La peculiar condición de Gene Wilder para interpretar a Willy Wonka

La versión de Willy Wonka de Gene Wilder dejó una huella imborrable en la historia del cine, parte de ello se debe a un requisito que cambió la película

La peculiar condición de Gene Wilder para interpretar a Willy Wonka
Un personaje tan peculiar como Wonka necesitaba de una condición igual de peculiar
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Es poco probable encontrar un verdadero cinéfilo que no conozca el billete dorado de la fábrica de chocolate de Willy Wonka, indiscutiblemente, uno de los elementos de utilería más emblemáticos de la industria del cine. Asimismo, que no tenga dudas respecto a cuál de los tres actores que han asumido el personaje del excéntrico chocolatero, ha dado la mejor interpretación. Sin embargo, siendo justos, Gene Wilder allanó el camino gracias a un golpe de genialidad que dejó una huella imborrable.

En 1971, Mel Stuart llevó a la pantalla una comedia musical e infantil perfecta para disfrutar en familia. Sin complicaciones, Un mundo de fantasía se convirtió en un éxito rotundo. De esta manera, pocas personas llegaron a imaginar que la producción estuvo a punto de tener otro protagonista debido a las exigencias impuestas por Gene Wilder.

La primera aparición de Willy Wonka tenía que ser memorable

Gene Wilder 2

Willy Wonka no podía ser un personaje cualquiera

A lo largo de su carrera, Wilder demostró tanto un gran talento y versatilidad, como una indudable creatividad e ingenio al momento de dar vida a sus personajes. De esta manera, cuando recibió la propuesta de encarnar al chocolatero, impuso una condición para aceptar el papel: debía ser un personaje enigmático, impredecible y ligeramente peligroso. Esta es la razón por la que existe una teoría oscura sobre Willy Wonka.

Aunque la petición sorprendió a los productores, no tardaron en estar de acuerdo y aceptarla. De esta manera, la visión artística del actor cambió el plan original y con ello, la forma de percibir la historia en general.

Durante una entrevista, Wilder aseguró que la idea original era mostrar al dueño de la fábrica como un hombre lento y frágil. Desde su punto de vista, este tono era una equivocación, por lo que no vaciló en proponer sus propias reglas.

En efecto, esa era la imagen que iba a transmitir el personaje al momento de su entrada mientras descendía lentamente las escaleras. Pero, después de presentarse cojeando apoyado en su bastón, tendría que revelar su picardía y agilidad, diciendo que algo estaba mal con su pierna y realizando una voltereta.

Willy Wonka debía ser un personaje ambiguo

Considerando que la primera aparición del chocolatero es una de las escenas más memorables de la película, la solicitud de Wilder fue más que acertada. El propósito de su condición era simple, desde el inicio, los espectadores se preguntaron si Wonka era un genio excéntrico o un desquiciado. En palabras del mismo actor, nadie sabía si estaba mintiendo o diciendo la verdad.

La ambigüedad supuso un factor clave para la interpretación del papel, ya que transformó a Wonka en un personaje más complejo y fascinante. De hecho, es lo que hoy permite que sea un ícono del cine, capaz de cautivar a las nuevas generaciones.

Dedicación y entrega total

Gene Wilder

Gene Wilder llevó a cabo una de las mejores interpretaciones de la historia

La condición de Wilder no fue su único aporte al proyecto. Como en cada producción, se tomó muy seriamente el papel y sugirió varios de los aspectos que convirtieron a Wonka en un personaje inolvidable. El actor participó en cada fase de su desarrollo, desde el vestuario, hasta la planificación de las escenas de elevación.

El propósito de la escena inicial iba más allá de entretener. Si bien caer, rodar y levantarse haciendo acrobacias puede interpretarse como un intento de darle a Wonka la capacidad de divertir a los pequeños de la casa, lo que en realidad buscaba era engañar al público.

La idea de Wilder siempre fue sembrar en la mente del espectador la duda acerca de la verdadera motivación del personaje, por consecuencia, mantener su atención desde el principio hasta el fin.

En definitiva, aunque Timothée Chalamet lo hizo muy bien en Wonka (2023), la precuela de Charlie y la fábrica de chocolate, y la versión de Johnny Depp no admite críticas, muchos de los que han visto las tres producciones consideran que la interpretación de Wilder ha sido la más icónica de todas.

Y es que, sin duda, esta afirmación tiene mucha verdad, ya que no solo demostró su talento, sino el compromiso hacia la profesión, después de todo, su participación estuvo limitada al cumplimiento de la exigencia que mayor peso tuvo en el éxito alcanzado por Un mundo de fantasía.

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