Hay juegos que entran por los ojos y te hacen quedarte por su jugabilidad, y eso es lo que me demostró Planet of Lana II en Gamescom
La secuela del título desarrollado por Wishfully se dejó ver en la feria alemana con una demo de lo más interesante para explorar varias zonas y descubrir sus nuevas mecánicas

Los videojuegos con tan variados que cuentan con una magia de lo más especial. Durante mi asistencia en la Gamescom 2025 pude disfrutar de propuestas de lo más interesantes, desde grandes producciones como Resident Evil Requiem hasta el esperadísimo Hollow Knight: Silksong. Pero este tipo de eventos también sirven para dar lugar a títulos indies que consiguen abrirse paso en la enorme plaza de lanzamientos que se dibujan en el calendario. En este sentido, hay títulos que son capaces de entrar por los ojos mediante un diseño artístico colosal que se sustenta también en otros aspectos a nivel jugable. Planet of Lana fue uno de esos juegos que no pasó inadvertido y ahora su secuela se perfila para su lanzamiento.
Por ello, desde Xbox me permitieron disfrutar de una amplia prueba jugable a Planet of Lana II: Children of the Leaf. En este sentido, el estudio permitía disfrutar de varios de los niveles en los que Lana y Mui colaboran para superar diferentes áreas mediante nuevas habilidades y un plataformeo fantástico que apunta de lo más interesante para darle continuidad a una de las licencias más bonitas que se pueden disfrutar en estos momentos en el sector del videojuego.
Un mundo transformado: las nuevas profundidades de Novo
Volver al universo de Planet of Lana II: Children of the Leaf es como regresar a un hogar conocido pero profundamente cambiado. El juego original presentó a Novo como un planeta vibrante donde la humanidad, la naturaleza y las criaturas convivían en un delicado equilibrio, roto por una inquietante invasión robótica. Esta secuela retoma la historia en un mundo transformado, y la demo de Gamescom 2025 me sumergió en cuatro niveles distintos que mostraban diferentes facetas de este Novo renovado: desde cumbres montañosas cubiertas de nieve hasta ruinas submarinas y selvas esmeralda de una densidad casi asfixiante. El estilo visual sigue siendo la marca distintiva de la saga: paisajes pintados a mano que combinan una belleza serena con un trasfondo de peligro, evocando tanto asombro como inquietud.
El primer nivel me llevó a una extensión helada, donde acantilados afilados y tormentas de nieve creaban un contraste brutal con la vegetación exuberante del primer juego. Lana, envuelta en una capa raída, se movía con una agilidad renovada: saltos en paredes, deslizamientos y sprints más rápidos que hacían que el desplazamiento fuera dinámico y fluido. Mui, su fiel compañero, correteaba a su lado, con el pelaje cubierto de copos de nieve. El diseño de niveles enfatizaba de inmediato su interdependencia, con puzles que requerían una coordinación precisa. Por ejemplo, la nueva habilidad de Mui para emitir descargas eléctricas desactivaba temporalmente a los enemigos robóticos, permitiendo a Lana pasar desapercibida. Las mecánicas eran intuitivas pero desafiantes, logrando un equilibrio que premiaba la observación cuidadosa sin abrumar al jugador.

El plataformeo sigue siendo una de las grandes bazas de Planet of Lana II: Children of the Leaf.
Lo que más me impresionó fue cómo el mundo se sentía vivo. El viento aullaba entre los acantilados, y zumbidos mecánicos distantes insinuaban amenazas invisibles. La dirección artística, combinada con la banda sonora evocadora de Takeshi Furukawa, elevaba cada momento, desde la exploración tranquila hasta las secuencias de sigilo que aceleraban el pulso. Este es un Novo que se siente familiar y extraño al mismo tiempo, con ecosistemas marcados por la invasión robótica pero aún rebosantes de vida y misterio.
Una relación en evolución y una jugabilidad refinada

El nivel acuático es uno de los más originales que había en la demo.
El núcleo de Planet of Lana II sigue siendo la relación entre Lana y Mui, un vínculo que se siente aún más pulido en esta secuela. El juego original estableció esta conexión como el corazón emocional, y Children of the Leaf la profundiza, integrándola tanto en la narrativa como en la jugabilidad. Durante la demo, controlé a ambos personajes en tándem, con las habilidades de Mui complementando el repertorio ampliado de Lana. Por ejemplo, en un nivel submarino, Lana navegaba corrientes traicioneras mientras Mui manipulaba bancos de peces bioluminiscentes para bloquear la visión de criaturas acuáticas hostiles. Esta cooperación en los puzles era fluida, con las fortalezas de cada personaje compensando las limitaciones del otro.
Los puzles han ganado en complejidad sin sacrificar accesibilidad. Una secuencia memorable involucró a Lana y Mui escapando de una prisión robótica, donde Mui activaba bloques magnéticos con sus descargas eléctricas, permitiendo a Lana moverlos para despejar el camino. La lógica de los puzles era clara pero nunca condescendiente, confiando en la capacidad del jugador para experimentar y encontrar soluciones. El diseño del juego evita guiar de la mano, fomentando un sentido de descubrimiento que resulta profundamente gratificante. Cada nivel introducía nuevas mecánicas, como la transformación de Mui en una esfera flotante para regar plantas que generaban enredaderas trepables para Lana, añadiendo capas de creatividad al plataformeo.

Mui tiene la capacidad de controlar algunas criaturas para la reoslución de puzles.
Lo que más destacó fue la evolución de estas mecánicas a lo largo de la demo. El nivel de la selva, por ejemplo, presentó una criatura floral que absorbía agua para desencadenar cambios ambientales, como plataformas que florecían para facilitar el avance de Lana. La interacción entre los elementos orgánicos y mecánicos del ecosistema de Novo creaba una sensación de armonía, incluso en medio del caos de las nuevas amenazas. El ritmo del juego alternaba momentos de exploración tranquila, donde podía deleitarme con los paisajes impresionantes, con secuencias de acción intensas que exigían reflejos rápidos y pensamiento estratégico.
Una narrativa más profunda y oscura

El sigilo y la dualidad entre Lana y Mui sigue siendo una pieza central del juego.
Planet of Lana II: Children of the Leaf no solo es una evolución visual y mecánica, sino también narrativa. La demo ofreció solo atisbos de la historia, pero fue suficiente para sugerir un viaje más profundo y emocionalmente cargado. Tras la invasión robótica del primer juego, Lana y Mui enfrentan una nueva amenaza surgida de las profundidades ocultas de Novo, un misterio antiguo que desafía su vínculo y obliga a Lana a confrontar su pasado. Los desarrolladores de Wishfully han prometido una historia que explora temas de amistad, destino y crecimiento personal, y las pistas narrativas de la demo sugieren que están cumpliendo esa promesa.
En un nivel, descubrí ruinas antiguas grabadas con símbolos crípticos, insinuando la historia olvidada de Novo. Estos momentos estaban acompañados por la banda sonora evocadora de Furukawa, que alternaba entre cuerdas melancólicas en las escenas tranquilas y ritmos urgentes en los momentos de acción. Los fragmentos narrativos indicaban que el viaje de Lana será tanto de autodescubrimiento como de salvación de su mundo. Sus expresiones, transmitidas mediante animaciones minimalistas pero emotivas, dejaban entrever un conflicto interno, una carga que no estaba presente en el primer juego. Mui, también, parecía más expresivo, con sus travesuras juguetonas matizadas por instantes de duda, como si percibiera la gravedad de su misión.

Hay una gran variedad de mecánicas para explorar el mundo.
Aunque la demo evitaba spoilers explícitos, dejaba claro que los riesgos son mayores esta vez. La nueva amenaza no es solo externa, sino profundamente personal, poniendo a prueba el lazo inquebrantable entre Lana y Mui. Esta profundidad emocional, combinada con la presentación cinematográfica del juego, hace que Children of the Leaf se sienta como una evolución natural de su predecesor, intensificando la narrativa que hizo al original tan querido.
Un lienzo vivo gracias a su dirección artística

La dirección artística es una de las grandes virtudes de Planet of Lana II.
La dirección artística de Planet of Lana II: Children of the Leaf es, sin duda, uno de sus mayores logros. Wishfully ha elevado el listón del juego original, creando un mundo que parece un cuadro en movimiento. Cada nivel de la demo era un espectáculo visual, con paisajes pintados a mano que combinaban colores vibrantes y texturas detalladas. En la tundra helada, los tonos azulados y blancos se mezclaban con destellos de luz que reflejaban el hielo, creando una atmósfera gélida pero hipnótica. Las ruinas submarinas, por su parte, jugaban con tonos turquesa y sombras profundas, con rayos de luz atravesando el agua para iluminar corales alienígenas y estructuras olvidadas.
La selva, uno de los niveles más impactantes, era un derroche de verdes intensos y detalles orgánicos, con enredaderas que se movían sutilmente al paso de Lana y Mui. Los elementos mecánicos, como los restos de robots incrustados en la naturaleza, añadían un contraste inquietante que reforzaba la narrativa del conflicto entre lo orgánico y lo artificial. Cada escenario estaba diseñado con un cuidado artesanal, desde las animaciones fluidas de los personajes hasta los pequeños detalles, como el reflejo de Mui en charcos o el movimiento de las hojas al viento. Esta dirección artística no solo embellece el juego, sino que también refuerza su atmósfera, haciendo que cada paso en Novo se sienta como una inmersión en un mundo vivo y lleno de historias por contar.
Una promesa que emociona en el catálogo de 2026

Tras 45 minutos con Planet of Lana II: Children of the Leaf, salí fascinado por su ambición. Wishfully y Thunderful han tomado la base del juego original y la han expandido en todos los sentidos: visual, mecánica y narrativamente. La demo mostró un juego accesible para nuevos jugadores pero gratificante para los veteranos, con una curva de dificultad que desafía sin frustrar. La jugabilidad cooperativa entre Lana y Mui es más refinada, los puzles son más ingeniosos y el mundo de Novo es más inmersivo que nunca.
El lanzamiento del juego en 2026 para Xbox Series X|S, PlayStation 5, Nintendo Switch y PC (con disponibilidad desde el primer día en Game Pass) sigue avanzando a buen ritmo. La demo me dejó con ganas de descubrir más secretos de Novo, de ver cómo evoluciona el vínculo entre Lana y Mui y de perderme en sus paisajes sobrecogedores. Si esta prueba es un indicativo, Planet of Lana II: Children of the Leaf está destinado a ser un título indie destacado, uno que captura la misma magia de su predecesor mientras amplía los límites de lo que un plataformas cinemático puede lograr.
Al dejar el stand de Xbox en Gamescom, no pude evitar sentir una gran expectativa. La escena indie sigue demostrando que los estudios pequeños pueden ofrecer experiencias tan impactantes como cualquier superproducción. Planet of Lana II parece ser un testimonio de ello, un juego que no solo se apoya en su impresionante aspecto visual, sino que los respalda con una narrativa conmovedora y una jugabilidad envolvente. Para los fans del original y los recién llegados, esta es una aventura que vale la pena esperar.