Bryan Cranston casi muere grabando una escena de Malcom
Una situación que parece inocente en un principio puede tornarse en un problema grave en cuestión de minutos

La comedia es uno de los géneros más seguros de filmar, casi nunca se hace uso de explosiones, acrobacias dignas de una medalla de oro, o cualquier otra salvajada con la que tengamos un pasaje seguro al encuentro con el creador. Aunque, claro, siempre hay algunas excepciones que terminan en lesiones menores.
Además, cuando pensamos en Bryan Cranston y un accidente en el rodaje que casi le cuesta la vida, inmediatamente pensaremos en Breaking Bad, una serie con varios errores, pero ninguno que haya puesto en peligro la vida de alguien. Pero, irónicamente, sucedió en el plató de una filmación de comedia: Malcolm. Y si pensaste que estábamos exagerando, el incidente fue tan grave que su cuerpo empezó a “apagarse”.
Bryan Cranston cuenta como casi pierde la vida filmando Malcom

Una escena corta casi acaba con la vida del actor
Durante una gira de prensa para Argylle, Bryan Cranston contó en The Graham Norton Show la historia detrás del accidente en el plató de Malcom.
Todo ocurrió en el episodio de la segunda temporada “Hal se despide”. En este episodio, Hal, quien es interpretado por Cranston, se prepara para su presentación en el Día de la Carrera Profesional en la escuela de Dewey.
Hal habla con mucha confianza sobre su trabajo, pero, los niños no para de decir que suena horrible, hasta que mete la pata de lleno en el charco al afirmar que todos los trabajos son aburridos, y que un trabajo como el de bombero, pone en riesgo la vida al morir por un incendio. Esto siembra la idea de que el padre de un niño que es bombero puede morir en cualquier momento.
Pero este incidente hace que Hal se dé cuenta de que en realidad odia su trabajo, por lo que pide una excedencia temporal debido a una supuesta enfermedad. Ahora Hal tiene tiempo para trabajar en un cuadro que deseaba terminar desde hace ya un tiempo. Compra los materiales y se pone manos a la obra, y mientras pasa el tiempo, compra litros y litros de pintura azul. Pero, la frustración invade su cuerpo después de darse cuenta de que no puede plasmar la idea que tiene en su cabeza.
Hice una cosa en la que mi personaje estaba en una depresión, y empezó a pintar, y yo estaba completamente cubierto de pintura azul. Completamente, de pies a cabeza, de pintura azul
Y es así como comienza el problema. Quizá no parezca mucho, pero, como lo explica Cranston en la entrevista, el problema de la pintura es que tu cuerpo no es capaz de regular el calor debido a que todos los poros de la piel están tapados.
Durante el rodaje, te mueves de un lado a otro y, en un momento dado, una parte de mí empezó a desconectar los circuitos.
Después de que Cranston estuviese sumamente aturdido, el equipo de producción lo metió debajo de la ducha y así evitaron lo que pudo ser una terrible tragedia de Hollywood.
No es la primera vez que la pintura pone en riesgo la vida de un actor

La pintura puede ser un problema serio
Boris Karloff, el personaje de Bedlam (1946), es un sádico encargado de un manicomio de la década de los 60, quien cubre con pintura dorada a un hombre y se ríe mientras se asfixia. Aunque no sabemos si realmente se estaba asfixiando a consecuencia de la pintura o no.
De hecho, la pintura dorada también está relacionada con uno de los mitos más persistentes de Hollywood: la muerte de la actriz Shirley Eaton en el rodaje de Goldfinger. En la escena, el villano Auric Goldfinger, mata a su secretaria por contarle a James Bond de su malvado plan, pintándose todo el cuerpo de oro.
El rumor dice que la actriz moriría por asfixia en la vida real, pero, después esto fue desmentido. Sin embargo, todos sabemos que no respiramos por la piel, aunque para la época era la idea que prevalecía, por lo que los cineastas se aseguraron de que un médico estuviera presente y que la pintura fuese eliminada tanto como fuese posible.
Jennifer Lawrence también tiene una anécdota similar, pues, la actriz cubrió su cuerpo con pintura azul para su papel de Mystique en X-Men: Primera generación. Y si bien Lawrence no estuvo a punto de morir, sufrió de erupciones cutáneas y forúnculos, por lo que algunos médicos tuvieron que acudir al plató para ayudarla.