Análisis de Drums Rock – A ritmo de golpe en realidad virtual

Drums Rock es una propuesta española dedicada a la realidad virtual que hemos podido probar en PSVR2. Un juego donde puedes ser el batería de un grupo de rock infernal.

Análisis de Drums Rock – A ritmo de golpe en realidad virtual

La realidad virtual es una tecnología que permite vivir de cerca muchas experiencias de manera más inmersiva y directa. Es una nueva dimensión en los videojuegos, tal y como ocurría con la llegada de los dispositivos que implementaban nuevas maneras de jugar, como es el caso de Guitar Hero o Rock Band. Pero, ¿qué pasaría si ambos universos se unieran en uno solo? ¿Podrías cumplir el sueño de convertirte en toda una estrella del rock sin salir del sofá de tu propia casa?

Pues deja de soñar, porque eso es precisamente lo que propone Drums Rock, un videojuego nacido en España que te invita a convertirte en el batería de un grupo de rock que toca para el mismísimo infierno, donde no faltan las criaturas demoníacas que intentan poner fin al concierto. Lo cierto es que es una de las propuestas más inmersivas y curiosas que ofrece PSVR2, tras su estreno con Horizon: Call of the Mountain, permitiendo formar tu propia fiesta en casa, aunque tal vez se queda algo lejos de la experiencia que ofrecían sus principales influencias, por mucho que hayan pasado los años.

+ Pros

  • Una genial experiencia en PSVR2.
  • La selección de títulos clásicos y propios es genial.
  • La ambientación le da un toque muy personal y distintivo.

- Contras

  • Hay temas que funcionan mejor que otros en este formato.
  • A veces hay que usar excesiva fuerza.
77Sobre 100

Tocando en el mismísimo infierno

Una de las grandes particularidades con las que cuenta Drums Rock es su ambientación, algo que adquiere una mayor dimensión al situarnos en el entorno de la realidad virtual. Y es que este particular juego se desarrolla en el infierno, por lo que has de tocar para las propias huestes de Satán, algo que no parece sentarles muy bien. De este modo, lo que debería ser un concierto para demostrar tu talento con una batería se convierte en una batalla vida o muerte contra un ejército de demonios.

Y es que esto se convierte en la mecánica principal de Drums Rocks: hay que aporrear la batería, con sus cuatro bombos y dos platillos correspondientes, al son de la aparición de los demonios y sus colores, al más puro estilo de los juegos musicales que ya conocemos. Su propuesta es tan simple como efectiva, permitiendo vivir el ritmo de manera muy acertada mediante el uso de los auriculares con sonido envolvente 3D que incluye PlayStation VR2. Si lo que buscas es un buen juego musical que saque lo mejor de la tecnología de la realidad virtual y te permita internarte dentro del cuerpo de un batería, has venido al lugar adecuado.

Esta selección de temas se merece un bis

drums rock

Por supuesto, un juego musical no es nada sin una acertada selección de temas que permita explotar al máximo sus capacidades. Drums Rock sabe lo que se hace e incluye una dinámica que no estaba presente en sus grandes inspiraciones. Porque más allá de recurrir a clásicos como I Love Rock n Roll, también se atreve con temas totalmente originales y que le dan esa pizca de picante y desconocimiento que provoca un bucle jugable aún más interesante.

Los amantes del género sabrán a la perfección el ritmo de los grandes temas que, por cierto, no son las versiones originales, sino covers que en algunos casos funcionan y en otros no tanto. Pero en lo referente a las melodías totalmente originales son una sorpresa tanto en ritmo como en representación, por lo que es mucho más divertido enfrentarse a este terreno incierto y que te obliga a estar más atento que nunca a las notas -o demonios- que se acercan para su ejecución. Aunque, también he de decir que Drums Rock tiene un problema bastante palpable en su mecánica principal.

Y es que, aunque estamos ante un juego tremendamente divertido y que, si bien no inventa la rueda, sabe lo que tiene que hacer bien, también tiene sus carencias. Una de ellas es el tiempo de respuesta de las notas y el exceso de fuerza que requieren en más de una ocasión. Si intentas tomártelo con calma y golpear con suavidad cada una de las superficies, es probable que veas un fallo en pantalla, por lo que tienes que emplearte a fondo para aporrearlas con una fuerza mayor, lo que consigue que, al cabo de un rato cuando has estado dándolo todo en una canción de 3 ó 4 minutos, tus brazos acaben resintiéndose por mucho que estés sentado en la comodidad del sofá. Un punto débil que impide que se pueda disfrutar de largas sesiones de juego, a no ser que tus brazos sean como los de Vin Diesel, que no es el caso.

No obstante, sí que hay que destacar que cuenta con un buen equilibro entre esos temas que todos conocemos porque son auténticas leyendas del Rock n Roll y aquellas propuestas que se dan a conocer en esta ocasión para sorprender. Hay muy buenos temas propios, pero también otros que patinan en este campo. Algo que, por supuesto, como sucede en todos los ámbitos musicales, no es más que una opinión totalmente subjetiva.

Una campaña que se sostiene de una manera diabólica

drums rock

Aunque el modo Arcade suele ser lo más representativo de este tipo de videojuegos, permitiéndote tocar todos aquellos temas que se incluyen en la propuesta mediante un regulador de dificultad, Drums Rock se adentra en el terreno del modo campaña, con una duración más que aceptable de unas 6-7 horas, siempre dependiendo de tu habilidad. Todo ello mediante el sistema de estrellas que te otorgan tras terminar cada canción.

La campaña se divide en tres actos en total, para los que se incluyen un grupo de canciones muy bien elegido y que funciona a las mil maravillas. Para poder conseguir estrellas adicionales, se pueden cumplir objetivos secundarios para fomentar la rejugabilidad: conseguir una cantidad de puntos, un porcentaje de perfectos, completar combos y un largo etcétera. No obstante, lo más interesante de todo es que este modo campaña intenta revolucionar la jugabilidad con inconvenientes tales como restar visión al jugador o permitirle tocar únicamente con una baqueta, lo que se convierte en una auténtica locura de lo más entretenida. Por supuesto, todo ello va de la mano de un aprendizaje muy bien traído, con una curva de dificultad que te invita a ir adaptándote a la perfección a sus particularidades, consiguiendo que incluso puedas aumentar el nivel para demostrar tu habilidad al máximo.

Adentrarse en el infierno nunca fue tan realista

drums rock

La realidad virtual es la experiencia más inmersiva posible, por lo que la ambientación de Drums Rock en el infierno está muy bien llevada, a pesar de tener un aspecto colorido y que no invita a ese calor sofocante que se debería vivir en una entorno realista en estos términos. Sin embargo, su estética funciona con el género y permite diferenciar de buen modo a todos aquellos demonios que conforman las notas que hay que tocar. Pero el juego va mucho más allá.

Porque cada uno de los niveles cuenta con una ambientación en la que se pueden ver meteoritos sobrevolando el cielo y a ríos de lava amenazando con achicharrar tu cuerpo. Como no podía ser menos, en los enfrentamientos finales te toparás con el mismísimo diablo, que cuenta con grandes animaciones y ataques poderosos que hay que saber cómo contrarrestar, permitiendo echar un vistazo a un aspecto fantástico del juego y que te impacta por todo lo que sucede en pantalla mientras tú debes preocuparte de tocar las notas correctas.

En definitiva, es un juego que se ve realmente bien en PlayStation VR2 y que permite extraer todo el potencial de un juego musical. En cuanto a rendimiento no tiene grandes dificultades, salvo lo comentado en el tiempo de respuesta con algunas notas y esa fuerza que hay que imprimir en ciertos momentos. Lo que sí resulta de lo más gratificante es la acción de la retroalimentación háptica con los mandos del casco de realidad virtual, ya que aportan la sensación de estar tocando una batería de la manera más realista que se puede experimentar en estos momentos. Es cierto que Rock Band incluía una batería física, pero las sensaciones con Drums Rock, al estar inmerso en su propuesta, resulta incluso más realista que en aquella ocasión.

Valoración final de Drums Rock

drums rock

En definitiva, Drums Rock es un gran juego musical que permite vivir la propuesta de un modo realista e inmersivo gracias a la tecnología que permite PlayStation VR2. Aunque los temas musicales históricos del Rock n Roll no sean las versiones originales, funcionan realmente bien, al mismo tiempo que se incluyen canciones totalmente originales que permiten conformar un compendio fantástico para disfrutar durante horas de un concierto en tu propia casa.

Hay ciertas cosas que pulir, pero nunca había pensado que pudiera existir una propuesta tan acertada a la hora de representar la idea de tocar un instrumento y divertirse a la vez con una apuesta basada en el mismísimo infierno para demostrarle al diablo quién manda en este escenario. Siempre hay que promover el producto nacional, pero en esta ocasión Drums Rock consigue destacar por su propio peso y eso es una excelente noticia.

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