un relato original sustentado a raíz de ese universo.

En lo que respecta al nivel de producción, destaca principalmente por una dirección artística fiel al concepto que suele atribuírsele a la saga: ese enfoque en el retrofuturismo. Eso sí, en un marco puramente narrativo, la serie simplifica sistemas complejos del juego para convertirlos en conflictos que sean mucho más claros de cara a un objetivo de público más amplio.

A pesar de que Fallout me pareció siempre el típico RPG con innumerables opciones, empecé a sentirlo como un universo narrativo que implicaba muchas posibilidades interesantes. Asimismo, la segunda temporada se estrenó hace unos días y es de las más divertidas que se pueden ver en el catálogo de Prime Video. Si, además, le sumas el hecho de que se basa en una propiedad bien conocida, lo tiene todo para triunfar.

The Last of Us

Ver The Last of Us en HBO Max

Teniendo claro el concepto de Fallout, es evidente que la segunda temporada de The Last of Us partía de una posición muy diferente. Es decir, me refiero a la idea de adaptar un videojuego con una narrativa cerrada, definida, pero, sobre todo, profundamente debatida. En consecuencia, la producción de HBO Max no tuvo que inventarse un mundo para conseguir cierta cohesión narrativa, sino que la presión se encontraba en reinterpretar una historia que es conocida, por supuesto, por su crudeza emocional.

A nivel estructural, la adaptación apuesta por un ritmo más pausado que el del juego. Salvo algunas excepciones, le sienta francamente bien al formato televisivo. Esto implica cambios en el orden de los acontecimientos y en el peso de ciertos personajes, pero mantiene intactos los temas centrales que pretende abordar. Es decir, esos que tienen que ver con la violencia o la sensación de pérdida.

Por otro lado, es una producción que también encuentra fuerza por apostar por el componente dramático. El resultado es una obra que no intenta suavizar el material original, al menos no del todo. La idea nace de intentar traducir la compleja historia a otro lenguaje. Esta segunda temporada, habiéndome recordado por momentos la entrega de Naughty Dog que lo inició todo, me hizo rememorarla de otra manera. Es por eso que consiguió hacerme entender por qué marcó tanto. A su vez, la serie de The Last of Us también me ha llevado a aceptar que existen propuestas que, en ocasiones, necesito experimentar de primera mano para reconocer realmente su valor.

Devil May Cry

Ver Devil May Cry en Netflix

Creo que Devil May Cry no necesita ninguna presentación. Conocido por ser un videojuego frenético con un estilo inconfundible, este tipo de títulos suelen ser los que más aprecio. Al fin y al cabo, se trata de un pozo de horas casi infinito que ofrece una absoluta diversión. Por ese motivo, cuando se anunció que Netflix encabezaría la serie, esta era una de las adaptaciones que más me llamaba la atención.

Principalmente por su planteamiento visual, la producción de Netflix apuesta por una fidelidad que está muy bien trabajada. Además, creo que la animación y los videojuegos son lenguajes que se entienden y complementan a la perfección. El ejemplo más claro que me viene a la cabeza es el de Arcane.

Después de todo, es el recurso visual que permite mostrar combates o coreografías imposibles que en un live-action sería más difícil de resolver. Por eso creo que la animación puede casar mejor con los videojuegos que otro tipo de adaptaciones que buscan más realismo. Claro está, todo depende del caso. Además, Devil May Cry es una prueba que demuestra por qué tantos jugadores quedaron maravillados por este universo. En ocasiones, los videojuegos demuestran que no solo pretenden ser un ejercicio de introspección, sino puro espectáculo en el que la diversión impera en todo momento.

Minecraft

Ver Una película de Minecraft en HBO Max

Lo reconozco: nunca he jugado a Minecraft. Puede ser un pecado capital, pero siempre lo he visto como el tipo de propuesta que nunca ha ido conmigo. Lo he solido ver más bien como un fenómeno masivo en el que siempre me he sentido fuera de lugar. Dicho lo cual, tras anunciarse el carismático reparto de la película de Minecraft, respaldado principalmente por la figura de Jack Black, me atreví a dar una oportunidad al largometraje.

Aunque está lejos de ser lo mejor que he visto este año, sí que debo reconocer que el filme se enfrentaba a uno de los retos más difíciles: adaptar un videojuego sin narrativa. No es poca cosa, ya que crear sin esa hoja de ruta es una tarea que puede volverse muy compleja. Más presión existe todavía si se considera el hecho de que se trata de la adaptación de uno de los videojuegos más conocidos.

Es curioso porque se apoya principalmente en la idea de una recreación muy reconocible del título de Mojang Studios. Puede que su virtud sea que no intenta representar la experiencia real de jugar, sino intentar representar el fenómeno cultural que representa Minecraft. Por lo tanto, no se trata del hecho de jugar para completar nada, sino que lo interesante es experimentar usando el único límite que se te puede imponer: la imaginación.

Until Dawn

Ver Until Dawn en Movistar Plus+

Debo reconocer que Until Dawn se trata de un caso interesante porque una parte importante del título está ligada a la toma de decisiones del jugador. Es decir, cada persona puede vivir una experiencia distinta a los mandos. Sin embargo, la adaptación cinematográfica elimina ese componente interactivo. Como es lógico, más bien se centra en el hecho de reconstruir la historia como un relato lineal de terror.

Dirigida por David F. Sandberg, la película adopta ciertos códigos clásicos del género, como un ritmo pausado o la construcción de la tensión a fuego lento. Al tomar este camino, pone en primer plano el guion y todo lo que tiene que ver con la puesta en escena. Esto hace que la principal mecánica del título quede relegada a un plano minúsculo, lastrando así esa magia que hacía diferente al juego. Sin duda, en lo que respecta a adaptaciones, creo que Until Dawn me pareció una de las más desacertadas por su resultado tan irregular.

La realidad es que esta toma de decisiones, comprensible en parte debido a que el espectador suele ser un sujeto pasivo, aleja a la adaptación del concepto de la obra original. Es algo negativo porque dinamita la intención de la propuesta, pero también es cierto que la acerca a un público que nunca probó el videojuego. Eso sí, si lo que de verdad quieres es experimentar lo que puede llegar a transmitir este título, solo se puede hacer con un mando en las manos.

Five Nights at Freddy's 2

Aunque nunca me he considerado un aficionado al terror, es innegable que Five Nights at Freddy’s 2 ha sido uno de los estrenos más destacados del año. Aun así, lo cierto es que, como ejercicio cinematográfico, resulta incomprensiblemente pobre. Algo que para muchos puede ser inexplicable, sobre todo porque los videojuegos son algunos de los más conocidos en este género. Dirigida por Emma Tammi y producida por Blumhouse, la secuela retoma la historia un año después de la primera película.

Mike, Vanessa y la joven Abby regresan, pero el foco de atención se centra especialmente en la última, quien, ajena a la verdad, se escapa para reunirse con los animatrónicos que ya se vieron en la primera cinta. Esto desata una cadena de eventos que revelan los oscuros orígenes de la pizzería, con flashbacks que enriquecen la narrativa. El intento está ahí, pero no queda resuelto de la mejor manera. Aun así, se trata nuevamente de un éxito comercial, sobre todo porque ha pasado de la barrera de los 200 millones de dólares en taquilla.

Sin embargo, las críticas especializadas son muy duras. En Rotten Tomatoes, esta nueva entrega solo alcanza el 16% por parte de la crítica. En cambio, el público la ha recibido gratamente con un 85% de aprobación. Lo que queda claro es que esta adaptación demuestra cómo una película puede despertar interés por un universo que muchos podrían llegar a ignorar por completo. Se trata de un estreno relativamente reciente, así que está disponible en cines.

El buen momento de las adaptaciones de videojuegos

Después del balance de las adaptaciones más destacadas de este 2025, debo reconocer que no me han devuelto las ganas de jugar de manera inmediata. Aun así, lo que han conseguido considero que es algo igual de valioso: recordarme por qué los videojuegos importan, incluso cuando puede parecer que estoy más alejado de ellos. Abanderadas por los mejores estudios y plataformas, estas producciones me hicieron apreciar la industria desde un lugar diferente. También demuestran que los videojuegos pueden seguir acompañándome de otro modo.

Es decir, el hecho de poder seguir vinculado a ellos desde un enfoque más diverso. Dicho esto, también son la prueba perfecta de un momento interesante que atraviesan este tipo de adaptaciones. Poco a poco, los proyectos inspirados en los videojuegos están recibiendo la importancia que merecen, con una calidad muy superior a la media.

En mi caso, esto es lo que ha ocurrido con respecto a los videojuegos este año. Confieso que no he jugado tanto como me hubiese gustado, pero ahora la idea de hacerlo está más presente que nunca. En este sentido, lejos de alejarme de ellos, estas películas y series me han recordado que se trata de una puerta que, esta vez, no me gustaría cerrar.

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