Análisis de Prince of Persia: The Lost Crown - Retroceder, a veces es avanzar

Ha tenido que pasar más de una década para que Ubisoft haya decidido rescatar una de sus sagas más ilustres para conseguir devolverla al jugar que merece. Prince of Persia contó con una trilogía de ensueño en la época de PS2, encumbrando a la licencia como uno de los referentes en el género. Sin embargo, su presencia se fue diluyendo con títulos mediocres que no conseguían aportan continuidad y que obligaron a la compañía francesa a dejarla en un estado de barbecho para cuando fuera el momento oportuno de volver. Un momento que ya ha llegado, con ideas renovadas y frescura, algo que le viene como anillo al dedo.

Prince of Persia: The Lost Crown está a tan solo unos días de su estreno oficial, el 18 de enero, aunque se podrá disfrutar de manera anticipada desde el próximo día 15. Durante la última semana he tenido la suerte de adentrarme en el monte Qaf para descubrir todo lo que tiene que ofrecer la gran aventura de Sargon tras las impresiones iniciales que me ofrecieron sus primeras horas en las postrimerías del año pasado. El resultado final de la obra es sorprendente, con una apuesta metroidvania férrea, que tiene muy claros sus referentes, pero también una identidad propia arrolladora. Probablemente, no había mejor modo para iniciar este 2024 tan prometedor. Te cuento todo lo que necesitas saber en el análisis más completo del título.

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• Prince of Persia: The Lost Crown: precio, plataformas y dónde comprar
• Un regreso a lo clásico para crear algo nuevo
  • Todo lo que se le puede pedir a un metrodvania, elevado al cuadrado
  • Un mapa enorme al que sacarle el máximo partido con backtracing constante
  • Grandes batallas contra jefes, aunque no pasarán a la historia del género
  • Plataformeo, puzles, caminos secretos y un sinfín de contenidos para ampliar la experiencia
  • Luces y sombras en lo artístico... y en lo técnico
• Valoración final de Prince of Persia: The Lost Crown

Prince of Persia: The Lost Crown: precio, plataformas y dónde comprar

Prince of Persia: The Lost Crown es el nuevo videojuego de Ubisoft Montpellier, los creadores de los exitosos Rayman Origins y Rayman Legends. Con su lanzamiento el 18 de enero de 2024 en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch y PC ofrece una nueva historia protagonizada por un personaje inédito, Sargon, uno de los Inmortales de la antigua Persia. Se trata de un videojuego metroidvania con grandes dosis de acción en combate y un diseño de niveles totalmente conectado a través de un mapa enorme. En cuanto a su traducción, cuenta con doblaje al español.

Un regreso a lo clásico para crear algo nuevo

Con su estado de hibernación, la saga Prince of Persia necesitaba dar un golpe en la mesa para regresar por todo lo alto. Teniendo en cuenta que el proyecto del remake de Las arenas del tiempo no está generando ese impacto que debería, la responsabilidad recae directamente sobre Prince of Persia: The Lost Crown, una propuesta totalmente diferente y que arriesga tanto en el terreno artístico como en su propia concepción. No obstante, una de las claves que hacen que el título metroidvania entre con buen gusto desde sus primeros compases es que sus responsables son los genios que crearon Rayman Legends, lo que ya supone un plus inicial.

Y lo cierto es que no defraudan. Prince of Persia: The Lost Crown es un gran juego que tiene muy claro cuáles son sus virtudes y, por supuesto, quienes son los grandes referentes de un género que no para de reinventarse y ofrecer nuevas propuestas para seguir rizando el rizo. Un regreso a las aventuras en 2D para presentar algo nuevo, adentrarse en terreno desconocido para la licencia y hacerlo de un modo realmente acertado. Estamos ante un juego que en sus primeros compases demuestra un derroche de valentía tanto en combate, como en narrativa, así como en todas las vertientes posibles de desarrollo de personaje y novedades a nivel jugable.

La gran losa a la que se enfrenta Prince of Persia: The Lost Crown es su duración, especialmente extensa para el concepto metroidvania que provoca que algunas de sus novedades y funciones principales se difuminen más de la cuenta. Sin embargo, el resultado es soberbio, aportando un arranque para 2024 arrollador y demostrando que en Ubisoft hay mucho talento que necesita de este tipo de videojuegos para relucir y alcanzar todo su potencial.

Todo lo que se le puede pedir a un metrodvania, elevado al cuadrado

El transcurso de la partida de Prince of Persia: The Lost Crown bebe directamente de títulos como Hollow Knight.

Aunque Prince of Persia: The Lost Crown es un juego ciertamente atípico en el género metroidvania, también cuenta con muchos elementos que toma prestados de grandes obras de los últimos tiempos como Hollow Knight, su principal referente, Ori and the Will of Wisps y Aeterna Noctis, entre otros muchos. No obstante, el equipo de Ubisoft Montpellier tenía claro que la concepción del juego tenía que pasar por ofrecer al jugador una historia atractiva que se acerque a la licencia que le da nombre. De este modo, no comienzas en un entorno inhóspito mientras avanzas por inercia para que la narrativa se vaya construyendo poco a poco, sino que el guion va conformando los acontecimientos y el camino marcado, algo que resulta especialmente atractivo para seguir adelante.

De este modo, me ha sorprendido que un videojuego con una clara influencia del género metroidvania sea capaz de aportar una historia tan interesante y que no para de ofrecer giros constantes y momentos espectaculares para mantenerte pegado a la pantalla. Obviamente, no entraré en el terreno de los spoilers para que puedas descubrirlos por ti mismo, pero Prince of Persia: The Lost Crown te tiene reservadas grandes sorpresas en sus escenas cinemáticas, por lo que no tendrás que explorar en exceso para entender qué está ocurriendo en el monte Qaf durante tu aventura con Sargon.

Sin embargo, hay otros aspectos en los que Prince of Persia: The Lost Crown es un metroidvania puro. La buena noticia es que prácticamente todo lo que se propone lo hace muy bien, aportando una jugabilidad dinámica, fresca y muy divertida. Sabe conjugar todos los grandes elementos de los mejores metroidvania de los últimos tiempos e introducirlos de una manera orgánica y muy acertada para que se genere un equilibrio fantástico y que se adapta a lo que quiera el jugador. Cabe recordar que es una propuesta muy accesible, con diferentes niveles de dificultad y la posibilidad de elegir que ciertos marcadores te indiquen el camino o ir completamente a ciegas. Una experiencia totalmente adaptable y personalizable.

Los árboles wakwak son los puntos de control para recuperar salud y realizar mejoras.

La concepción del juego hace que su amplitud ofrezca muchas opciones con el paso de las horas. Estamos ante un juego que tiene una duración media de 20 horas en lo principal, algo ciertamente extenso para lo que acostumbra el género. Por ello, Prince of Persia: The Lost Crown se detiene en darle la importancia que merece a cada técnica de combate, habilidad o novedad jugable que se va introduciendo, de nuevo, aportando mucho equilibrio para no saturar al jugador. Un esfuerzo titánico para que siempre haya algo nuevo que ofrecer, aunque las sensaciones se diluyen con el paso de las horas con un combate que no consigue avanzar la mismo ritmo de las otras opciones jugables.

Y es que a fin de cuentas es la mecánica principal del juego, por lo que sorprende que sea la función que menos avance. Y es que la simpleza del combate no le hace justicia a un juego tan completo, ya que se aporta muy pocas técnicas a lo largo de la aventura y el sistema de amuletos, si bien es muy amplio, no aporta una riqueza enorme en este sentido. Provoca que la experiencia sea algo más personalizable para aquellos que quieran conformar una build destinada al ataque más puro, a la recuperación de salud con el parry o al uso de las técnicas del Athra, pero hay una falta de profundidad que adolece con el paso de las horas.

El sistema de amuletos es muy similar al que se puede ver en otros juegos metroidvania, aportando fortalezas muy variadas.

Con esto no quiero decir que el combate sea aburrido, ni mucho menos, pero sí que se queda un paso por detrás de otros grandes títulos del género que saben sacarle un partido mayor a las nuevas habilidades para conseguir aplicarlas de manera directa en el combate. Aquí se presentan prácticamente como un complemento destinado a la exploración que te puede servir de ayuda en ciertos momentos de batallas exigentes, pero sin ser un elemento determinante que pueda modificar tu manera de hacer frente a los combates. A pesar de ello, Prince of Persia: The Lost Crown es un juego que cumple con creces en todos los terrenos en los que destaca un metroidvania e incluso se atreve a dar un paso más allá en muchos de ellos, aportando una mayor amplitud en su concepto.

Un mapa enorme al que sacarle el máximo partido con backtracing constante

Pequeña porción del mapa de Prince of Persia: The Lost Crown.

La construcción de un buen mapa es crucial para el funcionamiento central de un metroidvania y el equipo de Ubisoft Montpellier tenía la lección bien aprendida para la concepción de Prince of Persia: The Lost Crown. De hecho, puede que sea uno de los juegos más completos del género en cuanto a la construcción de su entorno jugable y el modo en el que se conecta de manera constante para facilitar la exploración e invitar al jugador a descubrir cada uno de los recovecos que se esconden en las diferentes zonas. Será mejor que estés preparado para indagar con profundidad, porque el mapa es tan grande que me ha abrumado en varias ocasiones.

Y es que para conseguir que un juego de este calado tenga una duración de 20-25 horas en su aventura principal hay que generar una mapa a la altura y aquí no defrauda de ningún modo. Además, una de las cosas que más me ha impresionado es el modo en el que le saca partido de manera constante a todas las habilidades que se van adquiriendo y desbloqueando para mostrar nuevos caminos y ofrecer opciones que no estaban disponibles en un inicio. De hecho, durante los primeros compases ya se empiezan a ver elementos que indican que necesitas algo de lo que no dispones para pasar por esa nueva vía, regalando uno de lo esfuerzos de backtracking más satisfactorios que recuerdo en los últimos años.

Como buen metroidvania, este uso del backtracing y de la adquisición de nuevas técnicas se vuelve crucial para poder avanzar en la aventura principal, pero es que el efecto que consigue Prince of Persia: The Lost Crown es el de aportarte la necesidad de explorar cada uno de lo rincone que se ocultan en las diferentes zonas. Además, la variedad de entornos y de concepciones en el diseño de niveles hace que sea especialmente interesante adentrarse en ellos, con conceptos muy variados en términos de plataformeo y exploración. Es una auténtica gozada moverse por el mapa del juego, algo que se agradece y que también consigue exprimir al máximo el excelente trabajo realizado con la movilidad de Sargon, que responde a la perfección a cualquier orden que se quiera ejecutar.

Para poder avanzar en la historia hay que debloquear ciertas habilidades. El juego hace un buen uso del backtracking.

La conexión de su mapa y la estupenda concepción del mismo hacen que, en ocasiones, sea fácil desviarse del camino principal para explorar una zona nueva que se acaba de descubrir, al menos hasta que el juego te hace saber que aún no dispones de las habilidades necesarias para acceder por allí. En estos momentos, en los callejones sin salida, es donde Prince of Persia: The Lost Crown también destaca con un sistema de marcadores fantástico que permite guardar una instantánea del lugar para que puedas recordar qué te falta para poder acceder. Un sistema muy útil y que me ha encatado, por lo que aquellos que jueguen sin la experiencia guiada encontrarán un apoyo fundamental en esta opción.

Lo más destacable del juego en términos de exploración es que es un título que fluye constantemente y que no aporta esa sensación de pereza de adentrarse en una nueva zona y avanzar hasta encontrar la próxima habilidad o enfrentarte al próximo jefe, algo que podría ser peligroso en un juego con una duración tan extensa para el género. Prince of Persia: The Lost Crown es muy divertido en la exploración y que genera esa fluidez para que el jugador quiera descubrir en todo momento lo que está oculto, por lo que me ha parecido excepcional en todos los sentidos.

Grandes batallas contra jefes, aunque no pasarán a la historia del género

Prince of Persia: The Lost Crown cuenta con grandes jefes que son un auténtico reto, aunque es fácil adaptarse a sus rutinas.

Hablaba antes de la falta de profundidad en el combate con el paso de las horas y es algo que afecta directamente a uno de los aspectos más destacables de cualquier metroidvania. Las batallas contra jefes son fundamentales para presentar un gran reto e invitar al jugador a probar nuevas ideas, a elaborar nuvas configuraciones y a devanarse los sesos para conseguir derrotar a esos hijos de Persia que te está amargando la partida con sus combates. De hecho, hay batallas en el género que serán recordardas para la posteridad por su concepción y dificultad, como los Señores Mantis de Hollow Knight, por poner un ejemplo reconocible.

En Prince of Persia: The Lost Crown no se produce ese efecto de epicidad que se puede esperar en batallas contra auténticos jefazos. Son combates muy dignos y entretenidos, que esa concepción de ensayo y error para ir aprendiendo de las técnicas de los rivales, pero al que es muy fácil adaptarse para conseguir alcanzar el éxito. Aquí es donde más se notan las costuras del diseño de combate y su escasa evolución tras las primeras horas, ya que falta algo de dinamismo en las batallas contra los jefes, especialmente en los momentos de ejecución del parry, que se telegrafían para que sea realmente sencillo ejecutarlos y realizar una gran cantidad de daño al enemigo. No aporta esa capacidad de invención del jugador a la hora de salir victorioso, sino que es una batalla medida por compases para que puedas aprovechar sus grietas de manera constante.

Y es que desde Ubisoft Montpellier se han esforzado en que el combate pueda ser profundo y lo cierto es que es muy divertido, no cabe duda. Hay muchas técnicas ejecutables e incluso el sistema de física es soberbio para hacer rebotar a los enemigos contra diferentes superficies y aprovecharlo para enlazar combos, así como sacar partido de la carrera para lanzar patadas, elevarlos por los aires para romper sus defensas y varias opciones alternativas. Sin embargo, esa diversión y versatilidad que se advierte en los primeros compases se va diluyendo, generando un combate cargado de automatismos básicos y al que es fácil adaptarse. Prince of Persia: The Lost Crown no te pone constantemente contra las cuerdas y eso puede ser muy negativo para un juego de este calibre.

Los combates contra jefes (y mini jefes como el de la imagen) se sienten algo desaprovechados.

Por ello, en los momentos en los que el combate puede brillar más, como son estas batallas contra jefes, se queda algo corto. Hay momentos de gran dificultad y que te obligan a reintentar el encuentro contra el jefe en cuestión, pero sus técnicas se repiten con un patrón constante, lo que hace realmente sencillo buscarles las cosquillas y esperar al momento adecuado para ejecutar tus mejores ataques. Es un proceso de desgaste en lugar de habilidad, por lo que en comparación con otra grandes batallas del género queda muy lejos de alcanzar su máximo esplendor.

Plataformeo, puzles, caminos secretos y un sinfín de contenidos para ampliar la experiencia

Hay puzles muy interesantes que te obligan a pensar para superarlos.

Todo lo que puede faltar en el terreno del combate, lo aporta Prince of Persia: The Lost Crown en el resto de conceptos imprescindibles de un buen metroidvania. La concepción del mapa ayuda a que se le saque un enorme partido al plataformeo y a la presencia constante de puzles y contenido secundario que se puede explorar, además de caminos ocultos que puedan llevar a una gran recompensa. El diseño de niveles del título es una de sus bazas más destacadas, ya que consigue sacarle todo el partido al escenarios y exprimirlo para sumar en todo momento. Sin duda, una de las experiencias más divertidas y satisfactorias de la propuesta.

Y es que el plataformeo del que hace gala el título es magnífico y que se va reinventando constantemente a lo largo de la aventura. El diseño de niveles es genial, facilitando que avanzar por ellos sea una experiencia de lo más gratificante con la que sacar el máximo partido a la habilidad del jugador y a las nuevas técnicas que va aportando el juego de manera constante. Probablemente es uno de los aspectos en los que más destaca, ya que no es sencillo ejecutar una dinámica en la que cada zona en la que se desarrolla el juego pueda aportar algo nuevo en términos de saltos, deslizamientos, esquiva de obstáculos y nuevos lugares que descubrir. En la concepción hay pocos juegos que se acerquen a la excelencia de la que hace gala Prince of Persia: The Lost Crown.

El plataformeo de Prince of Persia: The Lost Crown es una auténtica gozada.

De este también se benefician los puzles que se van incluyendo a medida que avanza la historia y que, de nuevo, se reinventan para conseguir extraer todo el potencial de las habilidades que va adquiriendo Sargon. Si bien no son muy constante, los puzles están elaborados de un modo muy interesante, por lo que en más de una ocasión te invitarán a probar diferente opciones y rebanarte lo sesos para hallar la solución. De hecho, una de las técnicas del protagonista resulta clave para muchas de estas resoluciones, aunque sus variables sorprenden en todo momento, obligándote a buscar nuevas ideas.

Todo esto también se traduce en los contenidos secundarios que se pueden encontrar en Prince of Persia: The Lost Crown. Con un mapa de la magnitud del que se encuentra en este título, hay lugar para muchos misterios y secretos, algo en lo que no defrauda en absoluto. A lo largo de la aventura se pueden encontrar muchos elementos coleccionables y la mayoría de ellos no caen en saco roto, ya que suelen estar destinados al comercio o al cumplimiento de varias misiones secundarias que están repartidas por las diferentes zonas del juego y que cuentan su propia historia para darle más empaque a su universo. Desde luego, no hay lugar para aburrirse en las tierras persas.

Luces y sombras en lo artístico... y en lo técnico

Un juego con escenarios muy variados, aunque no todos demuestran una gran calidad.

Toca poner la guinda a este análisis de Prince of Persia: The Lost Crown y hay que hacerlo con el terreno técnico. Y aquí hay pocas sorpresas, ya que aporta una experiencia pura de cualquier propuesta de Ubisoft: luces y sombras tanto en lo artístico como en lo puramente técnico. No cabe duda de que el diseño artístico sorprende por su estética tan diferente a los anteriores títulos de la saga, acercándose a lo cartoon. Sin embargo, a pesar de que no es la panacea en lo visual, sorprende por ser un videojuego con una gran personalidad y belleza.

Y es que los escenarios en los que se desarrolla el juego son realmente bonitos, aunque en ocasiones se sienten algo vacíos y faltos de esencia, lo que genera esa dualidad que desconcierta en ciertos momentos. No obstante, los modelados cuentan con un alto grado de detalle que sorprende, del mismo modo que las animaciones del protagonista y de los enemigos, con un sistema de física cuidadísimo y que aporta colisiones realistas para sumar al combate. Sin embargo, este sistema a veces genera ciertos conflictos con los entornos con errores técnicos en zonas específicas que comprometen el desarrollo de la partida. No son problemas muy numerosos, pero sí muy molestos, por lo que habrá que ver si se slucionan con algún parche. La buena noticia es que Prince of Persia: The Lost Crown se mueve a 60fps de manera muy fluida y sin apenas caídas de rendimiento, salvo alguna muy puntual y sin influencia.

Algunas zonas del juego cuentan con errores técnicos que empañan la experiencia.

Por último, a nivel sonoro el juego también raya la perfección. La banda sonora la componen temas impresionantes y que sorprenden en todo momento, dejándote con la boca abierta ante momentos realmente épicos y que respiran la esencia de la cultura persa. Por si fuera poco, llega con un excelente doblaje al español, aportando en todo a los personajes con voces que encajan a la perfección y que les dan una personalidad brutal. Algo que en un juego con una gran presencia narrativa se agradece sobremanera.

Valoración final de Prince of Persia: The Lost Crown

Prince of Persia: The Lost Crown pone la primera piedra en un año que apunta a seguir la estela del que hemos dejado atrás. Ubisoft Montpellier sorprende con un auténtico juegazo que rescata una de las licencias más olvidadas de la compañía francesa para devolverla a lugar que merece. Si te gusta el género metroidvania y quieres adentrarte en un título con una gran riqueza en su universo, grandes dosis de plataformeo y exploración y un combate muy decente, estarás absolutamente encantado con todo lo que tiene que ofrecerte la aventura de Sargon. La primera gran sorpresa de 2024 ya ha llegado. Prince of Persia: The Lost Crown me ha fascinado.

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