Esta película es una mezcla única de terror, comedia y comentario social, combinado con zombis

Andrew Carrie es el autor de una de las historias de zombi más peculiares del mundo del cine

Esta película es una mezcla única de terror, comedia y comentario social, combinado con zombis
Una película divertida y también con crítica social
Publicado en Cine

En 2007, Andrew Currie llevó a la pantalla uno de los proyectos más ambiciosos de su carrera. Ambientada en una realidad distópica, Fido puede catalogarse como una impecable comedia de terror satírica. Sin embargo, esta historia es mucho más que eso. Por un lado, tenemos el argumento que la convierten en una de las películas de zombis más dulces de todos los tiempos, por el otro, la dosis perfecta de ironía para camuflar un comentario sangriento respecto al consumismo, el uso de las armas, la sobreexplotación laboral y la familia nuclear, entre otros valores que distinguen a la cultura norteamericana.

A diferencia de lo que ofrecen los mejores animes de zombis, Fido es una especie de combinación exacta entre la dulzura de Lassie (1954) y el horror de La noche de los muertos vivientes (1968), con un toque de comedia. Si bien no llegó a alcanzar el medio millón de dólares de recaudación en taquilla, su impacto no está vinculado al éxito monetario, sino a la exposición clara de la manera en la que los estadounidenses mercantilizan cualquier cosa, incluso los no muertos.

¿De qué trata Fido?

Fido_ nos traslada a la década de 1950, específicamente la ciudad ficticia de Willard. La historia sigue a la familia Robinson, cuyas vidas dan un giro radical después que las partículas espaciales de una nube radioactiva envuelve la tierra y reanima los cadáveres.

Frente a este escenario, la omnipresente corporación ZomCon se levanta como entidad pseudo

Andrew Carrie es el autor de una de las historias de zombi más peculiares del mundo del cine

Gracias a su collar, esta familia tiene a un nuevo integrante en su familia

gubernamental, a fin de recuperar el control una vez que acaba la guerra. Para contener a los zombis y prevenir nuevos brotes, desarrollan el Collar de Domesticación, que, como lo indica su nombre, elimina el apetito de las criaturas y las convierte en una especie de combinación entre un sirviente contratado y el mejor amigo del hombre.

Gracias a ellos, los zombis pasan de ser bestias sedientas de carne humana, a empleados domésticos, paseadores de perros, amas de llaves, porteros e incluso, lecheros y paisajistas.

De esta forma, Bill, Helen y el pequeño Timmy reciben a su primer zombi, el cual por petición del niño, los Robinson deciden llamarlo Fido. Sin saberlo, la llegada de este nuevo integrante está a punto de cambiar la vida de todos.

Una historia de amor que esconde un mensaje social

Como consecuencia de la Guerra de Zombies, Bill no solo desarrolló un temor extremo hacia estas criaturas, también sufre de problemas de intimidad y es completamente negligente hacia su esposa e hijo, desde la perspectiva emocional.

En este sentido, Fido se encarga de llenar los vacíos emocionales de la familia, al punto de ser visto como un integrante más frente a los ojos de Helen y Timmy, lo que causa horror en el patriarca de la casa. El amor que recibe se convierte en lealtad hacia sus dueños, por ello, cuando unos matones desactivan su collar, demuestra el poder de la crianza versus la naturaleza, en lugar de atacar, sale en busca de ayuda.

Apartando el contexto sentimental, la idea de ZomCon supone una muestra clara de lo que es una entidad gubernamental feudal plutocrática. A través de ella, la historia se convierte en una crítica evidente al consumismo desenfrenado y el capitalismo, solo que lo hace desde un enfoque sutil, disfrazado entre sustos por doquier, sangre, humor y, sobre todo, la dinámica familiar entre el zombi y el niño.

Fido invita a la reflexión

Fido

Esta película también cuenta con una crítica social muy importante

Andrew Carrie fue lo suficientemente inteligente para crear una película que resume la iconografía americana clásica. En primer lugar, tenemos a zombis domesticados y tratados como mascotas, lo que deja hace alusión al sentimiento de despojo de la autonomía que siente la mano de obra subcontratada.

Asimismo, el humor pasa a ser el instrumento del cineasta para exponer y criticar los defectos de la cultura norteamericana, abordando temas que van desde su escandalosa historia con la raza y la segregación, hasta la presión social de quienes desean “encajar” y el clasismo.

En definitiva, a través de una sátira jocosa, y algo sangrienta, Fido puede colarse entre las películas que esconden una crítica social. De forma audaz, el director utiliza el humor y las relaciones conmovedoras para enjuiciar los valores estadounidenses. Sin complicaciones, la comedia y el terror enmarcan un comentario social que rompe los esquemas del género.

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