80 años para nada: la historia de John Carter, la película que Disney quiere olvidar (y con razón)

Disney se caracteriza por ofrecer al público películas fascinantes y taquilleras. Sin embargo, algunas merecen ser olvidadas, John Carter es una de ellas

80 años para nada: la historia de John Carter, la película que Disney quiere olvidar (y con razón)
Después de años intentando llegar a la pantalla, nada valió la pena
Publicado en Cine

Aunque el avance de la tecnología supone la oportunidad de desarrollar casi cualquier escenario, el nivel de complejidad de algunas películas alarga la producción y, en el peor de los casos, impide su llegada a la pantalla grande. Estas barreras son bastante comunes dentro del género de la ciencia ficción, ya que implica imaginar mundos y personajes con características muy especiales, además de cumplir con las exigencias de los autores o creadores y encantar al espectador, John Carter no cumplió con el objetivo.

Materializar escenas que solo existen en el imaginario de sus autores o están plasmadas en libros no es tarea sencilla. Así queda demostrado con El Señor de los Anillos, un film que tuvo varias versiones antes de encontrar la propuesta necesaria para recibir la aprobación de J.R.R. Tolkien.

John Carter solo fue una gran expectativa

John Carter

Las cosas para John Carter no pintaban bien desde un principio

Si bien la franquicia más querida de todos los tiempos tenía muy buenas expectativas en torno al estreno de John Carter en 2012, la película se convirtió en uno de los peores fracasos de la historia.

De acuerdo a lo publicado en los medios, representó la pérdida de 200 millones de dólares para Disney. A diferencia de otras producciones la debacle no estuvo ligado a los clásicos incidentes de drogas o luchas de ego entre los actores, por el contrario, el fracaso se vincula al excesivo respeto que el estudio mostró al director y la inexperiencia de algunos ejecutivos.

Los problemas comenzaron desde el concepto

Jonh Carter es un personaje creado por Edgar Rice Burroughs, el mismo que dio vida a Tarzán, una de las mejores películas de Disney. Después de renacer en Marte, este soldado confederado se ve involucrado en el combate entre dos razas que luchan por controlar el planeta, durante el proceso, se enamora de una princesa marciana. La primera entrega de la historia se publicó en 1912 y ha servido de influencia a las principales sagas fantásticas del género ficción, incluyendo Star Wars y Avatar.

En este sentido, el problema no radica en el argumento, sino en el mal manejo del concepto. Básicamente, el estudio dio por sentado el éxito de la película, de hecho, estaban programadas las siguientes dos entregas.

De esta forma, John Carter recibió la dedicación y los recursos del estudio pasando por alto una realidad inminente: era un nombre prácticamente desconocido para la audiencia.

Toneladas de proyectos fallidos

Aunque las aventuras de John Carter tienen lo suficiente para convertirse en una saga intergaláctica de élite, su historia estuvo deambulando desde los años treinta por los despachos de los directores de Hollywood, que terminaba escogiendo producciones con mayores probabilidades de éxito.

Una vez que Andrew Stanton asumió el desafío, el siguiente paso fue mucho más sencillo: la elección de los protagonistas. De acuerdo a la producción, Taylor Kitsch tenía lo necesario para encarnar a Carter, por ello, no titubearon en elegir al actor y modelo como la representación física de Stanton.

Después comenzaron los problemas

John Carter

Solucionar un problema implicaba la aparición de 2 más

Si bien el equipo estaba perfectamente conformado, el proyecto presentó problemas desde el inicio del rodaje, la elección del título fue uno de los principales. La primera entrega de la serie literaria se titula “Una princesa de Marte”, pero su protagonista aseguró apelar a la lógica implicaría renunciar al interés de los chicos.

John Carter of Mars, era la siguiente opción. Sin embargo, ya existían varios films que incluían la palabra “Marte”. La decisión de escoger simplemente John Carter estuvo a cargo de Carney después de reunirse con Sataton y Chabon.

Durante una entrevista posterior al lanzamiento, el guionista confesó: “Ese fue el primer momento en el que pensé que teníamos problemas. Desde esa reunión hasta que la película salió a la luz, no hubo nada bueno”.

Teniendo en cuenta los resultados, la frase “nada bueno” se quedó corta. A partir de ese momento, vino un despliegue de decisiones erróneas encabezadas por la negativa de Stanton de no incluir en el teaser de la película sus anteriores éxitos en Pixar, desde su punto de vista, esto indicaría que el film estaba destinado al público infantil

Un rotundo fracaso

El día del estreno mundial, los únicos que desconocían el fracaso del film eran los protagonistas. El problema no era su desempeño, ni el desagrado del público, sencillamente, no despertó el interés de nadie.

Las cifras hablaron por sí solas, durante el primer fin de semana después de su estreno, apenas consiguió recaudar 30 millones de dólares, algo inaceptable considerando que su presupuesto alcanzó los 250 millones.

En definitiva, John Carter demuestra que nada está garantizado, en el mundo del cine, el éxito es el resultado de una fórmula integral en la que cada detalle cuenta.

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