El Trono de Hierro guarda una referencia oculta a El Señor de los Anillos y nunca te habías fijado

Aunque cuentan con diferencias notables, no se puede negar que Juego de Tronos y El Señor de los Anillos son dos de las obras de fantasía más influyentes de la historia del género. Ambas han contado con adaptaciones, una en serie y otra en una trilogía de películas, que han cosechado un gran éxito instalándose en la cultura popular de manera permanente.

George R.R. Martin y el Trono de Hierro

Es muy posible que George R. R. Martin, inevitablemente, tuviera en mente el ejemplo de Tolkien a la hora de crear su universo, aunque también se haya apoyado en otros libros y haya discrepado en alguna ocasión con el autor británico. Sin embargo, lo que puede ser más sorprendente es que en la propia serie se encuentren referencias a El Señor de los Anillos y, aunque no se ha confirmado, parece haberse descubierto una.

Es probable que muchos fans de Juego de Tronos antes lo hayan sido de El Señor de los Anillos, por lo que este detalle les encantará

Uno de los elementos más llamativos e identificativos de Juego de Tronos es el Trono de Hierro. Pues bien, en él se ha hallado la referencia que une el universo de Poniente con la Tierra Media. Y es que una de las numerosas espadas que se encuentran forjadas detrás del asiento, es igual a la que empuña Gandalf en las películas de El Señor de los Anillos, Glamdring.

La espada de Gandalf aparece en el Trono de Hierro

Hay algo que ya se sabía, y es que los diseñadores de la serie decidieron desviarse ligeramente de la descripción plasmada por Martin en su novela. Pero el detalle de replicar la espada del personaje de Ian Mckellen ha pasado desapercibido durante años. Su descubrimiento hizo que se estudiara el trono minuciosamente en busca de nuevas referencias y las semejanzas generan diferentes teorías con otras películas.

Ningún miembro con autoridad de Juego de Tronos se ha pronunciado con respecto al supuesto guiño. Sin embargo, el parecido es tan evidente que la hipótesis ha cogido fuerza por sí sola y ha sido extendida por todos los espectadores que, antes de ver Juego de Tronos, se enamoraron de las películas de Peter Jackson.