La surrealista razón por la que Clint Eastwood fruncía el ceño en los western, no es lo que crees

Es posiblemente el gesto más famoso del cine y su origen te sorprenderá

La surrealista razón por la que Clint Eastwood fruncía el ceño en los western, no es lo que crees
Clint Eastwood es uno de los actores y directores más reconocidos
Publicado en Cine
Por por Luis Pérez

Clint Eastwood ha sido uno de los actores más famosos de la historia del cine norteamericano gracias a sus reconocidos papeles en westerns, a pesar de haber tenido buenos papeles en otro tipo de género. Eastwood ascendió el cine de vaqueros a un siguiente plano con sus míticos personajes del oeste, hombres rudos y temidos a los que nadie podía plantarles cara sin salir malherido.

La surrealista razón por la que Clint Eastwood fruncía el ceño en los western, no es lo que crees

Clint Eastwood

Eastwood ha trabajado con los mejores directores, de hecho pudo haber estado en una peli de Hitchcock, pero los primeros éxitos con su personaje "el hombre sin nombre" llegaron en las películas de Sergio Leone. Algunas como Por un puñado de dólares (1964) marcaron su estilo y carrera cinematográfica labrándose un nombre en la industria de la gran pantalla. Con esta saga Leone logró dar un giro de tuerca al clásico spaghetti western creando una nueva variante.

El papel de Eastwood fue clave para el nacimiento de este "nuevo género". Cualquier persona recuerda las míticas escenas de El bueno el feo y el malo (1966) en las que el Hombre sin nombre achicaba los ojos dejando una mirada penetrante. Y es que ese detalle se convirtió en un sello de identidad del actor, que solo necesitaba fruncir el ceño para dejar su huella particular en las escenas. Pues bien, el nacimiento del famoso gesto cuenta con una historia que nada tiene que ver con el rudo personaje.

La surrealista razón por la que Clint Eastwood fruncía el ceño en los western, no es lo que crees

Eastwood destacó por sus westerns

Es posiblemente el gesto más famoso del cine y su origen te sorprenderá

Puede sonar cómico, pero la realidad es que Clint Eastwood era alérgico a los caballos. Las numerosas escena a lomos de su corcel en ocasiones complicaba el rodaje para el actor, que terminó cerrando los ojos en algunas secuencias debido a los síntomas de alergia.

La mueca se convirtió en un momento icónico de las primeras cintas de Eastwood y la estrella de Hollywood aprovechó la coincidencia para apropiarse del gesto como una marca propia. Arrugar el ceño por el abrasante sol y la congestión por la alergia se transformó en una mina de oro para Clin Eastwood que, durante épocas, impresionó a millones de espectadores con la mirada más penetrante de todo el Oeste.

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