Los niños sufren bullying si no compran microtransacciones en un juego, según un estudio

La Universidad Metropolitana de Oslo afirma que las microtransacciones crean un nivel de jerarquía entre la amistad de los niños.

Los niños sufren bullying si no compran microtransacciones en un juego, según un estudio
Hay jugadores jóvenes que han alcanzado logros importantes en los torneos de Fortnite
Publicado en Multiplataforma

Una de las características que comparten muchos videojuegos famosos de la actualidad es que cuentan con microtransacciones, las cuales son compras opcionales con dinero real que se pueden hacer para obtener ciertas ventajas, skins o ítems especiales. Por ejemplo, Rocket League, Fortnite, APEX Legends y otros por el estilo, incorporan este tipo de contenido que ha sido muy bien recibido por los jugadores.

Hoy en día, los videojuegos ya es una de las formas de entretenimiento más populares del mundo, pues usuarios de cualquier edad, desde los más pequeños hasta los mayores, pueden unirse gracias a la gran variedad de opciones que hay y la facilidad de jugabilidad. Viéndolo desde esta perspectiva, aunque las microtransacciones pueden parecer inofensivas, lo cierto es que tienen un impacto negativo en la forma en que los niños se relacionan entre sí y con el juego en cuestión, o al menos eso es lo que ha confirmado un estudio realizado en la Universidad Metropolitana de Oslo, Noruega.

Un estudio confirma que las microtransacciones en los juegos generan bullying en niños

Los niños sufren bullying si no compran microtransacciones en un juego, según un estudio

Hay videojuegos que dan horas de entretenimiento

Los niños que no compran microtransacciones en los videojuegos pueden sufrir bullying, así lo revela un estudio realizado por dos investigadoras noruegas que analizaron la influencia del dinero en los mundos virtuales de los jóvenes, aclarando sus conclusiones en una entrevista con Crossplay. Según el estudio realizado por Kamilla Knutsen Steinnes y Clara Julia Reich de la Universidad Metropolitana de Oslo, aquellos jugadores que cuentan con una edad comprendida entre 10 y 15 años podrían sentirse excluidos, marginados o incluso acosados por sus compañeros cuando no acceden a las microtransacciones.

"Todavía hay mucho que aprender sobre la dinámica social dentro de los mundos virtuales de los niños y los gobiernos y los responsables políticos de todo el mundo están interesados en este tema desde una perspectiva regulatoria. Los videojuegos también son una parte importante de la vida cotidiana de los niños y hay poca investigación sobre el consumo digital de los jóvenes en el contexto noruego".

Los investigadores encontraron que las microtransacciones crean una especie de jerarquía social entre los jugadores, donde los que tienen más recursos pueden presumir de sus adquisiciones y los que tienen menos pueden ser objeto de burla o rechazo en los mejores juegos de battle royale, por ejemplo.

"La presión para encajar se asemeja a lo que ya está ocurriendo en otros contextos, pero adopta nuevas formas. Algunos niños pueden terminar sintiéndose excluidos si carecen de los recursos (por ejemplo, Wi-Fi, equipos de juego, moneda del juego) para jugar con sus amigos o pueden ser molestados en función de la 'piel' que llevan puesta", explicaron los investigadores a Crossplay.

Los investigadores también señalaron que es algo que podría afectar al comportamiento de los niños dentro y fuera del juego. Algunos niños pueden sentirse tentados a gastar más dinero del que deberían para obtener lo que quieren o para evitar ser excluidos. Otros pueden mentir a sus padres sobre el dinero que gastan o sobre el tiempo que dedican al juego.

"Hay diferencias importantes cuando se comparan los videojuegos con otras actividades de ocio entre los niños. En el fútbol, por ejemplo, los niños pueden estar expuestos a contenido comercial, como pancartas de zapatillas de fútbol, normalmente durante un tiempo limitado dentro de un contexto físico determinado (por ejemplo, durante el entrenamiento en la cancha de fútbol). Los videojuegos, sin embargo, emplean una variedad de estrategias de marketing personalizadas para dirigirse constantemente a los niños y su necesidad de sentir un sentido de pertenencia e individualidad."

Ante esta situación, los investigadores recomendaron a los padres y educadores estar atentos al consumo digital de los jóvenes y dialogar con ellos sobre el valor del dinero, el uso responsable del tiempo y el respeto a la diversidad. También sugirieron a los desarrolladores de videojuegos ser más transparentes sobre las microtransacciones y ofrecer alternativas gratuitas o accesibles para todos los jugadores.

"Algunos niños hablaron sobre varias estrategias que usaron para protegerse de la influencia comercial, como no visitar la tienda del juego o hacer tareas domésticas (como pasar la aspiradora) en lugar de jugar videojuegos. La influencia social se sumó a la presión comercial, donde los niños querían mantenerse actualizados sobre las 'tendencias de la piel' y pertenecer al juego entre sus compañeros".

En conclusión, las microtransacciones son un fenómeno cada vez más presente en los videojuegos y que puede tener consecuencias negativas para el bienestar social y emocional de los niños.

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