Marvel al fin explica cómo funciona la sorprendente biología interna de Venom

Marvel al fin ha revelado cómo se ve el interior del simbionte Venom cuando hay un huésped en su interior. El simbionte ha tenido una amplia selección de anfitriones, pero antes, los lectores solo eran conscientes del rostro de Venom cuando se desenmascaba como si fuese una especie de capucha. De lo contrario, los lectores nunca habrían sido capaces de ver realmente al anfitrión dentro de Venom.

La biología única del simbionte

El cómic Venom #8 al fin ofrece a los lectores un vistazo real de lo que experimenta una persona cuando el simbionte de Klyntar se une a su cuerpo. Por ahora, Mary Jane Watson se ha convertido en la nueva huésped de Venom en el canon oficial. Y es que para escapar del peligro que supone Ripcord, Venom se sumerge en el agua al transformarse en un torpedo.

El número en cuestión revela al lector en qué posición está Mary James en el interior de Venom. Al parecer, el cuerpo de Mary Jane no se mueve necesariamente igual que las extremidades de Venom, sino que está envuelta en un capullo mientras Venom replica su movimiento.

Desde que el simbionte Venom apareció por primera vez en el Universo Marvel, los lectores asumieron que el huésped se movía con total libertad. Esta idea supone que el simbionte se mueve igual que las extremidades de su anfitrión, como si alguien lo usara como una especie de disfraz. La realidad es que este razonamiento siempre tuvo sentido por la forma en que el simbionte revela el rostro de su huésped.

Esta impactante revelación confirma que la biología de Venom funciona justo al revés, ya que la persona no interviene en los movimientos del simbionte. De hecho, es más bien como si la persona estuviera simplemente protegida dentro de una estructura en su interior. Las extremidades y movimientos de Venom son completamente independientes, incluso si su mente necesita al huésped para sobrevivir.

Esto se ve reforzado en el cómic All-New Venom #6, donde Venom y Mary Jane están sentados uno al lado del otro, y el simbionte extiende sus propios brazos y piernas sin necesidad de un huésped. Tal y como ellos mismos confirmaron en All-New Venom #6, deben estar en contacto constante para no romper sus lazos. Esto nos confirma que un simbionte carece de autonomía, no de movilidad.