Final Fantasy VIII: 15 cosas que no deberían estar en un remake

Final Fantasy ha dado para muchísimo más de lo que dan a entender sus quince entregas numéricas. Al margen de ellas hay toda una serie de spin-offs que han contribuido a enriquecer la saga, de la que el ojito derecho de los fans tiende a ser Final Fantasy VII. El remake de este juego abre la puerta a las esperanzas de que su continuación, Final Fantasy VIII, que también acapara grandes legiones de fans siga un tratamiento similar.

Pero lo que más abre esta posibilidad han sido las declaraciones recientes de Takashi Kitano afirmando que tanto Final Fantasy VIII como Final Fantasy IX serían susceptibles de tener su remake remasterizado. De ser así, hay algunas sugerencias que Square Enix debería tener en cuenta a la hora de volver a dar forma a Final Fantasy VIII para poder mejorar la experiencia que se vivió en su día, y que no está exenta de algunos puntos oscuros.
Concretamente, quince sugerencias que vienen desde Screen Rant en este listado de aspectos que el hipotético Final Fantasy VIII Remake debería pasar por alto por el bien de todos. Son los siguientes:

La misión de la disculpa de Quistis, con una de las escenas más frustrantes del juego donde se comporta de manera especialmente tonta.

El villano. Ultimecia no está a la altura de otros grandes antagonistas de la saga, y de hecho es de los más olvidados.

La Ragnarok apareciendo de la nada sin previo aviso como un gran deus ex machina para salver el día. Esto, así no, hombre.

La amnesia mágica que aqueja a los personajes principales y que hace que olviden que crecieron juntos.

Los procedimientos secretos rebuscados para obtener elementos del juego. Quién iba a pesar que para ganar ciertas cartas antes hay que perder otras...

La posibilidad de que Squall esté muerto y todo sea un delirio en sus últimos momentos de vida. Como teoría fan mola, pero de verdad, no es necesario ni aporta nada.

Vincular conjuros a caracerísticas con el sistema Junction para fortalecerlos. Esto puede llegar a romper el juego.

Si se viaja al futuro, al menos que haya algo que hacer allí. Nada de mostrar un mundo en el que todos los lugares a explorar están sellados bajo un campo de fuerza.

Las reglas especiales del minijuego Triple Triad, especialmente molestas.

El minijuego de Chocobos al que solo se podía acceder con el accesorio PocketStation y que daba acceso a objetos raros que quedaron fuera del alcance de muchos.

Que Seifer pueda matar a Odín pese a ser un espíritu mágico. Esto nunca se explica y no tiene sentido.

El examen de SeeD. Se puede hacer un examen con preguntas sobre el juego con tal de subir de rango y recibir más dinero, pero es complicarse la vida. Hace falta otro método.

La misión del barco de los White SeeDs, un poco demasiado difícil de encontrar en una de las misiones más frustrantes.

La carrera en T-Board, vehículo que se insinúa que será útil más tarde pero del que nunca más supo.

Los Moombas, un contraste demasiado intenso con el realismo del juego frente a lo caricaturesco de estos félidos.