Análisis de Onimusha 2: Samurai’s Destiny – La evolución de un clásico samurái

Capcom rescata la secuela del clásico en plataformas de pasada generación al ser compatibles con la nueva

Análisis de Onimusha 2: Samurai’s Destiny – La evolución de un clásico samurái
Onimusha 2: Samurai’s Destiny ya está disponible sin versiones de nueva generación
Publicado en Análisis

Veinte años después de su lanzamiento original, Onimusha 2: Samurai’s Destiny ha vuelto en forma de remasterización, no para reinventarse, sino para reivindicarse. Capcom ha optado por mantener la esencia intacta de esta entrega clásica de PlayStation 2, mejorando lo justo para hacerla accesible a nuevas generaciones, pero sin alterar su corazón jugable ni narrativo. El resultado es una experiencia que, si bien evidencia el paso del tiempo en ciertos aspectos, sigue destacando como uno de los mejores exponentes del hack and slash japonés clásico.

Esta reedición no busca competir visualmente con los estándares actuales, sino preservar lo que hizo grande al título en su momento: su mezcla única de acción, ambientación feudal japonesa y una jugabilidad accesible pero profunda. En ese sentido, cumple su propósito con creces. El respeto por la obra original es evidente, y el juego funciona como una cápsula del tiempo que nos recuerda que Capcom, ya desde entonces, sabía cómo construir experiencias con carisma y personalidad.

+ Pros

  • El diseño de combate se mantiene sólido
  • Los puzles del juego están bien diseñados
  • El ritmo de juego es equilibrado
  • El contenido adicional de la remasterización ofrece rejugabilidad

- Contras

  • La narrativa y el desarrollo de personajes se hace lento
  • El sistema de regalos resulta superficial
  • El doblaje queda deficiente
78Sobre 100

Onimusha 2: Samurai’s Destiny: precio, plataforma y dónde comprar

Onimusha 2: Samurai’s Destiny
PlataformaPS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC
Plataforma analizadaPS5
Fecha de lanzamiento22 de mayo
DesarrolladorCapcom
GéneroAventura de acción
IdiomaTextos y voces en castellano

Onimusha 2: Samurai's Destiny fue lanzado originalmente en PlayStation 2 en el año 2002 con un modelo del personaje principal basado en el difunto Yusaku Matsuda, un legendario actor japonés muy popular durante la década de los 70 y los 80. Aunque se trata de una secuela directa, cuenta con un protagonista completamente nuevo, lo que permite disfrutar del juego aunque no hayas jugado al primero. La remasterización cuenta con gráficos en alta definición, pantalla panorámica, 60 FPS, voces japonesas, mejoras en la calidad de vida y algunas novedades, como el desafiante modo Infierno.

Una historia con ecos de tragedia y leyenda

La narrativa de Onimusha 2: Samurai's Destiny nos pone en la piel de Jubei Yagyu, samurái del clan del mismo nombre que regresa a su aldea natal solo para encontrarla arrasada por las huestes demoníacas de Nobunaga Oda, el enemigo recurrente de la saga. A partir de ahí, se desencadena una cruzada personal de venganza y redención, en la que Jubei debe reunir cinco orbes sagradas para poder enfrentarse a su némesis. Si bien la historia avanza con buen ritmo, su desarrollo argumental es, como ya ocurría en el primer Onimusha, uno de sus puntos más flojos.

Los personajes secundarios tienen carisma y presencia, pero su integración narrativa se queda a medio camino. El juego da la sensación de querer construir una especie de hermandad entre ellos y el protagonista, pero no se toma el tiempo necesario para cimentar esas relaciones. Las interacciones breves y el sistema de afinidad mediante regalos resultan superficiales. Se nota que había una intención de dar profundidad emocional al grupo, pero esta nunca se consolida. Una oportunidad desaprovechada que, sin embargo, no empaña por completo la experiencia.

Un combate que resiste la prueba del tiempo

Donde Onimusha 2 brilla con luz propia es en su sistema de combate. A diferencia de otros hack and slash que dependen de combinaciones complejas, aquí prima la agilidad y la precisión. Jubei puede equipar diversas armas, cada una con su propio elemento, peso y técnica. La posibilidad de alternar entre armas sin pausar la acción, y el uso de un botón dedicado para evadir o rodear al enemigo, otorgan un dinamismo sorprendente para su época.

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El juego cuenta con función de autoguardado y cambio de arma fácil

Además, la inclusión de personajes secundarios jugables refuerza la diversidad en combate. Cada uno aporta un enfoque distinto y exige que el jugador se adapte, creando momentos memorables durante la campaña. También destaca el sistema de mejora de armas mediante absorción de almas, una mecánica adictiva que recompensa la exploración y el dominio del combate. Si bien la IA enemiga no siempre supone un gran reto, el diseño de los enfrentamientos, especialmente contra los jefes, es variado y estimulante.

Exploración y puzles clásicos de Capcom

Aunque Onimusha ha sido comparado superficialmente con Resident Evil por sus cámaras fijas y uso de ítems curativos, esta entrega apuesta por una estructura mucho más orientada a la acción. Aun así, la exploración y los puzles no están ausentes. Hay cofres que solo se abren resolviendo acertijos visuales o de lógica, y zonas bloqueadas que requieren armas específicas para avanzar, lo que aporta cierta sensación de metroidvania primitivo. También hay mazmorras opcionales con recompensas ocultas, similares a arenas de combate, que alargan la vida útil del título sin caer en el relleno innecesario.

Los puzles, aunque no extremadamente desafiantes, están bien integrados y nunca interrumpen el ritmo del juego. Son más bien pausas mentales entre combates, una fórmula que se agradece. Algunas secciones incluso recuerdan a rompecabezas clásicos como los deslizamientos de fichas o minijuegos al estilo "Phantom Realm". En conjunto, equilibran de manera efectiva la acción con momentos de calma y análisis, evitando que el juego caiga en la monotonía.

Las novedades de la remasterización

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El juego cuenta ahora con un modo de dificultad Infernal

La remasterización incluye contenido extra interesante: galerías de arte, una banda sonora orquestal, varios minijuegos accesibles desde el menú principal (como El Hombre de Negro o Puzzle Phantom Realm), y un modo infierno donde un solo golpe puede matarte. Estas adiciones son un guiño perfecto a los fans más acérrimos, aportando valor sin comprometer la estructura original.

Además, la presencia de contenido desbloqueable desde el inicio y la compatibilidad con partidas de Onimusha: Warlords (que permiten usar un traje especial de Samanosuke) son detalles que demuestran el cuidado de Capcom hacia los seguidores de la saga. No se trata de un remake al estilo moderno, pero el trabajo realizado en esta remasterización es sólido, práctico y útil.

Una cámara que a veces traiciona

La cámara fija, herencia de la era PS2, funciona bien para marcar puntos de interés o guiar la exploración, pero en combates ajustados puede entorpecer la experiencia. Hay ocasiones en que el ángulo no muestra bien al enemigo, dificultando esquivar ataques o calcular el espacio de combate. Este es, quizás, uno de los aspectos que más claramente necesitaba un replanteamiento en esta remasterización.

Pese a ello, la decisión de mantener las cámaras originales también aporta una estética muy particular que, aunque limitada, colabora con la atmósfera general. Muchas escenas están compuestas con intencionalidad cinematográfica, y algunos encuadres tienen una belleza melancólica difícil de replicar en títulos modernos. Es un arma de doble filo: aporta identidad, pero en algunos casos sacrifica funcionalidad.

Conclusión de Onimusha 2: Samurai’s Destiny

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Onimusha 2 cuenta con un nuevo modo Galería con más de 100 bocetos del diseñador de personajes del juego, Keita Amemiya

Onimusha 2: Samurai’s Destiny sigue siendo un juego profundamente disfrutable, capaz de atrapar tanto a jugadores veteranos como a novatos. Su sistema de combate envejeció sorprendentemente bien, y su estructura sencilla, pero efectiva, es una oda a una época donde el diseño de videojuegos priorizaba lo mecánico sobre lo narrativo. A pesar de tener una historia plana, una cámara que puede frustrar y un doblaje que resta autenticidad, en medio de un duelo, espada en mano y el aura demoníaca encendida, todo se desvanece.

En un panorama dominado por remakes ambiciosos y juegos como servicio, Samurai’s Destiny se atreve a presentarse tal cual fue, con sus virtudes y defectos, pero también con un espíritu intacto. Es un viaje de regreso a una era dorada de Capcom, donde lo esencial era la espada, el honor, y la lucha contra demonios, todo envuelto en una estética única. De esta forma, más que un simple juego, es una carta de amor a un estilo de hacer videojuegos que merece seguir existiendo.

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