Si Longlegs te ha parecido escalofriante, eso es porque no has visto este terrorífico filme japonés

Recientemente, Longlegs, la película de Osgood Perkins, ha sido catalogada como uno de los mejores thrillers psicológicos, siendo incluso comparada con El silencio de los corderos, una muestra aterradoramente melancólica que narra los acontecimientos de una agente del FBI que se embarca en la búsqueda de un asesino en serie con un modus operandi cruel y lleno de misterio.

Los asesinatos son muy similares, y si bien hay marcas satánicas en la pared, no existe ninguna conexión ni evidencia que conecte a las familias, por lo que la agente usa sus habilidades psíquicas –o algo así– y sus tendencias obsesivas para llegar al fondo de esta serie de asesinatos.

Por otro lado, el cineasta japonés Kiyoshi Kurosawa también es excepcional para encontrar la mayor muestra de desolación en lugares cotidianos y rincones extraños de la humanidad, y tiene muchos ejemplos de ello. Pero sin duda, para los amantes de Longlegs, su thriller psicológico de 1997, Cure, brinda una premisa similar e igual o aún más aterradora.

¿De qué trata Cure?

Los asesinatos en Cure siempre son brutalmente violentos, pero pareciese no haber ninguna otra conexión

En este filme, seguimos a un detective de Tokio que investiga una serie de asesinatos violentos, similares a los de Longlegs, los cuales aparentemente no tienen ningún tipo de conexión entre ellos, a excepción del mismo patrón violento.

Mientras la investigación avanza, también se vuelve más intensa. Finalmente, el detective descubre una especie de conexión entre ellos, un maestro manipulador con un semblante decepcionantemente vacío.

Sin duda, si Longlegs nos ha parecido una buena entrega, nuestra siguiente película debe ser Cure, donde veremos una historia igual de interesante, pero con una dosis mucho mayor de perturbación, con implicaciones inquietantes que pueden dejar cicatrices en nuestra mente.

Paralelismos entre sus historias

Japón se ve azotado por una serie de asesinatos donde alguien causa la muerte de forma brutal y espantosa, y donde se observa una herida en forma de X en el cuello y torso de sus víctimas. Los asesinos ante el acto que han cometido, tan natural como cualquier otra cosa, no saben describir las razones por las que lo hicieron.

El único vínculo que emerge es un hombre llamado Mamiya, un sospechoso misterioso que finge amnesia, pero que en realidad se trata de un psicópata brillante con una visión sombría de la humanidad.

Así pues, los trazos generales de esta escalofriante película tienen un gran parecido con Longlegs, pues, en ambas películas seguimos la pista de una serie de muertes violentas desconectadas y cuya única relación es un hombre misterioso.

Cure es aún más aterradora que Longlegs

El asesino de Cure resulta ser un poco más escalofriante

El terror de estas películas no proviene de las muertes violentas o la inquietante figura que conecta los crímenes, sino la cosmovisión de sus antagonistas. Ambos disfrutan de la destrucción humana. Sin embargo, Cure se diferencia por las implicaciones de su asesino.

En Longlegs, el villano tiene una razón para elegir familias aparentemente amorosas y por qué los asesinatos giran en torno al cumpleaños de los niños, donde finalmente termina por regalar perdición. Pero, aquí el terror proviene directamente del poder satánico de Longlegs, pues, la implicación del diablo puede ser aterradora por sí sola.

Por otra parte, en Cure, aunque también hay cierta influencia sobrenatural, hay que dejar esto de lado por un momento y centrarnos en como la interpretación de cómo las acciones de este asesino impactan la naturaleza y la voluntad humana.

En una ocasión, sugiere que el hipnotismo no puede hacer que alguien haga algo que de otra manera no haría. Esto implica que el asesino solo está desbloqueando la oscuridad que ya se encuentra presente en sus víctimas. De esta forma, donde Longlegs convierte a sus víctimas en recipientes vacíos para la voluntad de Satanás, en Cure se propone que el núcleo de nuestro ser es una capacidad asesina, que espera que nuestras frustraciones sean el motor de un asesinato sangriento. Así pues, esta postura tan sombría de la naturaleza humana es quizá una de las más fuertes y terroríficas de la historia del cine.