Tres horas junto a Prince of Persia: The Lost Crown me han impresionado tanto que necesito jugarlo entero

Los viejos rockeros nunca muere, o eso decía Miguel Ríos. Todos hemos crecido con alguna saga de videojuegos que nos ha marcado durante una época de nuestra infancia por su propuesta que se quedó grabada en la memoria y no se borra, por mucho que pasen los años. En mi caso personal hay muchos nombres propios de esa época en la que me inicié y gradué en esto del ocio interactivo, pero Prince of Persia siempre tendrá un hueco especial entre mis recuerdos más preciados. Si bien mi memoria se detiende en Las Arenas del Tiempo, esperando ese remake que no termina de llegar, el aroma que ofrece The Lost Crown me ha embriagado desde que se presentara de manera oficial.

Por ello, no pude evitar relamerme ante la posibilidad que nos brindaban desde Ubisoft España para poder probar el título durante algo más de 3 horas y descubrir de qué pasta está hecho el inicio de la próxima entrega de la licencia, Prince of Persia: The Lost Crown. Como amante de Hollow Knight y del género metroidvania en los últimos años, no podía perderme lo que puede ofrecer una de las sagas de culto de los videojuegos en un formato que mezcla parte de sus inicios con los tiempos modernos y el resultado me ha dejado deseando poder jugar más, hasta tal punto que el miembro de Ubisoft que me acompañó durante la partida me tuvo que obligar a parar.

Un inicio guiado por la mitología persa

Desde Ubisoft ya avisaban que Prince of Persia: The Lost Crown no era un metroidvania al uso, ya que otorga mucha importancia a su línea argumental y permite a los jugadores tener una guía que le vaya indicando en todo momento cuáles son los objetivos principales de la historia. De hecho, desde los primeros compases ya te permite personalizar tu experiencia, eligiendo el modo de dificultad y de iconos en el mapa, por si quieres una experiencia metroidvania plena en la que no sepas exactamente dónde ir o si prefieres disponer de una guía que te vaya indicando los puntos más importantes. En mi caso elegí esta segunda opción y, aunque en los primeros compases pensé que me arrepentiría, lo acabé agradeciendo.

Porque los primeros instantes de Prince of Persia: The Lost Crown son un pasillo mediante el que el juego te va llevando de la mano para que aprendas algunas de las características de movimiento y combate de la propuesta, lo que viene siendo un tutorial de unas cuantas decenas de minutos que acaban finalizando en un combate contra un mini jefe para que te vayas habituando al lugar en el que te has adentrado. Si bien el patrón de movimientos es bastante predecible, hay que reconocer que Ubisoft ha hecho un buen trabajo para aquellos que quieran un verdadero reto, marca de la casa del género metroidvania.

Los enemigos intentarán ponerte las cosas difíciles mientras avanzas por los entornos.

Pero ya hablaré del combate más adelante, porque me parece realmente interesante que la propuesta de Prince of Persia: The Lost Crown acompañe a Sargon, el nuevo protagonista, de manera activa, marcándole un objetivo claro y haciendo al jugador partícipe de él en todo momento por diferentes eventos que se van sucediendo en la historia. En las tres horas en las que pude probar el juego se produjeron diferentes momentos que invitan a pensar que la narrativa no está de paso y tendrá un peso monumental, con el uso de numerosas cinemáticas y conversaciones útiles entre los personajes. En esta ocasión no estás al amparo de tu propia capacidad de exploración para conocer todas las vicisitudes de la aventura. El juego ya lo hace por ti.

En este sentido, Prince of Persia: The Lost Crown consigue sorprender y atraer con una historia bastante llamativa y que saca brillo a la mitología persa, una de las menos explotadas en el sector del videojuego y que demuestra tener mucho que ofrecer. Teniendo en cuenta que el título apunta a tener una duración aproximada de 20-25 horas, no me cabe duda de que todavía hay mucho que descubrir a través de la línea argumental del juego. Y tengo muchas ganas de hacerlo.

Manipulando el espacio-tiempo a ritmo de backtracking

Las habilidades espacio-temporales son especialmente útiles tanto en puzles como en combates.

Pero no todo baila al ritmo de la historia en Prince of Persia: The Lost Crown, sino que la jugabilidad también adquiere una nota especialmente dominante una vez se supera el tutorial inicial. Aquí es donde el título adquiere esa influencia de grandes metroidvania, construyendo un mapa que bebe directamente de la técnica del backtracking, colocando elementos en el entorno que puedes observar constantemente mientras piensas que podrás utilizarlos en otro momento cuando vuelvas a pasar por ese punto. Y así sucede, ya que la propuesta te invita a conseguir diferentes objetos y habilidades como un arco o el dash aéreo para poder avanzar hacia los puntos principales de la aventura de Sargon.

Con ello, el dinamismo es constante a nivel jugable, permitiendo al jugador ir aprendiendo de todo lo relativo a la exploración y el combate, mediante la apertura de nuevas salas, el cierre de otras y algún que otro secreto que permanece oculto en los diferentes escenarios que se van abriendo paso en el desdibujado mapa. Como teníamos tiempo limitado para poder superar esta demostración inicial, no tuve tiempo de explorar todo lo que me hubiera gustado, pero en los momentos en los que me desvié del camino inicial y pude visualizar algunas zonas que se vislumbraban en el mapa, me ofreció la sensación de que hay muchas vías posibles para alcanzar caminos secundarios en Prince of Persia: The Lost Crown y eso es una excelente noticia para los amantes del metroidvania.

La movilidad por el entorno ha de ser muy precisa para conseguir superar el objetivo.

Además, las habilidades conjugan a la perfección con la temática de la saga, por lo que Prince of Persia: The Lost Crown basa sus mecánicas principales en la manipulación del espacio-tiempo, aunque tengo la ligera sensación de que lo que nos permitieron ver es solo una pequeña porción de lo mucho que evolucionará esta mecánica a lo largo de todo el juego. En resumidas cuentas, solo pude tener acceso a dos habilidades que ya he mencionado anteriormente: el arco, que permite activar ciertos mecanismos a distancia, y el dash aéroe, para alcanzar lugares más lejanos y transportarse por diferentes zonas, algo que también es útil en combate.

Puzles demenciales que te obligarán a pensar en más de una ocasión

Hay algunos puzles que requieren de más de una pensada para solucionarse.

A pesar de que no son muchas habilidades, he de decir que Prince of Persia: The Lost Crown me ha impresionado por su construcción de niveles y, especialmente, de sus puzles. Sabe sacarle un gran partido a las posibilidades que ofrece para construir rompecabezas que te puedan obligar a pensar durante algunos minutos. En mi caso tuve que solicitar ayuda al miembro de Ubisoft que me acompañba durante la partida porque fui incapaz de resolver uno de los puzles que se planteaba en el terreno. No sé si es que voy perdiendo facultades con el paso del tiempo o que el planteamiento del mismo no era el más acertado, pero fui incapaz de ver la solución hasta que me la reveló el miembro de la compañía francesa.

Esto es un arma de doble filo, ya que los rompecabezas son una pieza distintiva del género metroidvania y también han protagonizado grandes momentos en la saga Prince of Persia, pero esos problemas que experimenté para encontrar la solución en ese puzle concreto me hacen meditar sobre si sucederán situaciones similares más adelante y si puede ser un error de planteamiento. No obstante, creo que es un acierto que se obligue al jugador a buscar soluciones menos obvias para conseguir extraer todo el potencial de las habilidades que se van adquiriendo con el paso de las horas. Salvo ese suceso en concreto, lo cierto es que la experiencia global fue especialmente satisfactoria.

Prince of Persia: The Lost Crown también ofrece momentos de plataformeo extremo.

Si bien Prince of Persia: The Lost Crown no adolece de un problema de construcción de niveles, ya que la gran mayoría son muy variados y ofrecen diversas posibilidades, sí que he apreciado que hay ciertas salas algo vacías y que no aportan nada realmente, suponiendo una especie de tránsito entre zonas. No es algo que moleste en exceso, pero puede ser un elemento a tener en cuenta en el resultado global del juego. Sin embargo, la estructura general del mapa, repito: sin haberlo podido explorar con la profundidad que requiere, apunta a er especialmente rico en cuanto a entorno y sus posibilidades.

Durante el transcurso de estas tres primeras horas de juego, además, también pude descubrir los puntos de reaparición, los árboles a través de los cuales se recargan los frascos de energía y se pueden mejorar las habilidades o equipar amuletos que mejores algunas características de Sargon. Un Sargon al que, por cierto, es una absoluta delicia controlar, ya que cuenta con un manejo muy ágil y cuidado para que cada movimiento sea lo más preciso posible, ya que es una de las claves de las sesiones de plataformeo que se pueden disfrutar en Prince of Persia: The Lost Crown.

Combate exigente, aunque sin ser potencialmente injusto

El combate es muy ágil y cómodo, con grandes dosis de acción.

Pero vamos con la piedra angular de este proyecto para rescatar a una de las sagas perdidas del mundo de los videojuegos. Porque, ¿qué sería de una propuesta con tintes de metroidvania sin unas buenas bases en su combate? Pues bien, Prince of Persia: The Lost Crown ofrece una experiencia algo más modesta que los grandes del género, cercana a un público meno habituado a la dinámica habitual del metroidvania, pero con momentos de alta complejidad y dificultad. Desde luego, no te vas a dar un paseo por los parajes de la mitología persa, sino que vas a tener que sudar de lo lindo para alcanzar la gloria.

De este modo, Prince of Persia: The Lost Crown no se complica en exceso y pone a disposición del jugador una espada -más tarde el arco también se une en combate- mediante la cual se puede realizar un ataque simple, con diferentes combos y un ataque cargado. Por supuesto, la técnica de bloqueo y, a su vez, del parry está muy presente y resulta fundamental para obtener la victoria en los combates más exigentes del título. De hecho, durante estas tres primeras horas tuve la ocasión de enfrentarme a un "gran jefe", como lo denominó mi compañero de aventuras en esta demostración y no le faltaba razón.

Prince of Persia: The Lost Crown cuenta con grandes jefes que son un auténtico reto.

Y este es precisamente el tipo de batalla que se espera de un juego de este estilo: de esas que te hacen maldecir por lo bajo mientras el jefe te sorprende con diferentes patrones de movimientos, algunos que solo se pueden esquivar, otros que te obligan a usar parry y esa capacidad de demostrar tu habilidad para conseguir evitar cualquier acometida. Algo que, por cierto, Prince of Persia: The Lost Crown premia, ya que permite activar habilidades especiales cuando se recarga una barra de energía por tu buen hacer durante la batalla. Esto es, golpear con eficacia a los enemigos o esquivar sus acometidas y realizar parrys perfectos. Todo acierto cuenta.

Volviendo a nuestro amigo el gran jefe, una vez piensas que les has cogido el tranquillo a su patrón de movimientos inicial, inicia una segunda fase que te obliga a estar permanentemente pendiente del entorno de batalla, ya que puede provocar veneno en el mismo y, además, genera una nube de energía capaz de lanzarte rayos sin permaneces mucho tiempo en el mismo lugar. De este modo, la agilidad y gracilidad del combate te invita a estar en constante movimiento, aprovechando tus ocasiones para golpear y haciendo uso de tus mejores dotes para esquivar todo los ataques que se cruzan contra ti. Un deleite para todos los sentidos que me dejó con ganas de más.

Un retorno con grandes sensaciones

De hecho, esa son las sensaciones generales de Prince of Persia: The Lost Crown: dejarte con ganas de más. Durante estas tres horas de juego he conseguido experimetar mucho sentimientos encontrados, pero todo apunta a que Ubisoft ha encontrado la buena senda para que el regreso de la saga Prince of Persia pise en terreno sólido. No se puede esperar menos de los responsables que crearon una auténtica obra maestra como Rayman Legends, por lo que la confianza en el equipo de Ubisoft Montpellier es plena. Las primeras horas han resultado satisfactorias, por lo que solo queda aguardar a que llegue el resultado final para saber si Prince of Persia: The Lost Crown consigue colarse entre los grandes del género metroidvania.