Análisis de God of War Ragnarok: Valhalla - Una vez más, Kratos
El DLC gratuito de God of War Ragnarok es una experiencia fresca y diferente a lo que se ha visto hasta el momento en la saga.

God of War ya es una de las grandes referencias de PlayStation en lo relativo a sus licencias. Kratos ha conseguido abrirse un gran hueco como una de las figuras más ilustres de la marca japonesa, aunque en los últimos años ha contado con la compañía de su hijo Atreus, inesperable compañero de aventuras. Sin embargo, el último capítulo de 2023 protagonizado por la saga vuelve a los orígenes en los que el antiguo Dios de la guerra se enfrenta a sus peores miedos en solitario, si obviamos la presencia del siempre puntilloso Mimir.
Valhalla es un DLC que rinde tributo a todo el periplo de la saga hasta la actualidad, recorriendo diversas salas de la memoria de los jugadores y aportando un gran enlace para toda la historia vivida por Kratos en las casi dos décadas de existencia de la saga. También es un camino hacia el futuro, por mucho que le pese a David Jaffe, ya que God of War sigue demostrando que en materia de reinvención es una de las licencias más interesantes del panorama actual del videojuego. Lo que se puede encontrar en este contenido gratuito para PS5 es una aventura roguelite que encaja a la perfección con la esencia de la saga.
+ Pros
- La frescura que aporta el tratamiento roguelite.
- La ampliación de la historia respecto a lo visto en Ragnarok.
- La capacidad para explotar las posiblidades de PS5.
- Portento técnico. De lo mejor de la consola.
- Que sea gratis siempre es un plus.
- Contras
- Se puede hace algo corto para los más hábiles.
- Se desinfla un poco en los compases finales.
- Hay pocos enemigos nuevos a los que enfrentarse.
Reiventando la fórmula
La fórmula de God of War sufrió una gran reinvención en 2018, adaptandose a los tiempos que corrían y abandonando el formato hack n slash que le había hecho triunfar en sus etapas de PS2 y PS3. No obstante, desde Santa Monica querían aportar un giro de tuerca a su licencia más reconocida y dotar a Kratos de una historia más cercana y cinematográfia, algo marca de la casa de los videojuegos producidos por PlayStation Studios en los últimos tiempos. Por ello, se decidió adaptar la jugabilidad a una cámara en el hombro del protagonistas y eliminar algunos de sus conceptos básicos de combate, aunque manteniendo la brutalidad y la esencia.
No obstante, al escuchar hace algunos meses que el estudio estaba preparando un DLC para God of War Ragnarok, el título que cierra la saga nórdica, jamás hubiera pensado que desde Santa Monica se atrevieran con un formato tan diferente y atractivo como el del roguelite para la nueva aventura de Kratos. El resultado es sencillamente impresionante, aportando frescura y ese ambiente tan identificativo del género que te invita a "probar una vez más" para intentar llegar más lejos que en el intento anterior. Valhalla es adictivo y muy divertido, además de aportar una nueva dosis de historia a la aventura de una de las sagas más reconocidas del entorno de PlayStation.
Morir es la clave para afrontar el futuro... y el pasado

God of War Ragnarok: Valhalla explora un episodio perdido de la vida de Kratos
Si ya has jugado a cualquier tipo de experiencia roguelike sabrás que morir forma parte del proceso. No es algo que se deba evitar a toda costa, sino que en ocasiones es incluso necesario para poder acceder a nuevas opciones jugables. God of War Ragnarok: Valhalla se adapta a la perfección a este proceso, dándole un sentido a la internada de Kratos en el reino destinado a aquellos guerreros que dieron su vida en la batalla. A través de numerosos niveles basados en los nueve reinos que se pueden visitar en el juego base, Kratos y Mimir reviven algunos de los acontecimientos del título y del pasado de Kratos, aputando también hacia lo que puede suponer en el futuro.
No es que Valhalla se centre en exceso en la historia, pero sí que aporta conversaciones muy interesantes en relación a lo que puede ocurrir de aquí en adelante para la saga God of War, por lo que se hace necesario para todo aquel que quiera ahondar en la propuesta, más si cabe teniendo en cuenta que se trata de un contenido completamente gratuito. De hecho, sorprende que se arriesgue a contar un capítulo importante de la vida de Kratos en un DLC de este estilo, pero hasta ahí puedo leer sin entrar en el terreno de los spoilers, así que será mejor que lo descubras por ti mismo.

Los combates son tan intensos como en el juego base
Volviendo a lo jugable, lo que más sorprende de God of War Ragnarok: Valhalla es lo bien diseñado que está a pesar de que su mecánica princial no es la del roguelite. Santa Monica ha sabido cómo conjugar todos los elementos para que el avance por las diferentes salas del Valhalla no desentone con la esencia proncipal de la saga. Aquí sí que se respira ese ambiente más clásico, en el que hay que hacer frente a oleadas de enemigos que llegan de cualquier lugar del mapa antes de poder pasar al siguiente. La acción es la parte predominante, pero la escasez de recursos curativos y la eliminación de las habilidades, que se van adquiriendo poco a poco según el camino de cada run, también obliga a llevar una dinámica más estratégica y sin lanzarse a lo loco.
Es una dinámica muy atractiva, porque después de cada intento también se permite canjear todo lo obtenido por mejoras permanentes que van invitando a hacerse cada vez más fuerte y avanzar de manera más sencilla hacia el siguiente paso del DLC. Esa fórmula que anteriormente mencionaba de "una vez más" es impresionante y encaja a la perfección con lo que quiere implementar Santa Monica con este contenido. Sin duda, un proceso muy divertido y que no defrauda en ningún momento de la aventura. Puro God of War, a pesar de adentrarse en el terreno de un género desconocido hasta la fecha.
Un roguelite adaptado al jugador clásico de God of War

La construcción de mapas es algo simple, pero efectiva
No obstante, adentrarse en una propuesta roguelite de God of War, más centrado en la narrativa en los últimos tiempos, era una jugada arriesgada para conseguir mantener la atención de todos aquellos que deseen conocer los nuevos pasos de Kratos y poco más. Por ello, desde el inicio ya se advierte cierta suavidad en la propuesta, con un selector de dificultad que invita a aquellos que no quieran complicarse a avanzar de manera sencilla, cortando ese ambiente de frustración tan caracterítico del género. Por supuesto, para los que quieran una experiencia hardcore, también hay un nivel de dificultad mucho más exigente y que te hará tirarte de los pelos.
Sin embargo, ese empeño en que todo el mundo pueda disfrutar de Valhalla sí que juega en su contra en algunos momentos. A fin de cuentas, no estamos en un juego diseñado desde cero con este propósito, como podría ser Hades, sino algo adaptado a ello para intentar ofrecer algo nuevo. Y lo consigue, por supuesto, pero no deja de quedarse a medias en muchos conceptos básicos del roguelite. No se le puede pedir en exceso a un contenido gratuito, en eso estoy de acuerdo, pero para los que busquen una gran experiencia en el género, tal vez se les quede algo cortos. Y aquí es donde entra en juego uno de los distintivos más significativos de cualquier propuesta roguelite: los jefes.

La intensidad de cada run es magnífica para aportar frescura
No es que las batallas contra los enemigos más poderosos de God of War Ragnarok: Valhalla sean malas o dejen que desear, simplemente cumplen con lo que se puede esperar de un gran combate de la saga God of War. ¿Esto significa que sea una mala noticia? Por supuesto que no, hay momentos muy épicos y que te hacen sudar, pero no suponen ese "cambio de juego" que suelen aportar los jefes en os roguelites para dejarte con la boca abierta ante un ataque que no esperabas, un cambio de fase que termina obligándote a iniciar una nueva run o ese festival de efectos en el terreno que te obligan a estar atento a cualquier mínimo detalle.
La concepción de Valhalla es mucho más sencilla, adentrándote en un terreno conocido po la saga y que, en la lucha 1vs1, pierde ese aroma del género al que se adapta para trasladarse al de la franquicia base. Son grandes momentos, pero si estás completamente adaptado al formato de God of War, no notarás la diferencia con cualquier otro enfrentamiento de la propuesta inicial, por lo que tal vez se echa un falta un poco más de riesgo en ese aspecto. Por lo demás, es disfrutable de principio a fin, teniendo en cuenta que su duración es de 5-6 horas, por lo que se puede disfrutar, sin problema, en pequeñas dosis.
A nivel técnico es un absoluto deleite en PS5

God of War Ragnarok: Valhalla es un portento en PS5
Aunque el principal atractivo de God of War Ragnarok: Valhalla es su desempeño en la historia, realizando constantes guiños al pasado de Kratos y de la propia saga, con uno de los mejores homenajes que he jugado en los últimos años, su propuesta va mucho más allá. A nivel técnico sigue demostrando que es de lo mejor que ha llegado a PS5 hasta la fecha, a pesar de que el título original sea intergeneracional, algo que siempre limita sus capacidades de algún modo. No obstante, todo lo que se puede ver en Valhalla es soberbio a nivel técnico, dejándote con la boca abierta en todo momento y sacando el máximo partido de la consola de Sony.
Además, su formato también lo hace muy disfrutable en PlayStation Portal, ya que esa idea de partidas cortas encajan a la perfección con un dispositivo portátil, aunque cuesta adaptarse en los primeros minutos por el salto de 60fps en el modo sobremesa a los 30fps a los que se limita el uso del dispositivo. No obstante, su desempeño es más que satisfactorio y aporta esas sensaciones de echar un par de partidas tumbado en la cama o en otro entorno que no sea frente al televisor, algo que siempre se agradece, especialmente si cuentas con momentos muertos fuera de casa.
A nivel sonoro, God of War Ragnarok: Valhalla tampoco defrauda, ya que mezcla lo mejor de los dos últimos títulos con algunas de las melodías más características de la trilogía griega de Kratos, con algunos arreglos que le sientan como anillo al dedo y que aportan esas dosis de nostalgia y epicidad que ya son marca registrada de la saga. Del doblaje no se puede decir nada que no sean maravillas, ya que todos los personajes vuelven a brillar con luz propia mediante los numerosos diálogos que se desarrollan en este DLC que se antoja como una visita necesaria para cualquier seguidor de God of War.
Valoración final de God of War Ragnarok: Valhalla

He de reconocer qu estoy gratamente impresionado con el resultado de God of War Ragnarok: Valhalla. Es cierto que PlayStation no acostumbra a adentrarse en el terreno de los DLCs, pero cuando lo hace, no defrauda. Se trata de un contenido que cualquier seguidor de la saga debería probar e incluso si no te has adentrado nunca en el terreno de los roguelite, conseguirá sorprenderte y engancharte mediante su constante evolución.
Sin duda, la internada de Santa Monica en este terreno desconocido es una de las sorpresas más agradables que ha dejado la recta final de 2023 y que ya apunta hacia el futuro de la saga, por lo que solo quedar esperar para saber cuáles son los planes del estudio para que Kratos continúe siendo uno de los personajes más iluestres del panorama de PlayStation. Su presente y su pasado ya se han aclarado, pero hay ciertas pistas que también dejan claro que el futuro es especialmente prometedor. Hay God of War para rato y si sigue reinventándose de este modo, será una excelente noticia para los que quieran continuar sus aventuras.