Análisis de Shadow Labyrinth - Pac-Man sale del laberinto y se mueve en terreno plano

El 45 aniversario de Pac-Man ha llegado con una gran sorpresa que muy pocos esperaban. Uno de los personajes más icónicos del sector del videojuego vuelve a dar una vuelta de tuerca para apostar por un género totalmente diferente. Con Shadow Labyrinth, Pac-Man escapa de los laberintos de sus orígenes y también se aleja de las plataformas para pasar a formar parte de uno de los mercados en auge en el sector: el metroidvania. Teniendo en cuenta la alta demanda que hay en este aspecto y el número de contendientes con gran calidad, era una apuesta arriesgada por parte de Bandai Namco.

Durante los últimos días me he adentrado de lleno en la propuesta de Shadow Labyrinth y lo cierto es que no me ha dejado sensaciones espectaculares. Es un título aceptable, que cumple con lo que propone, pero al que le cuesta explotar sus virtudes y que se pierde en el laberinto de sus propias ideas. Mezclar la propuesta con el episodio de Secret Levels, la serie de Amazon Prime Video, es un gran acierto, pero la puesta a punto puede perderse entre todos los contendientes del género, por lo que no parece un título que vaya a pasar a la historia. Te lo cuento todo en el análisis completo de Shadow Labyrinth.

• Shadow Labyrinth: precio, plataformas y dónde comprar
• Un Pac-Man oscuro que no termina de brillar
  • Una apuesta arriesgada hacia el metroidvania, con luces y sombras
  • Laberintos, puzles y muchos desafíos
  • Discreto en lo técnico y lo sonoro
• Valoración final de Shadow Labyrinth

Shadow Labyrinth: precio, plataformas y dónde comprar

Shadow Labyrinth es el nuevo juego de la franquicia Pac-Man que adopta el género metroidvania, uno de los más populares del sector del videojuego en la actualidad. Con su lanzamiento el 18 de julio de 2025, se trata de un título lanzado en PS5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch 2, Nintendo Switch y PC. Desarrollado por Bandai Namco, se trata de uno los videojuegos más interesantes del catálogo de 2025 y en relación a sus idiomas, dispone de textos en español, ya que no hay voces como tal.

Un Pac-Man oscuro que no termina de brillar

Shadow Labyrinth es, sin duda, una de las apuestas más audaces de Bandai Namco en los últimos años. Transformar a Pac-Man, el icono arcade por excelencia, en un metroidvania de ciencia ficción con un tono oscuro y una narrativa críptica es una idea que, sobre el papel, suena fascinante. La premisa nos pone en la piel del Espadachín Nº 8, un guerrero misterioso acompañado por PUCK, un orbe flotante que evoca al clásico comecocos, pero con un aire mucho más siniestro. Juntos, exploramos un planeta laberíntico lleno de enemigos biomecánicos, puzzles y secretos, con la promesa de convertirnos de presa a depredador.

Bandai Namco ha decidido tomar a uno de los personajes más reconocibles de la historia de los videojuegos y colocarlo en un contexto completamente ajeno a su esencia original. En lugar de perseguir fantasmas en laberintos bidimensionales, nos encontramos en un metroidvania con una estética cyberpunk y un trasfondo narrativo que recuerda más a Blasphemous o Dead Cells que al alegre y colorido mundo de Pac-Man. La conexión con el episodio “Circle” de Secret Level añade un toque intrigante, ya que el juego forma parte de un universo compartido con referencias a otros clásicos de Bandai Namco, como Galaga o Dig Dug.

Como metroidvania, el juego cumple, aunque tarda en explotar sus virtudes.

Sin embargo, esta ambición no siempre se traduce en una ejecución impecable. Aunque la idea de un Pac-Man oscuro es fascinante, el juego lucha por encontrar su lugar en un género tan competitivo. Títulos como Hollow Knight, Metroid Dread o Ori and the Will of the Wisps han establecido un estándar altísimo, y Shadow Labyrinth no logra alcanzar esas cotas de excelencia. A continuación, desglosamos los aspectos clave del juego para entender sus fortalezas y debilidades.

Una apuesta arriesgada hacia el metroidvania, con luces y sombras

El combate y el plataformeo no destacan en exceso.

Como buen metroidvania, Shadow Labyrinth se basa en la exploración no lineal de un mundo interconectado. El mapa está diseñado con una estructura clásica: áreas bloqueadas que se desbloquean al obtener nuevas habilidades, caminos secretos que recompensan la curiosidad y un sistema de backtracking que invita a revisitar zonas anteriores. El planeta alienígena donde se desarrolla la aventura está lleno de corredores, cámaras y trampas, con un diseño que, aunque no es tan intrincado como el de Hollow Knight, cumple con lo esperado en el género.

Uno de los elementos más interesantes es la inclusión de “The Maze”, secciones que rinden homenaje al Pac-Man original. En estas áreas, controlamos a PUCK, el orbe flotante, en laberintos bidimensionales donde debemos recolectar orbes mientras evitamos enemigos. Estas secciones son un guiño nostálgico que funciona bien como respiro entre la exploración y los combates, pero no están tan integradas como deberían. A veces, se sienten como un añadido forzado que rompe el ritmo del juego, especialmente cuando la transición entre el metroidvania y estas fases arcade no es fluida.

Por su parte, el combate en Shadow Labyrinth es funcional, pero no memorable. El Espadachín Nº 8 cuenta con un repertorio de movimientos que incluye ataques con espada, esquivas, paradas y habilidades especiales desbloqueables, como un gancho para alcanzar plataformas lejanas o un ataque cargado. Los controles son precisos en su mayoría, pero hay cierta rigidez en las animaciones, especialmente en las secciones de plataformas, donde los saltos requieren una precisión que el juego no siempre facilita. Esto puede generar momentos de frustración, especialmente en áreas con enemigos voladores o trampas que exigen reflejos rápidos.

La transformación en GAIA es uno de los elementos más espectaculares.

Uno de los puntos más destacados es la transformación en GAIA, un mecha gigante que permite a PUCK arrasar con enemigos y obstáculos. Estas secciones son espectaculares y añaden variedad al combate, recordando a los momentos más épicos de Metroid cuando Samus desata todo su arsenal. Sin embargo, estas transformaciones son escasas y no se aprovechan lo suficiente, dejando al jugador con ganas de más momentos de acción desenfrenada.

Laberintos, puzles y muchos desafíos

Los desafíos y puzles son un gran aliciente para el juego.

Los puzzles ambientales son uno de los puntos fuertes de Shadow Labyrinth. Desde activar interruptores en el orden correcto hasta manipular plataformas móviles, los acertijos están bien diseñados y ofrecen un buen equilibrio entre exploración y lógica. Algunos requieren combinar las habilidades del Espadachín Nº 8 y PUCK, como usar el orbe flotante para activar mecanismos a distancia mientras el guerrero resuelve otro desafío en paralelo. Aunque no alcanzan la complejidad de los mejores exponentes del género, son lo suficientemente variados como para mantener el interés.

Los combates contra jefes, por su parte, son un apartado desigual. Algunos enfrentamientos son memorables, con patrones de ataque que exigen aprender y adaptarse, como un coloso biomecánico que combina ataques a distancia con embestidas devastadoras. Sin embargo, la detección de impactos a veces es imprecisa, lo que puede hacer que los combates se sientan injustos. Además, la dificultad no está bien equilibrada: algunos jefes son demasiado fáciles, mientras que otros presentan picos de dificultad que pueden desanimar a jugadores menos experimentados.

Discreto en lo técnico y lo sonoro

A nivel técnico, Shadow Labyrinth no brilla en exceso.

El apartado visual de Shadow Labyrinth es uno de los aspectos más polarizantes. La dirección de arte apuesta por un estilo oscuro con tonos apagados y toques de neón, reminiscente de títulos como Axiom Verge o Dead Cells. Los escenarios, que combinan elementos orgánicos y mecánicos, tienen un cierto encanto, pero carecen de variedad. Muchas áreas se sienten similares, con pasillos y cámaras que se repiten, lo que resta personalidad al mundo. Además, los gráficos, aunque estilizados, parecen más propios de un indie de la era de Xbox 360 que de un título de 2025, especialmente en consolas de nueva generación como PS5 o la Nintendo Switch 2.

En la versión analizada (PS5), el rendimiento es sólido, con 60 FPS estables y tiempos de carga rápidos. Sin embargo, algunos efectos visuales, como las animaciones de los enemigos o las transiciones entre áreas, se sienten poco pulidas. Los diseños de los jefes, por otro lado, son un punto destacado, with criaturas imponentes que transmiten una sensación de amenaza.

Los momentos clásicos de Pac-Man son todo un acierto.

La banda sonora de Shadow Labyrinth acompaña bien la atmósfera, con melodías electrónicas y ambientales que refuerzan el tono de ciencia ficción. Algunas pistas, especialmente durante los combates contra jefes, logran elevar la tensión, pero en general, la música no es especialmente memorable. Los efectos de sonido son correctos, con un guiño nostálgico al Pac-Man original en las secciones de “The Maze”, pero no destacan especialmente.

Valoración final de Shadow Labyrinth

Shadow Labyrinth es un experimento valiente que demuestra que Pac-Man puede adaptarse a nuevos géneros, pero no logra destacar en un mercado saturado de metroidvanias excepcionales. La reinvención del comecocos como un guerrero en un universo oscuro es una idea fascinante, y elementos como los puzzles ambientales o la transformación en GAIA aportan momentos de diversión. Sin embargo, la narrativa confusa, los gráficos poco inspirados y los controles algo rígidos impiden que el juego alcance su máximo potencial.

Es un título que los fans del género pueden disfrutar, especialmente si buscan algo diferente, pero sus carencias en pulido, narrativa y originalidad lo dejan como una experiencia correcta, sin más. Tiene cierto encanto y potencial para convertirse en un juego de culto, pero está lejos de ser un referente. Si Bandai Namco decide continuar explorando esta vertiente, una secuela con más recursos y un enfoque más refinado podría ser un gran acierto.