La naranja mecánica es una película completamente malinterpretada, según el actor Malcolm McDowell
De acuerdo al actor británico, no todos comprendieron el mensaje que esconde este clásico de los años setenta

En 1971, Stanley Kubrick llevó a la pantalla una producción bastante controversial –aunque en el futuro rechazaría una película por ser demasiado angustiante y controversial, también–e incluso, un poco satanizada debido a su nivel de violencia. Sin embargo, de acuerdo con la opinión de su protagonista, Malcolm McDowell, el problema no radica en el contenido, sino en la interpretación que recibió, ya desde su perspectiva las escenas de agresión son tan exageradas, que no debería haberse tomado en serio como lo hicieron.
¿De qué trata La naranja mecánica?
La historia gira en torno a un joven rebelde carente de moral y líder de una pandilla callejera denominada los Droogs. Interpretado por Malcolm McDowell, Alex DeLarge es un delincuente de 15 años, que no conoce límites al momento de saciar sus apetitos sanguinarios. Consumido entre las drogas y el sexo, el chico no asiste a la escuela e invierte el tiempo guiando a su grupo en brutales desventuras.
El motivo que mueve a Alex es su capacidad de destruir al mundo, junto al resto de los Droogs se enfrenta a otros pandilleros, atacan a las personas desvalidas y hasta invaden los hogares de la ciudad para cometer agresiones sexuales.
El argumento presenta a un personaje caótico, una mente sumergida en un laberinto de depravación y que pierde el control al ritmo de la Novena Sinfonía de Beethoven. Al escuchar esta pieza musical, en su imaginación, Alex puede sentirse como un vampiro alegre, mientras que cuando lee el Nuevo Testamento, siente una especie de afinidad con los soldados romanos que se encargaron de torturar a Cristo.
Opiniones encontradas

La ultraviolencia no es la esencia de La naranja mecánica
Desde su estreno, La naranja mecánica ha generado diferentes opiniones, incluso dentro de la propia crítica especializada. Mientras algunos críticos aseguran que Kubrick aboga por la violencia al presentar a un chico de personalidad lo suficientemente brillante y divertida como para generar empatía, para otros, la producción es trágica y demasiado brutal. Si bien la actuación de McDowell y la construcción del argumento le confieren atractivo a Alex, está lejos de ser el clásico adolescente jovial y carismático.
En este sentido, el actor británico considera que la producción ha recibido una interpretación errónea. Efectivamente, La naranja mecánica es en verdad violenta, sin embargo, se trata de un tipo de violencia satírico e irreal, por lo que debería haber generado risas, y escandalizado menos.
Respuestas inesperadas
Durante la entrevista conferida al ScreenRant en 2021, McDowell confesó haberse sorprendido con la reacción de los espectadores. Desde su punto de vista, pocos entendieron que elevar el nivel de violencia al extremo, fue una forma de dar entender que se trata de una historia completamente satírica, no hay secuencias en cámara lenta o cuerpos explotados que hagan intolerable la experiencia.
Sin duda, su opinión se encuentra sustentada en que es necesario tener en cuenta el contexto de la película antes de emitir un juicio. El actor enfatizó que más que psicológica, la producción es violenta desde una perspectiva artificial, por lo que puede fácilmente ser considerada una comedia slapstick, con un toque especial de agresión y tocando el tema de la depravación moral.
La publicidad tiene mucho que ver en la reacción del público

Estos villanos no son como el resto
Asimismo, recalcó lo que sucede con los villanos del mundo del cine, los cuales al alcanzar la popularidad, pasan a ser íconos de la moda, quedando en el olvido las acciones realizadas en su mundo ficticio. Un ejemplo claro de ello es Darth Vader, resulta sencillo encontrar muñecos de acción y peluches de este personaje en Disneyland, ignorando que hablamos de una mente maquiavélica que utilizó la Estrella de la Muerte para aniquilar a millones de personas.
Probablemente, la negativa de MacDowell de venderse influyó en la receptividad de la audiencia y de la crítica especializada. En su momento, el actor rechazó una oferta millonaria por no querer realizar un anuncio de leche como el personaje.
Aunque no existe una versión oficial al respecto, estaba latente la posibilidad de asociar a Alex DeLarge con la empresa láctea, ya que en la película el chico bebe leche, solo que lo hace combinada con drogas que lo impulsan a llevar a cabo sus peores actos violentos.