Demon Slayer: ¿qué piensa realmente Sanemi de su hermano Genya?
La relación entre estos hermanos se complicó aún más en la cuarta temporada de Demon Slayer.

La cuarta temporada de Demon Slayer se ha diferenciado del resto al haber tomado la decisión de dar más profundidad a los Pilares, brindando información sumamente interesante acerca de ellos, desde parte de sus respectivos pasados hasta la forma que tienen de interactuar con otros cazadores de demonios de menor rango.
El quinto episodio de esta temporada se centró en personajes tan interesantes como Mitsuri Kanroji o el enigmático Obanai Iguro. Sin embargo, la trama que más llamó la atención de los espectadores fue la protagonizada por Sanemi y Genya Shinazugawa, dos hermanos que parecen estar condenados a no entenderse y llevarse mal. Más allá de sus conflictos más recientes, en este artículo revelaremos qué piensa realmente Sanemi de su hermano pequeño.
Las siguientes líneas incluyen spoilers del capítulo 166 del manga de Demon Slayer.
Sanemi nunca quiso que Genya fuese cazador de demonios, e hizo todo lo posible para que dejara de serlo
Si bien es cierto que la relación entre Sanemi y su hermano Genya está lejos de considerarse perfecta, el Pilar del Viento confesó en uno de los momentos más emotivos del arco argumental de 'La Fortaleza Dimensional Infinita' que nunca dejó de querer a su hermano, y que sintió una enorme preocupación al descubrir que Genya había tomado la decisión de unirse al Cuerpo de Exterminio de Demonios.




Después de salvar a su hermano de un letal ataque de Kokushibo, la Luna Superior más poderosa de todas, Sanemi decidió exponer sus sentimientos y le hizo saber a Genya que lo que más deseaba para él era una vida tranquila, larga y feliz mientras él mismo se encargaba de derrotar a los demonios al servicio de Muzan Kibutsuji. Su mayor ilusión era que Genya tuviera la oportunidad de casarse y de disfrutar su vida tras los numerosos conflictos familiares que ambos afrontaron desde pequeños.
El Pilar del Viento, quien se caracteriza precisamente por su fuerte carácter y por tratar de mantenerse firme ante cualquier adversidad, también hizo saber a Genya el principal motivo por el que tomó la difícil decisión de acabar con la vida de la madre de ambos. Sanemi quería defender a su hermano de cualquier enemigo, incluso si este era nada menos que su propia madre convertida en demonio.
Esta revelación emocionó profundamente a Genya, ya que pasó parte de su vida pensando que su hermano mayor sentía un profundo odio hacia él. Tras esto, Sanemi aprovechó la ira que había invadido su cuerpo al ver a su hermano gravemente herido y la utilizó para enfrentarse con todas sus fuerzas a Kokushibo, dejando para la posteridad una de las batallas más memorables de todo Demon Slayer.