Impresiones finales de God of War Ragnarok - La ascensión hacia el Valhalla

Jugamos las primeras horas de God of War Ragnarok, el último gran lanzamiento exclusivo de PlayStation en 2022.

Impresiones finales de God of War Ragnarok - La ascensión hacia el Valhalla
Publicado en Avances

God of War Ragnarok se ha presentado a lo largo de los meses como un videojuego apoteósito. El fin de la saga nórdica protagonizada por el famoso Fantasma de Esparta, para unos, el Dios de la guerra para otros y Kratos a secas para los que restan es, sin lugar a dudas, el gran lanzamiento exclusivo de las consolas de PlayStation durante este 2022. Será el próximo 9 de noviembre cuando se produzca el estreno oficial del título en PS4 y PS5, pero desde AlfaBetaJuega ya hemos tenido la oportunidad de jugar las primeras horas de la propuesta para ofrecerte sus impresiones finales previas al análisis.

De este modo, has de saber que lo que leerás a continuación corresponde a una porción muy pequeña de lo que será el juego final y que, por supuesto, no incluiremos ningún tipo de detalle concerniente a la historia en este texto. God of War Ragnarok es uno de los juegos más esperados por los usuarios de PlayStation y, teniendo en cuenta todas las preguntas sin respuesta que dejaba el título de 2018, será mejor que cada uno encuentre la solución por su cuenta cuando se ponga a los mandos del título. Lo que sí podemos adelantarte es cómo es la experiencia con esta secuela.

Un gameplay conocido para una transición de lo más suave

god of war ragnarok

El gameplay de God of War Ragnarok es muy similar al de su antecesor, aunque co mayor fluidez.

Ya se veía en los tráileres promocionales que había mostrado Santa Monica hasta ahora y no se podía esperar otra cosa: God of War Ragnarok es prácticamente un calco a nivel jugable del título que llegó en 2018. Esto es algo lógico teniendo en cuenta que no se puede revolucionar por completo la fórmula que se introdujo en aquel momento y que, por cierto, funcionaba a las mil maravillas. Lo que sí ha hecho Santa Monica, al menos en lo que respecta a estas primeras horas de juego, es perfeccionarla y solucionar esos pequeños detalles que podrían chirriar con el paso de las horas en la jugabilidad.

Antes de meterme de lleno en todos estos aspectos, quiero dejar clara una cosa: God of War Ragnarok tiene uno de los inicios más brutales que recuerdo en un videojuego. La primera hora de juego es una absoluta fantasía tanto a nivel audiovisual como jugable y toda la épica que se estaba esperando se canaliza a través de estos primeros minutos que son puro oro. En lo respectivo a la saga, no experimentaba nada igual desde God of War 3 y eso son palabras mayores.

god of war ragnarok

El Fimbulvetr ha causado muchos estragos en Midgar.

Con esto sabido, la experiencia jugable de God of War Ragnarok es muy cercana, como quien recuerda una acción que llevaba un tiempo sin realizar y tras unos minutos de adaptación ya conoce todas sus particularidades. Sin embargo, da la sensación de que se ha conseguido aportar un manejo más ágil para Kratos, con una respuesta más rápida ante las acometidas de los rivales y en el proceso de sortear obstáculos o alcanzar ciertos puntos del mapa. De hecho, estamos ante un título que juega mucho más con la verticalidad de sus escenarios, por lo que las posibilidades son aún mayores para la resolución de puzles, como por ejemplo, los cofres de las nornas, entre otras cosas.

Donde también destaca sobremanera el esfuerzo del equipo de desarrollo por incluir una gran variedad de enemigos a los que hacer frente, ya que una de las mayores críticas al primer título era la constante repetición de enemigos durante prácticamente todo el juego. Aquí hay un gran equilibrio en este sentido y en la visita al primero de los reinos, Svartalfheim -y el único del que se me permite hablar hasta el momento- se nota esta intención, con una amplia variedad de enemigos diferentes que también tienen su influencia en el gameplay en el modo de afrontarlos, suponiendo nuevas amenazas para Kratos y Atreus. Las posibilidades de combate son más amplias, ya que Ragnarok comienza con prácticamente todo el equipamiento con el que se termina el anterior juego, por lo que ya sabes a qué me refiero en ese sentido.

Entornos más abiertos para sacar el máximo partido a la exploración

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God of War Ragnarok incluye entornos abiertos en los que se puede explorar.

En esta pequeña porción de juego en la que se basan estas impresiones también hay lugar para entornos abiertos en los que explorar de manera más detallada y visitar diversas zonas de una misma ubicación. Svartalfheim cuenta con un lago similar al de Midgar en el primer juego y en él hay muchos secretos que descubrir, como cofres con grandes recompensas o incluso la posibilidad de cumplir peticiones -misiones secundarias- que dan algo más de profundidad a la historia de God of War Ragnarok y, por supuesto, también aportan interesantes recompensas.

Lo mejor de todo esto es que parece una declaración de intenciones respecto a lo que será el juego en su totalidad, porque si en las primeras horas ya se ofrecen estos tintes de libertad, será interesante ver si se traslada del mismo modo a otros reinos que se visiten posteriormente. He de decir que es una experiencia realmente satisfactoria, ya que el juego en estos momentos te deja al libre albedrío para explorar como buenamente consideres, al tiempo que vas realizando descubrimientos, enfrentándote a enemigos o escuchando las siempre interesantes historias de Mimir.

Por supuesto, esto no significa que todo el juego se desarrolle en un entorno abierto que ofrece total libertad, sino que también hay zonas más pasilleras y de un único camino que hay que seguir para el cumplimiento de la misión principal. Lo que destaca en este sentido es su gran variedad de entornos, regalando parajes nevados, otros más coloridos o incluso tétricas minas que hay que explorar. Todo en God of War Ragnarok parece encajar a la perfección para confeccionar un mundo rico en posbilidades y con una enorme diversidad en todo lo que tiene que ofrecer al jugador.

Un aspecto gráfico que quita el hipo: de lo mejor que ha llegado a PS5

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Atreus ha crecido mucho en todos los sentidos en esta secuela.

Y esto nos lleva también a otro de los aspectos fundamentales del juego, ya que es el primer título de Santa Monica que se lanza en PS5. ¿Cambia mucho a nivel gráfico de God of War Ragnarok respecto a lo que se vio en el título de 2018? Pues no es que haya un salto impresionante que haga ver una diferencia absimal entre un título y otro, pero sí que se perciben cambios en la iluminación, en el modelado de personajes y en sus animaciones que regalan un aspecto colosal para un juego que apuntar muy alto. Todo lo que he podido ver en estas primeras horas me ha dejado impresionado, del mismo modo que lo hizo su primera entrega en PS4, aunque trasladado a la escala superior en la que se sitúa esta entrega.

Por supuesto, aún queda mucho que descubrir en el universo de God of War Ragnarok, por lo que es pronto para hablar si es más completo en ese aspecto que su antecesor, pero desde luego pintan bastos. Además, la posibilidad de jugar en el modo rendimiento a 60fps en un juego de estas características es todo un regalo, ya que la fluidez que aportan le sienta como anillo al dedo en la jugabilidad. Es un juego con un rendimiento apabullante, aunque también abusa de una práctica muy común en los videojuegos actuales para ocultar pantallas de carga mediante callejones estrechos por los que hay que avanzar unos segundos para llegar a otra zona y, de paso, permitir que ese entorno se cargue por completo.

Sin embargo, todo lo que he podido ver hasta este punto me parece como lo mejor que ha llegado a nivel gráfico a PS5 hasta el momento, algo que teniendo en cuenta el catálogo de la consola es un gran logro para el equipo de Santa Monica, aunque será mejor esperar a la publicación del embargo para sacar una conclusión final a este respecto con la perspectiva del juego completo.

God of War Ragnarok es todo lo que esperas: épico, brutal y candidato a Juego del Año

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Kratos combatiendo contra uno de sus enemigos más poderosos.

Desde luego, la sensación que me deja God of War Ragnarok con estas 4-5 horas de gameplay que cubren estas impresiones es que es un juego preparado para su gran momento y rendir tributo al que fue Juego del Año en 2018. Su propuesta continuista se va ramificando poco a poco para ofrecer nuevas experiencias y que no todo se quede en ser el mismo juego con diferente argumento. Hay muchas preguntas que responder en esta segunda entrega, pero todo parece indicar que por el camino también habrá momentos de alta epicidad y mecánicas que ayuden a perfeccionar la excelente fórmula que se introdujo cuatro años atrás.

El próximo 3 de noviembre podré dar mi veredicto final acerca de lo que experimente junto a Kratos y Atreus, pero la primera toma de contacto ha sido realmente positiva y satisfactoria, por lo que si el título es capaz de mantener ese ritmo, estaremos ante uno de los grandes candidatos a Juego del Año en un curso que parecía decidido desde el pasado mes de febrero. Aún hay mucho que jugar en esta partida.

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