5 minutos en escena fue todo lo que necesitó esta actriz para ganar el Oscar
Una actuación de 5 minutos y 2 segundos tiene el récord del papel más corto en ganar un Premio de la Academia

Existen películas que rompen los esquemas, bien sea a través de su historia o de logros que marcan la industria cinematográfica, este es el caso de Network, un mundo implacable. Dirigida por Sidney Lumet, el film no solo tiene el récord conjunto de más Premios Oscar otorgados a una misma producción, es una de las pocas producciones que ha logrado la hazaña de estar nominada en todas las categorías de actuación y marcó un hito como la primera vez en la que la Academia otorgó un premio póstumo, sino que también presume de tener la actuación más corta en llevarse la codiciada estatuilla dorada.
Teniendo en cuenta la calidad del elenco elegido, Network estaba destinada a ser recordada entre las películas más aclamadas de la década de los 70, de hecho debería estar entre las mejores películas de drama de HBO. Sin embargo, pocos esperaban que las actuaciones de sus protagonistas se convertirían en ejemplo para las futuras generaciones.
Uno de los monólogos más apasionados del mundo del cine

No hacen falta horas para conectar con el público y sus emociones
En 1976, y encarnando el papel de Louise Schumacher, Beatrice Straight ganó un Oscar gracias a una actuación de solo 5 minutos en la categoría Mejor Actriz de reparto, de esta manera, su interpretación ostenta la distinción de ser la más corta en llevarse el reconocimiento.
La hazaña de Straight demuestra el impacto que puede generar cualquier personaje siempre que exista auténtico talento, incluso si se trata de uno secundario cuya aparición puede perderse en un simple parpadeo. En una historia como la que plantea Network, Louise Schumacher pudo haber sido una presencia menor. Sin embargo, el monólogo a mitad de película de esta infortunada ama de casa, es la aparición que define la película.
Después de enterarse de la infidelidad de su marido con el que ha estado casada durante veinticinco años, bastan 5 minutos para expresar la amargura que el personaje guarda en su interior.
Asimismo, el apasionado monólogo es la crítica directa a la superficialidad e hipocresía que impera en el mundo de la televisión, una actuación que solo puede definirse como poderosa, convincente y capaz de imponerse frente a la experiencia de Faye Dunaway, Lily Tomlin y Lee Grant, las grandes figuras con las que la actriz compartió la categoría.
Beatrice Straight protagoniza una de las escenas más poderosas
El monólogo de Louise Schumacher dice mucho respecto a la actuación de Straight, de hecho, justifica las razones por las que consiguió ganar un Premio de la Academia a pesar de su corta actuación.
Las primeras apariciones del personaje no son más que un par de cameos que llevan a asumir que se trata de un papel completamente irrelevante, sin duda, un subterfugio inteligente de Lumet a través del cual da a conocer la clase de matrimonio que tienen ella y Max, una relación que si bien pudo haber sido cálida y apasionada, quedó apaciguada ante la llegada de una joven y ardiente tercera persona.
El código moral de Max lo lleva a confesar los pecados cometidos durante su aventura. Aunque Louise parece tomarlo de la mejor forma posible en estos casos, en los siguientes cuatro minutos, Straight ofrece una de las representaciones más desgarradoras de una ruptura matrimonial. Sin precedentes, esta escena es el inicio de un despliegue de emociones que se pasean entre el odio y el intento de negar la realidad.
En este mínimo espacio de tiempo queda minado el deseo de seguir luchando, cada segundo demuestra tanto el talento de la actriz, como las habilidades lingüísticas de Paddy Chayefsky para construir una escena compleja, y sustancialmente exagerada, a utilizando líneas que esconden dolor en su máxima expresión, incluso cuando suenan hermosas.
El punto de inflexión en la historia de Network, un mundo implacable

Network es una obra de arte con actores estelares
El poder de las palabras pronunciadas por Straight convierten a Louise en la protagonista de la película. Sin complicaciones, la actriz consigue proyectar cada emoción que genera la confesión de Max mediante expresiones faciales dignas de alabar.
El primer plano de la escena muestra los ojos húmedos ante la amenaza latente de las lágrimas que quieren empezar a fluir. Solo con su rostro, vende el dolor antes de articular sonido alguno. Por otra parte, está su repentino ceño fruncido que denota la rabia que experimenta ante el egoísta acto de infidelidad.
En definitiva, aunque Straight era una actriz relativamente desconocida y su triunfo fue una sorpresa para muchos, su memorable actuación de 5 minutos en pantalla fue suficiente para llevarse a casa el premio más importante del séptimo arte. Su historia supone una prueba de que los reconocimientos no están vinculados al tiempo que los actores aparecen en pantalla, ni a la cantidad de escenas, sino al talento y la dedicación.
En pocos minutos, la actriz tuvo la capacidad de regalar un personaje complejo y memorable, que demuestra lo poco que importa el tamaño del papel y sirve de inspiración para quienes aspiran a ganar un Oscar. Sin duda, estos premios están cargados de datos muy usuales, experiencias únicas o acontecimientos relevantes, como esa vez cuando un anime fue ganador del Premio de la Academia.