Las 8 series de televisión que duraron más de lo que debían

Estas producciones demuestran que alargar las series más allá de su punto óptimo no siempre es la mejor decisión

Las 8 series de televisión que duraron más de lo que debían
Más no siempre es mejor
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En la inmensidad del universo de las series de televisión, algunas han conseguido cautivar a los espectadores durante muchos años, bien sea por proponer entrañables personajes, o claro, tramas innovadoras. Sin embargo, la búsqueda de beneficios económicos no siempre puede equilibrarse con el cumplimiento de las expectativas de la audiencia.

De esta forma, aunque existen excepciones, como Los Simpson (1989), Friends (1994), y The Big Bang Theory (2007), que presumen de un gran número de temporadas y se mantienen entre los programas más vistos de la historia, otras experimentaron un declive notable debido al abandono de sus seguidores. Veamos algunos ejemplos de producciones que perdieron su encanto.

Aquellos maravillosos 70 (1998-2006)

Aquellos maravillosos

Una de las series más vistas en su momento

Durante sus primeras temporadas, las aventuras de un grupo de jóvenes de Point Place se convirtieron en una cita imperdible para los espectadores que esperaban atentos la transmisión de cada episodio. Si bien su nivel de popularidad fue en ascenso, la salida de uno de sus personajes principales alteró la dinámica del grupo, creando una brecha difícil de sortear.

La introducción de un nuevo personaje empeoró el escenario y comenzó la decadencia de la trama. Sin complicaciones, el humor nostálgico que cautivó a los seguidores se perdió a medida que avanzaban las temporadas, hasta que terminó alejándose de la esencia original.

Oz (1997-2003)

Creada por Tom Fontana, Oz demuestra las consecuencias que enfrentan las series cuando pierden el rumbo. Si bien su recepción fue bastante positiva, la intensidad inicial se perdió con el tiempo, algo completamente perjudicial, teniendo en cuenta que la trama giraba en torno a la tensión que genera la lucha de poder, la violencia y las traiciones.

Pero este no fue el único obstáculo que condujo a la pérdida de la audiencia. En cada temporada, la dinámica entre los personajes se tornó repetitiva. De hecho, algunas de las tramas provocaron una sensación de déjà vu. Asimismo, la integración de nuevos hilos argumentales, se tradujo en la pérdida del enfoque inicial.

Dexter (2006-2013)

Dexter

La serie se convirtió en una franquicia con varios declives

James Manos Jr. se escapó un poco del molde al presentar un protagonista cuyo código moral es bastante peculiar. La dualidad de Dexter Morgan fue lo que hizo especial a la serie. Por un lado, tenemos al novio fiel, buen hermano y padrastro abnegado, por el otro, al asesino en serie sediento de sangre que intenta encajar en la sociedad.

La crítica especializada no dudó en lanzar elogios sobre Dexter durante sus cuatro primeras temporadas. Sin embargo, las palabras positivas fueron reemplazadas por críticas respecto a su mala escritura y desarrollo de personajes, sin apartar su controvertido final, el cual se consideró muy decepcionante.

Días felices (1974-1984)

En la década de los 70, Garry Marshall llevó a la pantalla la historia de la familia Cunningham, una familia que vive gracias a la ayuda del amable y portentoso 'greaser' Fonzie. Días felices propuso un verdadero viaje en el tiempo hasta los años 50, y acompañó a los espectadores a lo largo de 11 extensas temporadas.

El éxito alcanzado asentó las bases e incentivó al desarrollo de nuevos proyectos vinculados a la trama principal. Aunque algunos de los incontables spin-offs conquistaron a la audiencia, la premisa original se fue desvaneciendo, por lo que terminó limitándose a las aventuras de los Fonz.

Scrubs (2001-2010)

Scrubs

Extender más de lo necesario terminó por arruinar la serie

Durante 9 largas temporadas, la idea de Bill Lawrence de convertir el drama que se vive en los centros hospitalarios en una comedia se hizo realidad. Pero no todo fue acertado. Las risas que generaban las vivencias de J.D. como interno del Sacred Heart Hospital se fueron opacando.

En este caso, los seguidores consideraron que la octava temporada fue su fin natural, y estaban conformes con ello. Pero ABC no estaba dispuesto a renunciar, así que, sin importar la salida de personajes vitales, decidió dar curso a una nueva temporada, la cual no cumplió las expectativas.

Perdidos (Lost) (2004-2010)

En 2004, JJ Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber unieron sus talentos para crear una serie difícil de encasillar en un único género, pues combina elementos sobrenaturales, catástrofes, viajes en el tiempo, supervivencia, drama, fantasía, aventuras e intriga. A medida que sus protagonistas se adentraron en la misteriosa isla, los espectadores quedaron fascinados con la historia.

Desafortunadamente, se convirtió en un ejercicio tedioso y confuso debido a la inadecuada distribución de los episodios. Sin duda, 6 temporadas no eran suficientes para presentar 121 episodios. Aunque en la actualidad mantiene una sólida comunidad de seguidores, algunos consideran que hubiese sido mejor su final alternativo.

House of Cards (2013-2018)

House of Cards

Después de que la serie alcanzara su punto más álgido, no pudo mantenerse en la cima

Indiscutiblemente, durante sus inicios, House of Cards se mantuvo entre las mejores series de política de Netflix. En su primera temporada, logró capturar la atención de la audiencia y crear una auténtica comunidad de seguidores. Por desgracia, fue perdiendo calidad conforme sumaba nuevas temporadas.

El tono realista de la trama era lo que hacía interesante la propuesta de Beau Willimon, ya que narraba sucesos que verdaderamente podrían ocurrir. Los problemas llegaron cuando nuestro protagonista alcanzó sus objetivos. En cada capítulo, fuimos testigos de la lucha de Frank Underwood para llegar a la Casa Blanca, por lo que, una vez que llegó a la cima, las cosas se enfriaron demasiado.

Cómo conocí a vuestra madre (2005-2014)

Aunque es considerada una de las mejores series de comedia de Disney+ , y se mantuvo al aire durante 9 temporadas, este programa creado por Carter Bays y Craig Thomas, sufrió numerosos altibajos. Parte de ello, obedece a la inesperada negativa de uno de sus principales protagonistas.

Cuando los índices de la audiencia comenzaron a descender, Jason Segel decidió que no quería seguir participando, lo que obligó a la reelaboración del argumento. Pero eso no es todo, las filmaciones cambiaron de ubicación, lo que terminó por desequilibrar el ritmo de los actores y condujo al desenlace.

En definitiva, ocasionalmente, la ambición de alargar la vida de las producciones se convierte en un error. Las series antes mencionadas son una muestra clara de la forma en la que la sobreexplotación puede perjudicar hasta a las mejores ideas.

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