Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream - Un juego de sigilo isométrico con una historia increíblemente cautivadora
El primer juego desarrollado por River End Games consigue destacar con una historia que quiere calar entre los jugadores

Poco antes de su lanzamiento, Eriksholm: The Stolen Dream se dejó ver en el Future Games Show: Summer Showcase 2025 como un prometedor juego de sigilo isométrico con fuerte carga narrativa que transporta a una versión alterna del norte de Europa a principios del siglo XX. En él, el jugador se pone en la piel de Hanna, una joven que emprende una angustiosa búsqueda para encontrar a su hermano desaparecido, Herman, en una ciudad marcada por la corrupción, la vigilancia opresiva y la desigualdad social.
Tras haber podido disfrutar de esta propuesta ya a la venta con mecánicas accesibles pero estratégicas, Eriksholm: The Stolen Dream no solo nos ha parecido una propuesta de apartado visual sorprendente, también cuenta con una historia profundamente emotiva que se desarrolla a lo largo de una experiencia inmersiva que combina tensión, drama y humanidad en cada rincón de su mundo.
+ Pros
- Una historia concisa pero rica en contenido
- Las secuencias de sigilo son desafiantes y estratégicas
- Controles fáciles para un planteamiento sencillo
- Escenarios bien construidos
- Contras
- Jugablemente sencillo para una experiencia lineal
- Su perspectiva cenital y la oscuridad hacen que sus escenarios no destaquen en ocasiones
- Sin rejugabilidad o forma de resolver situaciones de formas adicionales

- Eriksholm: The Stolen Dream: precio, plataforma y dónde comprar
- Una historia sobre sueños rotos
- Conclusiones de Eriksholm: The Stolen Dream
Eriksholm: The Stolen Dream: precio, plataforma y dónde comprar
Eriksholm: The Stolen Dream | |
---|---|
Plataforma | PS5, Xbox Series y PC |
Plataforma analizada | PS5 |
Fecha de lanzamiento | 15 de julio |
Desarrollador | River End Games |
Género | Aventura de acción y sigilo |
Idioma | Textos en español y voces en inglés |
Eriksholm: The Stolen Dream es un juego isométrico de sigilo impulsado por la narrativa en el que Hanna vive una aventura por la dinámica ciudad de Eriksholm. La misteriosa desaparición de Herman, su hermano, encadena una serie de catastróficos sucesos que cambiarán para siempre sus vidas y el destino de toda la ciudad. Se trata de una propuesta para un solo jugador que se puede disfrutar con textos en español, mientras las voces de la propuesta son en inglés.
Una historia sobre sueños rotos
Eriksholm: The Stolen Dream es una de esas sorpresas que llegan a tu consola u ordenador para causar una agradable sorpresa. A simple vista podría parecer un juego de sigilo más con vista isométrica, pero lo que propuesta va mucho más allá gracias a su experiencia narrativa profundamente emocional, anclada en la relación de dos hermanos —Hanna y Herman— en un mundo empapado de desigualdad, vigilancia y desesperanza.
A través de sus mecánicas sencillas pero efectivas, su magistral uso del motor Unreal Engine 5 y una historia que no teme en tocar la fibra sensible, el juego se posiciona como uno de los títulos más memorables de 2025 dentro del género de sigilo narrativo.
La premisa es simple: Hanna despierta recuperada de una enfermedad conocida como "Heartpox" y espera a que su hermano regrese del trabajo en la mina. Sin embargo, Herman nunca regresa. En su lugar, llega la policía, lo que obliga a Hanna a huir y comenzar su búsqueda. Desde este punto, la historia toma el mando y se convierte en el eje emocional de todo el juego.
El viaje de Hanna no es solo una búsqueda desesperada por su hermano, sino una inmersión profunda en un reino ficticio, Rosmark, donde la corrupción, la represión política y la lucha de clases moldean cada rincón del entorno. A medida que avanza la narrativa, se incorporan temas como el abuso de poder, la resistencia social y la pérdida de la inocencia. Hay momentos genuinamente conmovedores —algunos incluso devastadores— que impactan al jugador no por el drama artificial, sino por lo humana que se siente cada decisión, cada fracaso y cada descubrimiento.
El sigilo como lenguaje narrativo

El sigilo como método de juego
Desde el punto de vista jugable, Eriksholm bebe de clásicos como Commandos o Shadow Tactics, pero con un enfoque mucho más íntimo y centrado. Cada nivel se presenta como un puzle espacial en el que se debe evitar a los guardias, usar atajos, manipular el entorno y avanzar con precisión. Sin embargo, lo que realmente brillante aquí es cómo estas mecánicas sirven a la narrativa. El sigilo no está puesto para imponer dificultad, sino para hacer sentir la constante amenaza que vive Hanna en una ciudad que la quiere silenciar.
La implementación de mecánicas es fluida: desde la sedación con dardos de Hanna hasta el uso de distracciones con piedras de personajes como Alva, el juego obliga a pensar estratégicamente, pero sin caer en una complejidad abrumadora. Además, el diseño de los personajes jugables fomenta la colaboración y la alternancia entre habilidades, lo que añade variedad sin romper el ritmo.
La IA enemiga no es perfecta —con patrones algo mecanizados—, pero esto nunca socava la experiencia general. Por el contrario, se agradece la claridad visual: barras, rayos de visión, señales auditivas y otros indicadores permiten planificar cada movimiento con eficacia, reduciendo la frustración y elevando la sensación de recompensa al resolver un escenario complicado.
El arte de lo contenido

Eriksholm se resuelve a través de una misma forma siempre
El apartado visual es uno de los aspectos más impresionantes. Eriksholm usa Unreal Engine 5 y su tecnología de metahumanos para contar con cinemáticas sorprendentemente realistas que contrastan con la perspectiva isométrica del gameplay. Son escasas, pero cada una está cuidadosamente animada, transmitiendo emociones humanas con una calidad que pocos juegos independientes logran alcanzar.
La ciudad de Rosmark, inspirada en un norte de Europa alternativo de fines del siglo XIX, se siente viva y opresiva al mismo tiempo. Desde las conversaciones que se escuchan al pasar por las calles, hasta el sonido del viento y las olas rompiendo en la costa, todo ayuda a construir un entorno creíble y emocionalmente denso. El nivel de detalle, pese a los escenarios algo repetitivos, mantiene una coherencia estética admirable.
También cabe destacar que la música es otro punto fuerte del título. Su banda sonora acompaña los momentos de tensión, introspección o revelación con precisión emocional, elevando la narrativa sin restarle protagonismo.
Una estructura bien pensada

Eriksholm consigue sorprender con sus gráficos
Dividido en ocho capítulos, el juego sabe cómo introducir nuevas mecánicas, personajes y giros sin saturar. Cada nivel es lo suficientemente compacto como para no perderse, pero lo bastante abierto como para permitir exploración, recolección de notas y pequeños momentos de contemplación. Aunque en ciertos tramos la dirección no es del todo clara y se echa en falta un sistema opcional de pistas, el ritmo general se mantiene firme.
Por otra parte, la duración de unas ocho horas le sienta de maravilla: no se alarga innecesariamente, ni corta su historia prematuramente. Se resuelve como una experiencia cerrada, compacta, y emocionalmente redonda.
Conclusiones de Eriksholm: The Stolen Dream
Eriksholm: The Stolen Dream no revoluciona el género del sigilo, pero consigue darle un toque único sin ser un juego de mapa gigante, combates espectaculares o decenas de habilidades para impactar. Una historia sincera, personajes bien escritos y un mundo que respira autenticidad basta para que la propuesta cumpla su cometido.
Desarrollado por un equipo de menos de 20 personas, destaca por conseguir calar la historia de Hanna a través de la angustia y la tristeza, así como el deseo de cumplir un sueño en medio de un mundo que conspira contra ella. Para los amantes del sigilo, los dramas narrativos o simplemente los juegos que tienen algo que decir, Eriksholm: The Stolen Dream es una experiencia imprescindible.